MANUAL MINORS
Las laceraciones pretibiales son heridas abiertas que ocurren en la parte anterior de la pierna, justo por encima de la tibia. Estas lesiones son comunes en personas mayores debido a la fragilidad de su piel y pueden ser causadas por traumas menores, como caídas o golpes con objetos. La localización sobre la tibia, con poca protección de tejido blando, hace que estas laceraciones sean especialmente vulnerables a la infección y al retraso en la cicatrización. En casos graves, pueden exponer el hueso subyacente.
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico y se realiza mediante una evaluación visual de la herida. La profundidad, tamaño y presencia de signos de infección o daño subyacente (como exposición ósea) deben ser cuidadosamente evaluados.
Es importante verificar el estado neurovascular de la pierna, ya que las laceraciones profundas pueden afectar los nervios o vasos sanguíneos. En algunos casos, se puede solicitar una radiografía para descartar fracturas o cuerpos extraños en el área lesionada.
Diagnóstico diferencial
Condición | Diferenciación clave |
---|---|
Contusión pretibial | Sin herida abierta, solo hematoma y dolor local tras traumatismo |
Úlceras venosas | Ubicadas más comúnmente en el área medial del tobillo, crónicas, y relacionadas con insuficiencia venosa |
Úlceras diabéticas | Aparecen más en áreas de presión como los pies, asociadas con neuropatía diabética |
Infección de partes blandas | Dolor, enrojecimiento e hinchazón progresiva alrededor de una herida o lesión previa |
Fractura expuesta de tibia | Traumatismo mayor, herida abierta con exposición ósea evidente, confirmado con radiografía |
Manejo en Emergencias
El manejo inicial de una laceración pretibial incluye la limpieza profunda de la herida para prevenir infecciones, retirando cualquier cuerpo extraño visible. Se debe evaluar el riesgo de infección y, si es necesario, administrar profilaxis antibiótica y actualizar el estado de vacunación contra el tétanos.
Si la herida es extensa o profunda, puede requerir un desbridamiento quirúrgico. El cierre de la laceración dependerá de la extensión del daño; las heridas menores pueden cerrarse con suturas, mientras que las heridas más complejas o contaminadas pueden necesitar un tratamiento diferido o injertos cutáneos.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo incluye la adecuada limpieza, cierre y protección de la herida. Las laceraciones superficiales pueden cerrarse con puntos de sutura o cinta adhesiva, mientras que las laceraciones más grandes o con pérdida de tejido pueden necesitar injertos cutáneos. Es importante mantener la herida cubierta y seguir con un control regular para detectar signos de infección.
En casos complicados, puede ser necesaria la intervención de un cirujano plástico o vascular, especialmente si hay exposición ósea o daño profundo. La fisioterapia puede ser recomendada para recuperar la funcionalidad completa si se compromete el movimiento de la pierna.
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