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Infecciones de la Almohadilla Digital (Panadizo Pulpar)

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



Las infecciones de la almohadilla digital, o panadizos pulpares, son infecciones bacterianas que afectan la parte blanda de la punta del dedo. Estas infecciones son comúnmente causadas por Staphylococcus aureus, y suelen ocurrir tras heridas punzantes, cortes, mordeduras o al manipular objetos contaminados. La infección provoca acumulación de pus en el tejido de la yema del dedo, lo que genera dolor intenso, hinchazón y enrojecimiento.


Diagnóstico


El diagnóstico es principalmente clínico, basado en el antecedente de una herida o trauma previo, junto con síntomas como dolor intenso, hinchazón localizada en la punta del dedo y enrojecimiento. En etapas avanzadas puede haber fluctuación (presencia palpable de pus) y aumento de temperatura local. Las radiografías se utilizan en casos complicados para descartar osteomielitis o cuerpos extraños.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Diferencias Clave

Paroniquia

Infección alrededor de la uña, no en la punta del dedo.

Absceso subcutáneo

Acumulación de pus en otra parte de la mano, no limitada a la almohadilla digital.

Celulitis

Infección difusa de la piel con extensión más amplia, sin acumulación localizada de pus en la yema del dedo.

Panadizo herpético

Vesículas dolorosas en la piel de la yema del dedo, sin formación de absceso purulento.

Manejo de Emergencia


  • Inmovilización del dedo afectado para reducir el dolor y evitar mayor daño.


  • Aplicación de calor local (compresas tibias) para ayudar a que el absceso madure y facilitar el drenaje.


  • Administración de analgésicos y antiinflamatorios para el manejo del dolor.


  • Si hay fluctuación, realizar incisión y drenaje del absceso bajo condiciones estériles.


  • Antibióticos orales (como cefalexina o clindamicina) en infecciones graves o si hay celulitis circundante.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo consiste en el drenaje completo del pus y la limpieza de la herida. Se prescriben antibióticos en infecciones moderadas o graves, o cuando hay signos de diseminación sistémica.


Si la infección compromete el hueso (osteomielitis), puede requerirse una intervención quirúrgica más extensa. Es fundamental el seguimiento clínico del paciente para asegurar que la infección no progrese ni recurra.

 
 
 

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