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Lesión Cerebral - Medicación

INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA


Aviso Legal


Este contenido tiene fines informativos y no sustituye la consulta con su médico o profesional de salud. No incentivamos por ninguna razón la automedicación. Se ha realizado un esfuerzo para asegurar que la información sea precisa, actualizada y clara. www.emergencias.org.es no se responsabiliza por errores, omisiones o los resultados de tratamientos descritos. Las publicaciones informativas se actualizan regularmente, por lo que se recomienda asegurarse de tener la versión más reciente.



Uso de medicamentos tras una lesión cerebral


Algunos medicamentos pueden ser de gran utilidad para niños que han sufrido una lesión cerebral. El tipo y la cantidad de medicamentos dependerá de la etapa en la que se encuentra el niño dentro de su proceso de recuperación.


Durante el ingreso en la unidad de cuidados intensivos, es común que los niños reciban múltiples medicamentos. Estos se suspenden tan pronto como es seguro hacerlo, ya que el objetivo es que el niño reciba la menor cantidad de medicación necesaria.


Medicación en cuidados intensivos o etapas iniciales


En la fase aguda o temprana tras una lesión cerebral, puede ser necesario sedar al niño con medicamentos como anestésicos, morfina o midazolam, para proteger el cerebro de la agitación y el estrés, los cuales pueden aumentar la presión intracraneal y empeorar el daño cerebral.


Algunos niños también pueden requerir medicamentos para controlar la presión arterial, como betabloqueantes o clonidina, ya que los mecanismos internos de autorregulación del cerebro pueden estar alterados temporalmente.


Si el niño presenta convulsiones poco después de la lesión, se pueden indicar anticonvulsivos como fenitoína o carbamazepina, y en algunos casos se continúan por varios meses. Estos fármacos se retiran solo si no ha habido más episodios convulsivos. En otros casos, se utilizan anticonvulsivos de forma preventiva durante los primeros días tras la lesión, y se suspenden antes del alta si no hubo convulsiones.


En casos de espasticidad o rigidez muscular, se pueden usar medicamentos orales como diazepam, baclofeno o dantroleno sódico. En casos específicos, se puede recurrir a inyecciones de toxina botulínica para tratar áreas localizadas con mucha rigidez.


Medicación después del alta hospitalaria


Una vez dado de alta, solo algunos niños necesitan continuar con medicación relacionada con la lesión cerebral. Antes de comenzar cualquier tratamiento, consulte con el pediatra o médico especialista sobre los posibles efectos secundarios y qué signos observar.


Problemas que pueden tratarse con medicación


Problemas de atención y concentración


Algunos niños desarrollan dificultades para concentrarse o mantenerse enfocados después de una lesión cerebral. Antes de recurrir a la medicación, se pueden aplicar estrategias en casa y en el aula.


Si estas estrategias no son suficientes, se pueden probar medicamentos estimulantes como dexanfetamina o metilfenidato, bajo estricta evaluación médica. Es importante involucrar al docente del niño en esta etapa para observar mejoras en el entorno escolar.


Si hay buena respuesta, puede ser útil mantener el tratamiento durante un período de 12 meses o más. Muchos niños utilizan estos medicamentos durante años sin efectos secundarios graves.


Efectos secundarios comunes:


  • Náuseas


  • Dolor abdominal


  • Falta de apetit


  • Pérdida de peso


  • Dificultad para dormir


Estos efectos suelen disminuir si se aumenta la dosis de forma gradual y se administra el medicamento temprano en el día.


Irritabilidad o cambios de humor


Algunos niños pueden mostrar irritabilidad extrema tras una lesión cerebral. Es importante diferenciar si se debe a problemas para controlar impulsos o si es un signo de depresión.

Algunos anticonvulsivos, como carbamazepina o valproato sódico, también actúan como estabilizadores del ánimo.


Estos medicamentos pueden ser útiles cuando los cambios de conducta no mejoran con estrategias psicológicas o del entorno. Generalmente se inician con dosis menores que las utilizadas para tratar convulsiones, y se recomienda mantener el tratamiento por al menos seis meses si es eficaz.


Efectos secundarios posibles:


  • Náuseas


  • Erupciones cutáneas


  • Cambios de peso


  • Vómitos


Si las dificultades persisten o se sospecha depresión, puede ser necesaria una consulta con un psiquiatra infantil. En esos casos, podrían indicarse antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina o ISRS como la sertralina o fluoxetina.


Problemas hormonales / Insuficiencia hipofisaria


Estos casos deben ser evaluados por un endocrinólogo pediátrico, quien podrá indicar el tratamiento correspondiente. Algunas condiciones hormonales frecuentes tras una lesión cerebral incluyen:


  • Pubertad precoz: inicio temprano de cambios hormonales si la lesión ocurre antes de la pubertad.


  • Diabetes insípida: se manifiesta con sed excesiva y gran producción de orina; requiere tratamiento hormonal.


  • Problemas de tiroides: pueden detectarse mediante análisis de sangre.


  • Talla baja o problemas de crecimiento: se evidencian con el seguimiento regular de peso y altura.


Dolor de cabeza


Para más información, consulte la hoja informativa sobre Cefaleas en niños y adolescentes.


Convulsiones / Epilepsia postraumática


Consulte la hoja informativa sobre Convulsiones tras una lesión cerebral adquirida para conocer más detalles.


¿Cuándo consultar al médico?


Si su hijo presenta síntomas como irritabilidad persistente, dolor de cabeza o cualquier otro malestar, lo ideal es consultar al pediatra o médico de cabecera, quien podrá descartar otras causas y derivar al especialista indicado: neurólogo, psiquiatra infantil o médico de rehabilitación, según sea necesario.


Puntos clave a recordar


  • El tipo de medicación que se le administre a su hijo dependerá de los problemas que presente tras la lesión cerebral.


  • Algunos de los problemas más comunes que responden bien al tratamiento médico incluyen: convulsiones, dolores de cabeza, irritabilidad, trastornos de atención/concentración y desequilibrios hormonales.


  • Siempre consulte con el pediatra, médico general o farmacéutico ante cualquier duda sobre la medicación.

 
 
 

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