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Lesiones Compuestas de la Mano

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



Las lesiones compuestas de la mano son daños complejos que involucran simultáneamente varios tipos de estructuras, como laceraciones profundas, fracturas óseas, lesiones de tendones, nervios y vasos sanguíneos.


Estas lesiones suelen ser el resultado de traumatismos graves, como accidentes laborales, aplastamientos o heridas por maquinaria, y pueden comprometer seriamente tanto la estructura como la funcionalidad de la mano.


Debido a la anatomía delicada de la mano, estas heridas requieren una evaluación detallada y un manejo integral para prevenir secuelas permanentes.


Diagnóstico


El diagnóstico de una lesión compuesta de la mano se realiza mediante inspección visual de la lesión, evaluando el grado de afectación de la piel, músculos, tendones, nervios, huesos y vasos sanguíneos.


Es crucial realizar una evaluación neurológica para determinar si existe pérdida de la sensibilidad o de la función motora, así como un examen vascular para verificar la perfusión distal a la lesión.


Los estudios de imagen como radiografías o tomografías computarizadas (TAC) son útiles para identificar fracturas y desplazamientos óseos, mientras que la ecografía puede ayudar a valorar la integridad de tendones y vasos.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Características Clínicas Principales

Diferenciación Clave

Herida compuesta simple

Daño en piel y tejidos superficiales

Ausencia de lesión en estructuras profundas

Lesión tendinosa asociada

Incapacidad de mover activamente los dedos

Déficit motor en extensión o flexión, según el tendón dañado

Lesión nerviosa asociada

Pérdida de sensibilidad distal a la lesión

Parestesia o anestesia en áreas específicas

Lesión vascular asociada

Hemorragia intensa o isquemia distal

Ausencia de pulso o signos de palidez y frialdad distal

Fractura expuesta

Deformidad, crepitación y exposición ósea

Confirmación radiológica de fractura

Manejo de Emergencia


El manejo inicial de las lesiones compuestas de la mano comienza con el control del sangrado mediante compresión directa y, en casos de hemorragia significativa, el uso temporal de un torniquete. Es esencial estabilizar al paciente, asegurando que no existan otras lesiones graves, y proporcionar analgesia adecuada. La herida debe irrigarse con solución salina estéril y protegerse con un apósito estéril húmedo.


El siguiente paso es la exploración cuidadosa de la herida para identificar daño a estructuras profundas como tendones, nervios y vasos. Si se sospecha fractura o lesión tendinosa o nerviosa, la mano debe inmovilizarse y el paciente debe ser derivado lo antes posible a un cirujano especializado. En caso de heridas abiertas, es esencial iniciar profilaxis antibiótica para prevenir infecciones, y se debe verificar y actualizar la vacunación antitetánica.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo de una lesión compuesta de la mano generalmente requiere intervención quirúrgica. Esto puede incluir la reducción y fijación de fracturas, reparación de tendones o nervios, reconstrucción vascular y cobertura de tejidos blandos mediante injertos o colgajos. La prioridad quirúrgica es restaurar la funcionalidad de la mano preservando la mayor cantidad posible de tejido viable.


Después de la cirugía, la rehabilitación es una parte crucial del tratamiento, ya que permite la recuperación de la movilidad y la fuerza de la mano. Los programas de fisioterapia y terapia ocupacional están orientados a maximizar la recuperación funcional y a prevenir complicaciones como la rigidez o la pérdida de movimiento.

 
 
 

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