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Infecciones del pulpejo

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 16 sept 2024

MANUAL MINORS



Las infecciones del pulpejo (panadizo) son infecciones bacterianas que afectan la almohadilla de la punta de los dedos. Estas infecciones suelen ser causadas por Staphylococcus aureus, generalmente como resultado de heridas punzantes, cortes, mordeduras o manipulación de objetos contaminados. La infección provoca la acumulación de pus en el tejido del pulpejo, lo que genera un dolor intenso, inflamación y enrojecimiento.


Diagnóstico


El diagnóstico es principalmente clínico, basado en la historia de una herida o traumatismo previo, junto con síntomas de dolor intenso, hinchazón localizada en la punta del dedo, y enrojecimiento. En etapas avanzadas, puede haber fluctuación (presencia de pus palpable) y calor local. Las radiografías se utilizan para descartar la presencia de osteomielitis o cuerpos extraños en casos complicados.


Diagnóstico diferencial

Patología

Diferencias clave

Paroniquia

Infección en la piel alrededor de la uña, no en la punta del dedo

Absceso subcutáneo

Colección de pus en otras partes de la mano, no limitada al pulpejo

Celulitis

Infección difusa de la piel con extensión más amplia, sin acumulación localizada de pus en el pulpejo

Herpes simple (panadizo herpético)

Vesículas dolorosas en la piel del pulpejo, sin formación de absceso purulento

Manejo en Emergencias


  • Inmovilización del dedo afectado para reducir el dolor y prevenir el daño adicional.


  • Aplicación de calor local (compresas calientes) para ayudar a la maduración del absceso y facilitar el drenaje.


  • Administración de analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor.


  • Si hay fluctuación, incisión y drenaje del absceso bajo condiciones estériles.


  • Administración de antibióticos orales (como cefalexina o clindamicina) en caso de infección grave o si hay celulitis circundante.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo incluye drenaje completo del pus y limpieza de la herida. Los antibióticos se prescriben en infecciones moderadas o graves, o cuando hay signos de extensión sistémica. Si la infección afecta al hueso (osteomielitis), puede ser necesaria una intervención quirúrgica más extensa. La vigilancia del paciente es crucial para garantizar que la infección no progrese ni recurra.

 
 
 

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