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Lesión Genital

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



Las lesiones genitales representan un desafío significativo en la práctica médica, requiriendo un abordaje cuidadoso y multidisciplinario. Este artículo proporciona una visión general de los aspectos clave relacionados con las lesiones genitales, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.


Síntomas


Los síntomas de las lesiones genitales pueden variar ampliamente dependiendo de la naturaleza y gravedad de la lesión. Comúnmente, los pacientes pueden experimentar:


  • Dolor intenso en la zona genital[1][6]


  • Sangrado, que puede ser profuso en algunos casos[6][8]


  • Dificultad o dolor al orinar[6][8]


  • Cambios en la forma o apariencia de los genitales[6]


  • En casos severos, pueden presentarse desmayos o debilidad[6][8]


Es importante notar que en algunos casos, especialmente en niños pequeños, las lesiones pueden ser asintomáticas inicialmente[5].


Signos Clínicos


La evaluación clínica de las lesiones genitales puede revelar diversos signos, incluyendo:


  • Hematomas o equimosis en la zona genital[4][8]


  • Laceraciones o desgarros en la piel o mucosas[4]


  • Edema o inflamación de los tejidos afectados[1][8]


  • Deformidad visible de las estructuras genitales[6]


  • En casos de lesiones penetrantes, puede observarse la presencia de cuerpos extraños[6][8]


En hombres, pueden observarse signos específicos como torsión testicular o ruptura de los cuerpos cavernosos[1]. En mujeres, pueden presentarse lesiones en los labios, vagina o perineo[8].


Exploración


La exploración de las lesiones genitales debe realizarse de manera sistemática y cuidadosa:


  1. Inspección visual detallada de la zona genital externa[5]


  2. Palpación suave para evaluar la presencia de masas, dolor o crepitación[1]


  3. En mujeres, puede ser necesario un examen con espéculo para evaluar lesiones vaginales o cervicales[5]


  4. En hombres, se debe evaluar cuidadosamente el escroto y los testículos[1]


Es crucial realizar la exploración de manera sensible y respetuosa, considerando el estado emocional del paciente[4].


Pruebas Diagnósticas


Las pruebas diagnósticas son fundamentales para evaluar la extensión de la lesión y descartar complicaciones:


  • Ecografía: Especialmente útil para evaluar lesiones testiculares o masas pélvicas[1][5]


  • Resonancia Magnética (RMN): Proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos[5]


  • Uretrografía retrógrada: Indicada cuando se sospecha lesión uretral[1]


  • Análisis de orina: Para detectar hematuria o signos de infección[6][8]


  • En casos de sospecha de abuso sexual, pueden ser necesarias pruebas para enfermedades de transmisión sexual[4]


Manejo en Emergencias


El manejo inicial de las lesiones genitales en el servicio de emergencias debe seguir estos pasos:


  1. Evaluación primaria y estabilización del paciente[6][8]


  2. Control del sangrado mediante presión directa[6][8]


  3. Analgesia adecuada para controlar el dolor[6][8]


  4. Limpieza y desinfección de heridas abiertas[6][8]


  5. En caso de objetos extraños, no intentar retirarlos sin supervisión médica[6]


  6. Evaluación de la necesidad de intervención quirúrgica urgente[1]


  7. Profilaxis antibiótica en casos de heridas contaminadas o penetrantes[1]


En casos de lesiones graves o complicadas, puede ser necesaria la consulta con especialistas en urología o ginecología[1][5].


Las lesiones genitales requieren un abordaje cuidadoso y multidisciplinario. La evaluación rápida y precisa, junto con un manejo adecuado, son cruciales para prevenir complicaciones a largo plazo y asegurar el mejor resultado posible para el paciente.


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