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Lesión Cerebral - Convulsiones tras una Lesión Cerebral Adquirida

INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA



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Este contenido tiene fines informativos y no sustituye la consulta con su médico o profesional de salud. No incentivamos por ninguna razón la automedicación. Se ha realizado un esfuerzo para asegurar que la información sea precisa, actualizada y clara. www.emergencias.org.es no se responsabiliza por errores, omisiones o los resultados de tratamientos descritos. Las publicaciones informativas se actualizan regularmente, por lo que se recomienda asegurarse de tener la versión más reciente.



Es relativamente común que los niños que han sufrido una lesión cerebral presenten convulsiones (también llamadas crisis o ataques epilépticos) poco tiempo después del accidente. En algunos casos, es necesario administrar medicamentos anticonvulsivos para prevenir futuras crisis. Durante una convulsión, lo más importante es mantener las vías respiratorias del niño despejadas.


¿Qué son las convulsiones?


Las convulsiones ocurren cuando las señales eléctricas del cerebro se desorganizan o “fallan”. Esto afecta, temporalmente, la conciencia o el comportamiento del niño. Las señales suelen normalizarse en segundos o minutos, momento en el cual la crisis se detiene.Las convulsiones pueden aparecer sin previo aviso y el niño no suele ser consciente de lo que está ocurriendo.


Cuando es necesario, se administra medicación anticonvulsiva para prevenir nuevas crisis. En un primer momento, esta puede darse por vía intravenosa (IV) para un efecto rápido. Luego, cuando el niño está más consciente y puede tragar sin riesgo, se le puede dar el medicamento en forma de jarabe o pastilla. Si las convulsiones persisten, será necesario mantener el tratamiento durante más tiempo.


Tipos de convulsiones


Existen varios tipos de convulsiones. Algunas afectan todo el cerebro (generalizadas) y otras solo una parte del cerebro (parciales o focales).


Convulsiones generalizadas


  • Convulsiones tónico-clónicas (gran mal): el niño puede emitir un grito repentino, perder el conocimiento, caer, mojar o ensuciar su ropa, y presentar movimientos bruscos de todo el cuerpo.


  • Crisis de ausencia (pequeño mal): el niño se queda mirando fijamente, parpadea rápidamente, hace movimientos de masticación o tiene sacudidas en los músculos de la cara. No hay pérdida de conciencia total, pero sí desconexión momentánea del entorno.


Convulsiones parciales


  • Parciales simples: el niño permanece consciente, pero siente sensaciones anormales o movimientos involuntarios en una parte del cuerpo (como un brazo, una pierna o la cara).


  • Parciales complejas: duran de uno a dos minutos, el niño pierde la conciencia del entorno y puede realizar acciones automáticas, como tocarse la ropa repetidamente. Después de la crisis, es común que sienta somnolencia.


Diagnóstico de epilepsia


Si se sospecha que el niño ha tenido una convulsión, es fundamental observar y anotar lo ocurrido, incluyendo:


  • ¿Qué estaba haciendo el niño antes del episodio (por ejemplo, viendo la tele, durmiendo)?


  • ¿Qué sucedió durante la convulsión?


  • ¿Cuánto tiempo duró?


  • ¿Cómo se comportó después?


Se realizarán estudios para identificar la causa. Uno de los más frecuentes es el electroencefalograma (EEG), que mide la actividad eléctrica cerebral. También pueden indicarse estudios por imágenes como TAC o resonancia magnética (RM). En algunos casos, el niño puede necesitar sedación para realizar estos estudios con precisión.


Tratamientos para la epilepsia


Una vez confirmado el diagnóstico, se prescriben medicamentos anticonvulsivos. El tipo de fármaco depende del tipo de crisis. Lo ideal es controlar las convulsiones con un solo medicamento, como:


  • Carbamazepina


  • Valproato


  • Gabapentin


  • Fenitoína


  • Topiramato


  • Lamotrigina


La mayoría de los niños responde bien al tratamiento, aunque algunos pueden experimentar efectos secundarios como somnolencia o aumento de peso. Es posible que se necesiten análisis de sangre periódicos para controlar los efectos del medicamento.


Nuevas intervenciones


En casos donde las crisis no se controlan con medicamentos y afectan significativamente la calidad de vida y el desarrollo del niño, puede considerarse una cirugía para la epilepsia. Esta opción se reserva solo para ciertos pacientes, especialmente cuando se identifica una zona específica del cerebro como origen de las crisis.


¿Cómo hablar con su hijo sobre la epilepsia?


Algunas recomendaciones para apoyar emocionalmente al niño incluyen:


  • Escuchar sus sentimientos de frustración, miedo, enojo o culpa, y asegurarle que no es su culpa.


  • Explicar con un lenguaje claro y adaptado a su edad qué es una convulsión, cómo funciona el tratamiento y qué debe hacer si tiene una crisis.


  • Tranquilizarle en caso de que pregunte, aclarando que morir durante una convulsión es extremadamente raro.


  • Si es posible, acercarle a otros niños con epilepsia para que vea que no está solo.


  • Resaltar sus habilidades y talentos.


  • Hablar abiertamente sobre la epilepsia y el tratamiento con familiares y amigos para que todos se sientan más cómodos con el tema.


¿Qué hacer durante una convulsión?


Lo más importante es mantener las vías respiratorias despejadas para asegurar una buena oxigenación del cerebro.


Pasos clave:


  • Si los labios del niño se tornan azules, puede ser señal de que hay una obstrucción en las vías respiratorias.


  • Coloque al niño de lado, para permitir que la boca drene y la lengua no obstruya la respiración.


  • Recuerde: el niño no se tragará la lengua. No es necesario forzar la apertura de la boca ni meter objetos. Podría lesionarse.


  • Si vomita, limpie rápidamente su boca, si es seguro hacerlo.


  • Una vez que respire bien, acuéstelo en el suelo o una superficie segura. Retire objetos cercanos y, si es posible, coloque cojines alrededor de su cabeza.


  • Afloje la ropa apretada.


  • No intente detener sus movimientos.


  • Llame a su médico.


  • Si la respiración no mejora o la convulsión dura más de unos pocos minutos, llame al servicio de emergencias (112 o 061).


Después de una convulsión, es normal que el niño duerma profundamente. No lo despierte ni le dé comida o bebida hasta que esté completamente alerta.


Tras una crisis, especialmente si es la primera o es de origen desconocido, es importante que el niño sea evaluado por un médico lo antes posible.


Evite que el niño realice actividades como nadar, trepar árboles o montar bicicleta hasta que sea evaluado nuevamente por el médico.


Puntos clave a recordar


  • Es común que los niños tengan convulsiones poco después de una lesión cerebral.


  • Existen medicamentos eficaces para prevenir nuevas crisis.


  • Hablar con el niño sobre su condición puede ayudarle a comprenderla y afrontarla mejor.


  • Durante una convulsión, lo más importante es asegurar que el niño pueda respirar bien.

 
 
 

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