Lesión Cerebral – Bañarse y Vestirse
- EmergenciasUNO

- 1 sept
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INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA
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Apoyo en el Autocuidado Tras una Lesión Cerebral
Después de una lesión cerebral adquirida, muchos niños requieren asistencia para actividades básicas como el baño y el vestido. Esto puede deberse a alteraciones en el equilibrio, sensibilidad, conciencia corporal, control motor fino o capacidad para planificar y ejecutar tareas.
En las etapas iniciales de la recuperación, es común que los niños estén desorientados o se distraigan fácilmente. Por ello, estas actividades deben realizarse en ambientes tranquilos, con pocos estímulos, y preferentemente en entornos conocidos para el niño.
Antes de diseñar un plan de tratamiento, es importante conocer el nivel de independencia que el niño o joven tenía previo a la lesión, con el fin de adaptar las tareas a sus capacidades actuales.
¿Quién Puede Ayudar?
Los terapeutas ocupacionales son los profesionales capacitados para evaluar y tratar las dificultades relacionadas con el baño y el vestido tras una lesión cerebral. La evaluación suele realizarse en el hogar y se centra en identificar las causas específicas de las dificultades, así como en proponer soluciones prácticas en conjunto con el niño y su familia.
¿En Qué Consiste el Tratamiento?
El tratamiento se basa en una combinación de estrategias que buscan promover la autonomía, la seguridad y la funcionalidad. Incluye:
Establecimiento de rutinas: Crear hábitos diarios facilita la ejecución de estas tareas en un formato familiar y predecible para el niño o joven.
Supervisión inicial: Durante la fase temprana de recuperación, se requiere asistencia para garantizar la seguridad, como controlar la temperatura del agua o ayudar a entrar y salir del baño.
Fomento progresivo de la independencia: A medida que el niño mejora, se le anima a asumir mayor responsabilidad por su cuidado personal. La autonomía dependerá de su edad, capacidades previas y posibles secuelas físicas o cognitivas.
Práctica frecuente y técnicas de entrenamiento: La repetición es fundamental. Se pueden aplicar métodos como el encadenamiento hacia atrás, en el cual el niño aprende comenzando por el último paso de una tarea y avanza hacia el inicio.
Uso de apoyos visuales y escritos: Las hojas de ayuda con imágenes o instrucciones paso a paso pueden facilitar la secuencia de acciones y la memoria.
Adaptaciones físicas: Puede ser necesario usar equipamiento específico como sillas de baño, barras de apoyo o ropa más fácil de manipular (por ejemplo, con elásticos en lugar de botones).
Modificación de tareas: Algunas actividades pueden requerir un cambio temporal o permanente en la forma de realizarlas. Por ejemplo:
Usar una silla en la ducha si no es posible usar la bañera.
Sentarse para vestirse en caso de debilidad muscular o hemiplejia.
Aprender técnicas de vestido con una sola mano, si es necesario.
Seguridad del Cuidador
Es fundamental considerar también la seguridad del adulto que ayuda al niño. Levantar a un niño, incluso si es pequeño, puede causar lesiones en la espalda del cuidador si no se hace correctamente. Por ello, es recomendable que los cuidadores reciban orientación sobre cómo brindar asistencia de manera segura y efectiva.

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