Juego y adolescentes: preocupación entre los padres
- EmergenciasUNO

- 12 sept
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INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA
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Puntos clave
El juego de azar consiste en arriesgar dinero u objetos de valor con la esperanza de obtener un premio basado en un resultado incierto.
La probabilidad de ganar es siempre menor que la de perder.
La edad mínima legal para participar en apuestas en la mayoría de países es de 18 años.
Los adolescentes pueden exponerse al juego sin notarlo, por ejemplo, al comprar fichas o “cajas sorpresa” (loot boxes) en videojuegos.
Empezar a jugar en la infancia incrementa el riesgo de problemas de ludopatía en la vida adulta.
Hablar con los hijos en un ambiente de confianza, sin sermones, es la mejor forma de educarlos sobre los riesgos.
Ante sospechas de un problema, es recomendable acudir al médico o a líneas de ayuda en ludopatía.
¿Qué es el juego de azar?
El juego de azar implica arriesgar dinero o pertenencias con la intención de obtener un premio cuyo resultado depende de la suerte. Dado que se trata de un juego de probabilidad, la mayoría de las veces las posibilidades de ganar son reducidas.
Formas frecuentes de apuestas incluyen:
Apuestas deportivas o en carreras,
Máquinas tragamonedas,
Juegos de cartas con dinero,
Loterías y boletos raspables,
Rifas.
En los últimos años, el juego en línea se ha extendido con rapidez. Además, muchos videojuegos incluyen elementos que simulan apuestas, fenómeno conocido como ludificación (gamblification).
Juego en adolescentes y jóvenes
Aunque la edad mínima legal para apostar suele ser de 18 años, numerosos adolescentes ya han tenido contacto con el juego en distintas modalidades.
Algunas de las más comunes son:
Compras dentro de aplicaciones móviles (microtransacciones),
Cajas sorpresa en videojuegos,
Rifas escolares o comunitarias,
Apuestas deportivas,
Juegos de cartas con dinero,
Loterías, boletos raspables y juegos de feria,
Máquinas recreativas y de gancho.
Aunque no todas estas prácticas se consideren apuestas tradicionales, tienen un elemento en común: arriesgar algo frente a un resultado incierto, lo que fomenta conductas similares al juego de azar.
Publicidad y normalización del juego
Los niños y adolescentes están expuestos a la idea del juego desde temprana edad. Visitan salones recreativos, observan anuncios de apuestas en televisión o redes sociales y, poco a poco, comienzan a ver el juego como una actividad normalizada.
En muchos países existen normas sobre la publicidad de apuestas, pero suelen tener excepciones, como en transmisiones deportivas. Esto facilita que los adolescentes vean anuncios de apuestas con frecuencia.
Juegos digitales y ludificación
Muchos videojuegos incluyen elementos similares al juego, como comprar cajas sorpresa o girar ruletas virtuales para obtener premios aleatorios.
¿Qué es la ludificación?
La ludificación se refiere a la incorporación de dinámicas propias del juego de azar en los videojuegos y otras plataformas digitales.
Ejemplos comunes:
Compra de fichas con dinero real para canjear por artículos virtuales.
Cajas sorpresa (loot boxes) que contienen recompensas aleatorias.
Juegos que simulan la experiencia de apostar, aunque no impliquen dinero real.
Al igual que en el juego tradicional, estos mecanismos fomentan la repetición y la inversión continua, lo que puede llevar a los adolescentes a perder el control de sus gastos.
Riesgos del juego en la adolescencia
El cerebro de los adolescentes aún está en desarrollo y las áreas relacionadas con la toma de decisiones y el autocontrol no maduran completamente hasta los 25 años. Por ello, los jóvenes son más impulsivos y tienen mayor dificultad para detenerse una vez que comienzan a apostar.
Además de las pérdidas económicas, el juego puede ocasionar:
Sentimientos de culpa o vergüenza,
Ansiedad o depresión,
Consumo de alcohol y otras sustancias,
Bajo rendimiento académico o ausencias escolares,
Conflictos familiares y sociales.
Señales de alarma en adolescentes
No todos los adolescentes que juegan desarrollan una adicción, pero es importante reconocer los signos de alerta:
Cambios en los hábitos de gasto o pedir dinero con frecuencia,
Descenso en las calificaciones y ausencias escolares,
Pérdida de interés en actividades habituales,
Tristeza, aislamiento o falta de energía,
Problemas de sueño,
Interés excesivo por resultados deportivos o uso frecuente de términos propios de apuestas.
Si se observan varias de estas señales, lo mejor es acudir a un médico o a servicios de ayuda en ludopatía.
¿Cómo hablar con los hijos sobre el juego?
Conversar de manera abierta y sin juicios es la mejor estrategia para prevenir problemas. Sermonear o regañar puede generar rechazo y aumentar las conductas de riesgo.
Es recomendable elegir momentos tranquilos, por ejemplo, después de cenar o durante un trayecto en coche. También puede aprovecharse la ocasión cuando un hijo pide dinero para fichas en un videojuego o al aparecer un anuncio de apuestas en la televisión.
Preguntar de manera curiosa, por ejemplo:
“¿Qué te atrae de comprar fichas en el juego?”
“¿Has visto este tipo de anuncios en otros lugares?”
Juego y preocupación en los padres
Un estudio reciente sobre salud infantil mostró la magnitud de la preocupación de los padres:
El 39% está preocupado por el juego en al menos uno de sus hijos adolescentes.
El 45% nunca ha hablado con sus hijos sobre este tema.
El 25% encuentra difícil iniciar la conversación.
El doble de padres (34%) que de madres (18%) reconocen tener dificultades para hablar sobre apuestas con sus hijos.
Dos de cada tres padres que temen por los juegos en línea también se preocupan por la exposición de sus hijos al juego de azar.
Estos datos reflejan la necesidad de fomentar la comunicación en el hogar y de brindar a las familias herramientas para abordar el tema.
Preguntas frecuentes
¿El juego es legal para adolescentes?
No. La mayoría de legislaciones permiten apostar solo a mayores de 18 años, tanto en casinos físicos como en plataformas digitales.
¿Comprar lotería o hacer apuestas familiares cuenta como juego?
Sí. Aunque pueda parecer inofensivo, estas prácticas son formas de apuestas. Si se involucra a los hijos, es recomendable explicarles los riesgos y la baja probabilidad de ganar.
¿Qué adolescentes tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de juego?
Los varones, quienes tienen problemas de salud mental, los expuestos con frecuencia a publicidad de apuestas, los que tienen amigos o familiares jugadores y aquellos que realizan otras conductas de riesgo como consumo de drogas.
¿Por qué juega mi hijo?
Algunos adolescentes lo ven como diversión, otros buscan ganar dinero fácil y otros lo usan como vía de escape ante emociones difíciles.
¿Cómo sé si necesita ayuda?
Si se detectan señales de alarma, es recomendable consultar al médico. Este puede derivar a especialistas en psicología o a programas de apoyo.
Para más información
Consulte con el médico de su hijo (puede derivar a psicología u otros servicios).
Redes y servicios de apoyo en ludopatía para jóvenes y familias.
Organizaciones especializadas en prevención de adicciones.

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