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Lesión genital contusa

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



Las lesiones genitales contusas en mujeres pueden ocurrir por diversas causas, incluyendo traumatismos, accidentes, agresiones sexuales o prácticas sexuales violentas. Es crucial que los profesionales de la salud conozcan los aspectos clave de esta patología para brindar una atención adecuada y oportuna.


Síntomas


Los síntomas más frecuentes de una lesión genital contusa femenina incluyen:


  • Dolor intenso en la zona genital y perineal[1][3]

  • Sangrado vaginal[1][3]

  • Dificultad o dolor al orinar[1][3]

  • Dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales)[2]

  • Sensación de presión o masa en la región genital[3]

  • Náuseas y vómitos (en casos severos)[1]


Signos clínicos


Durante la exploración física, se pueden observar los siguientes signos:


  • Edema y eritema de los genitales externos[1][2]

  • Hematomas y equimosis en vulva, labios y periné[1][3]

  • Laceraciones o desgarros en la mucosa vaginal[2][3]

  • Sangrado activo de lesiones genitales[1][3]

  • Deformidad anatómica del área genital[3]

  • Signos de shock hipovolémico en casos graves[1]


Exploración


La exploración de una paciente con sospecha de lesión genital contusa debe realizarse de manera sistemática y cuidadosa:


  1. Inspección visual detallada de genitales externos, periné y región anal[1][5]

  2. Examen con espéculo para visualizar paredes vaginales y cérvix[5]

  3. Tacto bimanual para evaluar útero y anexos[5]

  4. Exploración rectovaginal para descartar lesiones en tabique rectovaginal[5]

  5. Evaluación de signos vitales y estado hemodinámico[1]


Es fundamental realizar la exploración de manera empática, explicando cada paso a la paciente y respetando su privacidad[5].


Pruebas diagnósticas


Para un diagnóstico preciso y evaluación de la extensión de las lesiones, se pueden realizar las siguientes pruebas:


  • Ecografía pélvica y transvaginal[3][5]

  • Tomografía computarizada en casos de sospecha de lesiones intraabdominales[3]

  • Resonancia magnética para evaluar lesiones de tejidos blandos[3]

  • Cistoscopia y rectoscopia si se sospecha compromiso vesical o rectal[3]

  • Exámenes de laboratorio: hemograma, pruebas de coagulación, grupo sanguíneo[1]

  • Cultivos vaginales y cervicales para descartar infecciones de transmisión sexual[6]


Manejo en Emergencias


El abordaje inicial de una lesión genital contusa femenina en el servicio de emergencias debe incluir:


  1. Estabilización hemodinámica si es necesario[1][3]

  2. Control del sangrado mediante compresión directa[1]

  3. Analgesia adecuada[1][3]

  4. Limpieza y desinfección de heridas[1]

  5. Sutura de laceraciones que lo requieran[2][3]

  6. Antibioticoterapia profiláctica en casos de heridas contaminadas[3]

  7. Vacunación antitetánica si es necesario[1]

  8. Evaluación por ginecología para determinar necesidad de exploración quirúrgica[2][3]

  9. Apoyo psicológico, especialmente en casos de agresión sexual[6]

  10. Documentación detallada de lesiones para fines médico-legales[6]


El manejo adecuado de las lesiones genitales contusas femeninas requiere un enfoque multidisciplinario, con especial atención a la evaluación inicial, el diagnóstico preciso y el tratamiento oportuno para prevenir complicaciones y secuelas a largo plazo.


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