MANUAL MINORS
Las heridas contusas de la mano son lesiones cerradas causadas por traumatismos directos, como golpes, caídas o aplastamientos. Estas heridas no suelen involucrar cortes abiertos en la piel, pero pueden dañar estructuras internas como músculos, tendones, nervios, vasos sanguíneos e incluso huesos.
Las contusiones pueden variar en severidad, desde hematomas leves hasta aplastamientos severos que comprometen la función de la mano. Estas lesiones pueden acompañarse de dolor, edema, equimosis (moretones) y, en casos más graves, isquemia o necrosis tisular.
Diagnóstico
El diagnóstico de una herida contusa de la mano se realiza mediante la historia clínica del trauma y el examen físico. Es fundamental evaluar el área afectada para identificar signos de edema, equimosis, deformidades, dolor a la palpación y limitación funcional. Se debe explorar la movilidad activa y pasiva de los dedos y la muñeca, así como la sensibilidad y la perfusión sanguínea distal.
Dependiendo de la gravedad del trauma, pueden realizarse estudios de imagen, como radiografías para descartar fracturas ocultas o lesiones óseas, y ecografía para evaluar la integridad de los tendones, nervios y vasos sanguíneos. En contusiones severas o aplastamientos, la tomografía computarizada puede ser útil para una evaluación más detallada de los daños internos.
Diagnóstico diferencial
Condición | Características clínicas principales | Diferenciación clave |
---|---|---|
Hematoma simple | Hinchazón y equimosis, sin pérdida funcional significativa | Ausencia de deformidad o lesión tendinosa o ósea |
Fractura oculta | Dolor intenso, posible deformidad | Confirmación por radiografía |
Lesión tendinosa | Dificultad o incapacidad para mover los dedos | Déficit de movimiento activo en extensión o flexión |
Lesión nerviosa | Pérdida de sensibilidad en áreas específicas | Parestesia o anestesia distal a la lesión |
Aplastamiento severo | Dolor severo, edema masivo, posible necrosis tisular | Historia de trauma por aplastamiento y afectación extensa |
Manejo en Emergencias
El manejo inicial de una herida contusa en la mano se enfoca en controlar el dolor, reducir el edema y evaluar la gravedad de la lesión. Se debe inmovilizar la mano afectada para evitar más daño. La aplicación de hielo local es útil para disminuir la inflamación y el dolor, pero debe hacerse con intervalos (20 minutos cada hora) para evitar el daño por frío excesivo. Los analgésicos y antiinflamatorios no esteroides (AINEs) suelen ser suficientes para controlar el dolor en la mayoría de los casos.
Si se sospecha de un daño más profundo (fracturas, lesiones tendinosas o nerviosas), se debe realizar una exploración detallada y solicitar estudios de imagen. En casos de aplastamiento o compromiso vascular, se debe derivar inmediatamente al paciente a un especialista para evitar complicaciones como el síndrome compartimental, que puede requerir una intervención quirúrgica urgente.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo de las heridas contusas de la mano depende de la severidad de la lesión. En casos leves, el manejo conservador con inmovilización temporal, elevación de la mano y analgésicos es suficiente. Sin embargo, en lesiones más graves, como aplastamientos severos, puede ser necesario un desbridamiento quirúrgico para eliminar tejido necrosado o una intervención quirúrgica para reparar fracturas o lesiones tendinosas.
La rehabilitación es esencial en el manejo postraumático, incluso en casos de contusiones leves, para evitar rigidez articular y recuperar la funcionalidad completa de la mano. La fisioterapia debe enfocarse en la movilidad, fuerza y coordinación fina, dependiendo de la lesión tratada.
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