MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La hepatitis A es una infección viral aguda que afecta al hígado, causada por el virus de la hepatitis A (VHA). Es una de las formas más comunes de hepatitis viral y se transmite principalmente por vía fecal-oral. Este artículo presenta una revisión académica de los aspectos clave de la hepatitis A, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas de la hepatitis A generalmente aparecen de 2 a 6 semanas después de la exposición al virus[3]. La presentación clínica puede variar desde asintomática, especialmente en niños menores de 6 años, hasta una enfermedad sintomática que puede durar varias semanas[4]. Los síntomas más comunes incluyen:
Fatiga y debilidad inusuales
Náuseas y vómitos
Pérdida de apetito
Fiebre de bajo grado
Dolor abdominal, especialmente en el cuadrante superior derecho.
Orina oscura
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
Picazón generalizada[1][3][4]
Es importante notar que alrededor del 70% de los menores de 6 años no presentan síntomas, y aquellos que los presentan rara vez desarrollan ictericia[4].
Signos
Los signos clínicos de la hepatitis A pueden incluir:
Ictericia visible en la esclerótica y la piel.
Hepatomegalia (agrandamiento del hígado)
Dolor a la palpación en el cuadrante superior derecho del abdomen.
Coluria (orina oscura)
Acolia (heces de color arcilla o pálidas)[1][3][4]
Exploración
La exploración física en pacientes con sospecha de hepatitis A debe incluir:
Evaluación de la coloración de la piel y las escleróticas para detectar ictericia.
Palpación abdominal para detectar hepatomegalia y dolor en el cuadrante superior derecho
Evaluación del estado mental para descartar encefalopatía hepática
Búsqueda de signos de deshidratación debido a vómitos o diarrea[2][4]
Pruebas Diagnósticas
El diagnóstico de la hepatitis A se basa en una combinación de resultados clínicos y pruebas de laboratorio:
Pruebas de función hepática: ALT, AST, bilirrubina, fosfatasa alcalina
Pruebas serológicas: detección de anticuerpos IgM e IgG contra el VHA
Tiempo de protrombina para evaluar la función de coagulación
Hemograma completo
Pruebas de función renal y electrolitos[2][3][4]
La presencia de anticuerpos IgM anti-VHA confirma una infección aguda por hepatitis A[4].
Manejo de emergencias
El manejo de la hepatitis A en el servicio de emergencias se centra en la evaluación inicial, el tratamiento sintomático y la prevención de complicaciones:
Evaluación inicial:
ABC (vía aérea, respiración, circulación)
Monitorización de signos vitales
Evaluación del estado mental
Tratamiento sintomático:
Hidratación intravenosa si hay vómitos persistentes o deshidratación.
Control de náuseas y vómitos
Manejo del dolor y la fiebre
Medidas generales:
Reposo y abstención de alcohol.
Evitar medicamentos hepatotóxicos, incluido el paracetamol.
Criterios de ingreso hospitalario:
Signos de insuficiencia hepática (actividad de protrombina < 50%, encefalopatía)
Vómitos persistentes
Bilirrubina total > 20 mg/dl
Elevación marcada de enzimas de colestasis[5]
Prevención de la transmisión:
Educación sobre higiene personal y lavado de manos.
Considere la administración de inmunoglobulina a contactos cercanos
No existe un tratamiento específico para la hepatitis A, y la mayoría de los pacientes se recuperan completamente sin secuelas a largo plazo[3][4].
La hepatitis A es una infección viral aguda que requiere un diagnóstico preciso y un manejo adecuado en el servicio de emergencias. Aunque generalmente es autolimitada, es crucial la identificación temprana de complicaciones potenciales y la implementación de medidas preventivas para evitar la transmisión.
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