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Laceraciones del Lecho Ungueal

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



Las laceraciones del lecho ungueal son lesiones que afectan el tejido situado debajo de la uña (lecho ungueal) y pueden estar acompañadas de daño en la uña, el pliegue proximal y estructuras circundantes. Estas lesiones suelen ser causadas por traumatismos directos, como aplastamientos, cortes profundos o atrapamientos.


Debido a la sensibilidad y función protectora del lecho ungueal, estas laceraciones pueden afectar la apariencia y funcionalidad del dedo, además de provocar dolor intenso y alto riesgo de infección.


Diagnóstico


El diagnóstico de una laceración del lecho ungueal se basa en la evaluación clínica tras el traumatismo, observando la presencia de sangrado bajo la uña (hematoma subungueal), deformidad o desgarro de la uña, y exposición del lecho ungueal.


Se debe evaluar la profundidad de la laceración, ya que algunas lesiones pueden afectar la matriz ungueal (responsable del crecimiento de la uña), lo que podría comprometer la regeneración ungueal a largo plazo.


En casos de traumatismo significativo, es necesario realizar radiografías para descartar fracturas de la falange distal, las cuales acompañan frecuentemente este tipo de lesiones.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Características Clínicas Principales

Diferenciación Clave

Hematoma subungueal

Acumulación de sangre bajo la uña, sin laceración visible

Dolor intenso, sin corte visible en el lecho ungueal

Avulsión ungueal

Desprendimiento parcial o total de la uña

Uña parcialmente o completamente desprendida

Fractura de falange distal

Dolor intenso, deformidad, posible laceración ungueal

Confirmación radiológica de fractura

Paroniquia aguda

Inflamación y dolor en el pliegue ungueal

Infección localizada, sin antecedente traumático

Onicólisis traumática

Desprendimiento de la uña sin laceración subyacente

Uña separada del lecho, sin corte visible

Manejo de Emergencia


El manejo inicial de una laceración del lecho ungueal incluye la limpieza cuidadosa de la herida con solución salina estéril para prevenir infecciones. Si la uña está parcialmente desprendida o dañada, puede retirarse suavemente para permitir una adecuada evaluación y tratamiento del lecho ungueal.


En casos de hematomas subungueales grandes, puede realizarse una trepanación (drenaje) para aliviar la presión y el dolor. Las heridas abiertas deben cubrirse con apósitos estériles, y se recomienda profilaxis antibiótica si existe alto riesgo de infección.


Si la laceración es profunda y afecta la matriz ungueal, se requiere reparación quirúrgica bajo anestesia local. En algunos casos, la misma uña puede reutilizarse como “férula” temporal para proteger el lecho ungueal mientras cicatriza. También es fundamental evaluar la necesidad de actualizar la vacuna antitetánica, especialmente en heridas contaminadas.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo puede incluir la reparación quirúrgica del lecho ungueal mediante suturas absorbibles finas. Si la uña ha sido completamente desprendida, en muchos casos se permite que crezca una nueva, lo cual puede tardar varios meses. En lesiones graves de la matriz, pueden producirse deformidades permanentes en el crecimiento de la uña.


La recuperación completa implica proteger adecuadamente el dedo durante la cicatrización y evitar nuevos traumatismos. Habitualmente no se requiere fisioterapia, pero el seguimiento regular es importante para asegurar una adecuada regeneración de la uña y detectar posibles complicaciones como infecciones u onicodistrofias.

 
 
 

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