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Influenza estacional

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

MANUAL DE EMERGENCIAS 2024



Manejo de la Influenza estacional



  • Tratamiento general:


    • En personas con influenza no complicada, es recomendable que sigan reposo, mantengan una buena hidratación y utilicen medicamentos como paracetamol o ibuprofeno para el alivio de síntomas como fiebre, dolor de cabeza, mialgia y malestar general. No se recomienda el uso de antibióticos a menos que haya una complicación bacteriana secundaria.

    • En personas que no están en grupos de riesgo, los antivirales como oseltamivir o zanamivir no suelen ser necesarios. Sin embargo, si la persona tiene un riesgo alto de desarrollar complicaciones, como en los siguientes grupos de riesgo, se puede considerar el uso de antivirales.

    • Grupos de riesgo que deben recibir tratamiento antiviral si se sospecha de influenza y el virus está circulando en la comunidad:


      • Personas con enfermedades crónicas preexistentes, como:


        • Enfermedades respiratorias (incluyendo asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica).

        • Enfermedades cardíacas.

        • Enfermedades renales o hepáticas crónicas.

        • Enfermedades neurológicas (por ejemplo, esclerosis múltiple).

        • Diabetes mellitus.

        • Personas inmunodeprimidas.


      • Personas mayores de 65 años.

      • Mujeres embarazadas o en el posparto (hasta 2 semanas después del parto).

      • Niños menores de 6 meses.

      • Personas con obesidad (IMC ≥ 40).

    • En estas personas de riesgo, el antiviral debe iniciarse lo más pronto posible, preferiblemente dentro de las 48 horas desde el inicio de los síntomas (36 horas en el caso de zanamivir para niños).


  • Profilaxis post-exposición:


    • Si una persona ha estado en contacto cercano con alguien con síntomas de influenza y pertenece a un grupo de riesgo, se recomienda el uso de antivirales como oseltamivir o zanamivir como profilaxis. Para ser efectiva, debe iniciarse dentro de las 48 horas del contacto (36 horas en el caso de zanamivir).

    • La profilaxis no se recomienda para personas vacunadas adecuadamente contra la influenza, a menos que la vacuna no sea efectiva contra la cepa circulante o hayan pasado menos de 14 días desde la vacunación.


  • Ingreso hospitalario:


    • Se recomienda el ingreso hospitalario urgente si la persona presenta complicaciones como neumonía, dificultad respiratoria o empeoramiento de una enfermedad crónica preexistente (por ejemplo, diabetes descontrolada).

    • También se debe considerar la hospitalización en niños pequeños (menores de 2 años) o en aquellos con síntomas graves.


Diagnóstico


  • El diagnóstico de la influenza se basa principalmente en los síntomas clínicos cuando el virus está circulando activamente en la comunidad.


  • Los síntomas de la influenza no complicada incluyen:

    • Fiebre, dolor de cabeza, mialgia, artralgia, tos, dolor de garganta, secreción nasal, fatiga, y en algunos casos, síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea (estos últimos son más comunes en niños).


  • Influenza complicada se sugiere cuando hay síntomas que requieren hospitalización o la aparición de complicaciones como infecciones respiratorias bajas (por ejemplo, neumonía), compromiso del sistema nervioso central o exacerbación significativa de una condición subyacente.


  • Las pruebas rápidas para influenza deben realizarse en pacientes con síntomas graves que sugieran influenza complicada, aunque el inicio del tratamiento antiviral no debe retrasarse mientras se esperan los resultados.


Diagnóstico Diferencial


  • Resfriado común (coryza): se diferencia de la influenza porque causa más problemas nasales y menos fiebre, fatiga o dolor muscular.

  • COVID-19: tiene síntomas similares a la influenza, y pueden coexistir ambas infecciones, lo que aumenta el riesgo de complicaciones.

  • Virus sincitial respiratorio (VSR): es más común en niños pequeños y personas mayores, y provoca infecciones respiratorias similares a la influenza.

  • Parainfluenza: puede causar infecciones respiratorias en personas inmunocomprometidas y niños, pero suele ser más leve.

  • Faringitis estreptocócica: causa dolor de garganta severo sin tos o congestión nasal, a diferencia de la influenza.

  • Neumonía bacteriana: puede confundirse con influenza o desarrollarse como complicación de esta.

  • Mononucleosis infecciosa: en adolescentes y adultos jóvenes, con síntomas persistentes como fatiga, fiebre y dolor de garganta prolongados.

  • Meningitis: debe descartarse en casos con fiebre alta, dolor de cabeza severo, rigidez en el cuello o confusión.


Definición


La influenza es una enfermedad respiratoria aguda causada por virus ARN de la familia Orthomyxoviridae, que se manifiesta principalmente durante los meses de invierno. Los tres tipos principales de virus de influenza son:


  • Influenza A: más frecuente y virulenta, responsable de epidemias estacionales y pandemias.

  • Influenza B: menos severa que la A, pero también puede causar brotes significativos.

  • Influenza C: suele causar infecciones leves o asintomáticas, similares a un resfriado común.


Los virus de influenza A y B se subdividen en varios subtipos, según las proteínas de superficie hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N), que juegan un papel crucial en la virulencia y la capacidad de propagación del virus.

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