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Hepatitis C, D y E

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



Las hepatitis virales C, D y E son infecciones que afectan al hígado, causando inflamación y potencial daño hepático a largo plazo. Este artículo académico aborda los aspectos clave de estas enfermedades, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.


Síntomas


Hepatitis C


La mayoría de las personas con hepatitis C aguda no presentan síntomas. Sin embargo, cuando aparecen, pueden incluir:


  • Fatiga

  • Fiebre

  • Náuseas y vómitos

  • Pérdida de apetito

  • Dolor abdominal

  • Orina oscura

  • Heces de arcilla de color

  • Ictericia[1][4]


En la hepatitis C crónica, los síntomas pueden no manifestarse durante décadas hasta que se desarrollan complicaciones[1].


Hepatitis D


Los síntomas de la hepatitis D aguda son similares a los de otras hepatitis virales, pero suelen ser más graves. Pueden incluir:


  • Fatiga

  • Náuseas y vómitos

  • Pérdida de apetito

  • Dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen

  • Orina oscura

  • Ictericia[6]


La hepatitis D crónica puede no presentar síntomas hasta que se desarrollen complicaciones como la cirrosis[6].


Hepatitis E


Los síntomas de la hepatitis E son similares a los de otras hepatitis virales y pueden incluir:


  • Fatiga

  • Náuseas y vómitos

  • Fiebre

  • Dolor abdominal

  • Ictericia


Signos Clínicos


Los signos clínicos de las hepatitis C, D y E pueden ser similares e incluyen:


  • Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)

  • Hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado)

  • Esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo)

  • Ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) en casos avanzados[2][6]


Exploración


La exploración física en pacientes con hepatitis C, D o E puede revelar:


  • Ictericia cutánea mucosa

  • Hepatomegalia dolorosa a la palpación

  • Signos de enfermedad hepática crónica en casos avanzados, como:


    • Eritema palmar

    • Telangiectasias

    • Ascitis

    • Edema periférico[2][6]


Pruebas diagnósticas


Hepatitis C


  • Prueba de anticuerpos anti-VHC (enzimoinmunoanálisis)

  • Prueba de ARN del VHC (PCR)

  • Genotipado del VHC

  • Pruebas de función hepática

  • Elastografía o biopsia hepática para evaluar el grado de fibrosis[1][7]


Hepatitis D


  • Prueba de anticuerpos anti-VHD (IgM e IgG)

  • Detección de ARN del VHD

  • Pruebas de función hepática

  • Elastografía o biopsia hepática[6]


Hepatitis E


  • Prueba de anticuerpos anti-VHE (IgM e IgG)

  • Detección de ARN del VHE

  • Pruebas de función hepática


Manejo de emergencias


El manejo de emergencias para las hepatitis C, D y E se centra principalmente en el tratamiento de complicaciones agudas:


  1. Evaluación inicial: Signos vitales, estado mental y examen físico completo.

  2. Pruebas de laboratorio: Hemograma completo, pruebas de función hepática, tiempo de protrombina, electrolitos y pruebas de función renal.

  3. Tratamiento de soporte:


    • Manejo de fluidos y electrolitos

    • Corrección de trastornos de coagulación si es necesario

    • Tratamiento de la encefalopatía hepática si está presente


  4. Monitoreo estrecho de la función hepática y signos de insuficiencia hepática aguda.

  5. En casos de hepatitis fulminante, considerar la derivación urgente a un centro de trasplante hepático[3][6].

  6. Iniciar tratamiento antiviral específico según el tipo de hepatitis, bajo la supervisión de un especialista en hepatología.


Las hepatitis C, D y E presentan desafíos diagnósticos y terapéuticos únicos. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos clínicos, junto con las pruebas diagnósticas apropiadas, es crucial para un manejo adecuado. El tratamiento de emergencia se centra en el manejo de complicaciones agudas y la prevención de la progresión a insuficiencia hepática fulminante.


Citas


 
 
 

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