Invaginación Intestinal
- EmergenciasUNO

- 11 ago.
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MANUAL DE PEDIATRÍA
La invaginación intestinal es la introducción de un segmento proximal de intestino dentro de la luz intestinal distal, similar a un telescopio.El sitio más frecuente es la entrada de un segmento de íleon al colon a través de la válvula ileocecal.
Este proceso provoca obstrucción intestinal, congestión venosa y isquemia de la pared intestinal. Si progresa, puede producir perforación, peritonitis y shock.
La tríada clásica (dolor abdominal intermitente, masa abdominal palpable y heces en “jalea de grosella roja”) ocurre solo en 1/3 de los niños.
Puede aparecer a cualquier edad, aunque es más frecuente entre los 2 meses y los 2 años.
La mayoría de los casos son idiopáticos (90%).
En niños mayores, puede haber un punto de arrastre patológico como causa.
Evaluación
Historia clínica:
Dolor o malestar abdominal intermitente.
Los episodios pueden repetirse en minutos u horas y aumentar en frecuencia en las siguientes 12–24 h.
El niño puede parecer asintomático entre episodios.
Palidez, sobre todo durante las crisis.
Letargia, que puede ser el único síntoma y presentarse de forma profunda, episódica o persistente.
Vómitos frecuentes; los vómitos biliosos son un signo tardío que indica obstrucción intestinal.
Diarrea al inicio, que puede llevar a diagnóstico erróneo de gastroenteritis.
Sangrado rectal o heces en “jalea de grosella roja” signo tardío que sugiere isquemia o infarto intestinal.
Factores de riesgo adicionales:
Antecedente reciente de invaginación (puede presentarse con síntomas más sutiles).
Posible punto de arrastre: divertículo de Meckel, púrpura de Henoch-Schönlein, linfoma, pólipos intestinales (p. ej., síndrome de Peutz-Jeghers).
Cirugía intestinal reciente.
Vacunación reciente contra rotavirus.
Exploración física:
Masa abdominal palpable (forma de “salchicha”) en lado derecho del abdomen, cruzando la línea media hacia epigastrio o detrás del ombligo (en 2/3 de casos). Puede ser sutil; explorar cuando el niño esté tranquilo.
Distensión abdominal sugiere obstrucción.
Dolor o defensa abdominal posible perforación y peritonitis.
Revisar pañal y región perianal. El tacto rectal rara vez es necesario.
En lactantes, puede presentarse shock hipovolémico.
Manejo inicial
Priorizar analgesia y reanimación antes de estudios diagnósticos.
Canalizar vía venosa periférica en todos los casos sospechosos antes de imagen.
Tratar shock hipovolémico con bolos de 20 mL/kg de NaCl al 0.9% IV.
Administrar analgesia adecuada (fentanilo intranasal o morfina IV).
Avisar de forma temprana al equipo quirúrgico.
Mantener ayuno absoluto.
Colocar sonda nasogástrica si hay obstrucción/perforación en radiografía o si se planea traslado aéreo.
Durante ecografía o enema neumático, el paciente puede descompensarse el equipo debe estar preparado para reanimación.
Estudios complementarios
Ecografía abdominal:
Alta sensibilidad y especificidad (>98%) si la realiza un ecografista pediátrico experimentado.
La ecografía a pie de cama (POCUS) puede confirmar el diagnóstico si el operador está entrenado, pero no debe usarse para descartarlo.
Radiografía abdominal (AXR):
Indicar solo si hay signos de obstrucción o perforación.
Una AXR normal no descarta la invaginación (sensibilidad <50%).
Hallazgos sugestivos:
Patrón gaseoso anormal, vacío en cuadrante inferior derecho y masa de partes blandas en abdomen superior.
Masa rodeada de un semicírculo claro de gas (signo de media luna).
Ausencia de materia fecal en colon.
Signos de obstrucción de intestino delgado.
Neumoperitoneo perforación intestinal.
Enema con contraste o aire:
Puede ser diagnóstico y terapéutico, en coordinación con cirugía pediátrica.
Riesgo bajo de perforación y bacteriemia. Debe realizarse donde haya cirugía pediátrica disponible para laparotomía de urgencia si es necesario.
Contraindicado en peritonitis, shock, perforación o inestabilidad hemodinámica.
Análisis de laboratorio:
Glucosa en sangre.
Gasometría venosa, hemograma y electrolitos si el niño está grave.
Grupo sanguíneo y reserva para posible cirugía.
Considerar derivación o traslado cuando:
Existe sospecha de invaginación (en todos los casos).
El paciente requiere cuidados fuera de la capacidad del hospital.
Antes de trasladar:
Garantizar analgesia, acceso IV y líquidos.
Considerar que las pérdidas de tercer espacio pueden ser significativas y causar colapso hemodinámico.
Colocar sonda nasogástrica a drenaje libre si el traslado es aéreo.

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