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Infarto mesentérico agudo

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 11 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



El infarto mesentérico agudo es una emergencia médico-quirúrgica potencialmente fatal que requiere un diagnóstico precoz y una intervención rápida para prevenir la necrosis intestinal y reducir la alta mortalidad asociada, que oscila entre el 60-80%[2]. Esta condición se caracteriza por una interrupción brusca del flujo sanguíneo al intestino, lo que puede ocurrir por diversas causas, incluyendo embolia, trombosis arterial, trombosis venosa o estados de bajo flujo[1][4].


Síntomas


Los síntomas del infarto mesentérico agudo son a menudo inespecíficos, lo que puede dificultar el diagnóstico temprano. Los principales síntomas incluyen:


  • Dolor abdominal intenso y repentino, generalmente desproporcionado en relación con los hallazgos físicos[1][5]

  • Náuseas y vómitos[2][5]

  • Diarrea, que puede ser sanguinolenta en etapas avanzadas[1][5]

  • Distensión abdominal[2][6]

  • Necesidad urgente de defecar[5]

  • Fiebre, especialmente en casos de trombosis venosa mesentérica[3]


Es importante destacar que el dolor abdominal suele preceder a otros síntomas y tiene un comienzo brusco, con localización periumbilical[3].


Signos clínicos


Los signos clínicos del infarto mesentérico agudo pueden ser sutiles en las etapas iniciales, pero evolucionan rápidamente a medida que progresa la isquemia:


  • Inicialmente, el abdomen puede permanecer blando con escaso o nulo dolor a la palpación[1]

  • Taquicardia leve[1]

  • A medida que se desarrolla la necrosis, aparecen signos de peritonitis:


    • Dolor intenso a la palpación abdominal.

    • Defensa y rigidez abdominal

    • Ausencia de ruidos hidroaéreos[1]


  • Signos de shock en etapas avanzadas[1]


Exploración


La exploración física en el infarto mesentérico agudo es crucial, aunque los hallazgos pueden ser imprecisos en las etapas iniciales:


  • Examen abdominal cuidadoso, buscando signos de peritonitis[3]

  • Evaluación de signos de aterosclerosis, como soplos carotídeos o cardíacos[3]

  • Búsqueda de posibles focos embolígenos[3]

  • Evaluación del estado hemodinámico del paciente[3]


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico precoz es fundamental para mejorar el pronóstico. Las principales pruebas diagnósticas incluyen:


  • Análisis de sangre: leucocitosis, elevación de lactato y dímero-D[3]

  • Angiotomografía computarizada (angio-TC): es la técnica de imagen inicial de elección[6]


    • Permite visualizar oclusiones arteriales o venosas

    • Puede mostrar signos de isquemia intestinal como engrosamiento de la pared intestinal o neumatosis[4]


  • Angiografía mesentérica: considerada el estándar de oro para el diagnóstico[1]

  • Laparotomía exploradora: a menudo necesario para confirmar el diagnóstico y evaluar la viabilidad intestinal[2]


Manejo de emergencias


El manejo del infarto mesentérico agudo en el servicio de emergencias debe ser rápido y coordinado:


  1. Estabilización hemodinámica:


    • Colocación de vía venosa central[3]

    • Reposición de líquidos y electrolitos[3]


  2. Analgesia adecuada[3]

  3. Antibióticos de amplio espectro para prevenir la translocación bacteriana[3]

  4. Anticoagulación con heparina, salvo contraindicaciones[3]

  5. Solicitud urgente de angio-TC abdominal[6]

  6. Consulta inmediata con cirugía vascular y general[3]

  7. Preparación para posible intervención quirúrgica urgente:


    • Embolectomía

    • Revascularización

    • Resección intestinal si hay necrosis establecida[1]


  8. Consideración de terapias endovasculares en casos seleccionados[4]


El reconocimiento temprano y el manejo agresivo son cruciales para mejorar los resultados en pacientes con infarto mesentérico agudo. La colaboración multidisciplinaria entre emergenciólogos, radiólogos, cirujanos vasculares y generales es esencial para optimizar el tratamiento y reducir la mortalidad asociada a esta grave condición.


Citas




 
 
 

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