MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La hepatitis, definida como la inflamación del hígado, es una condición que puede tener diversas etiologías, incluyendo infecciones virales, toxinas, medicamentos y procesos autoinmunes[1][2]. Este artículo proporciona una revisión académica de los aspectos clave de la hepatitis, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas de la hepatitis pueden variar desde leves hasta severos y pueden incluir:
Fatiga y cansancio generalizado
Fiebre de bajo grado
Náuseas y vómitos
Pérdida de apetito
Dolor o molestias en el cuadrante superior derecho del abdomen
Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
Orina oscura y heces de color arcilla
Picazón generalizada[1][2][3]
Es importante notar que algunos pacientes, especialmente aquellos con hepatitis B o C crónica, pueden ser asintomáticos en las etapas iniciales de la enfermedad[5].
Signos Clínicos
Los signos clínicos de la hepatitis pueden incluir:
Ictericia visible en la esclerótica y la piel.
Hepatomegalia (agrandamiento del hígado)
Esplenomegalia (agrandamiento del bazo)
Ascitis (acumulación de líquido en la cavidad abdominal)
Signos de encefalopatía hepática en casos severos[1][5]
Exploración
La exploración física en pacientes con sospecha de hepatitis debe incluir:
Evaluación de la coloración de la piel y las escleróticas.
Palpación abdominal para detectar hepatomegalia o esplenomegalia
Búsqueda de signos de ascitis
Evaluación del estado mental para descartar encefalopatía hepática
Búsqueda de signos de coagulopatía, como petequias o equimosis[5][11]
Pruebas Diagnósticas
El diagnóstico de la hepatitis se basa en una combinación de hallazgos clínicos y pruebas de laboratorio:
Pruebas de función hepática: ALT, AST, bilirrubina, fosfatasa alcalina, albúmina.
Pruebas serológicas para hepatitis viral: HBsAg, anti-HBc, anti-HBs para hepatitis B; anti-VHC para hepatitis C.
Pruebas moleculares: PCR para detectar ARN viral en hepatitis C o ADN viral en hepatitis B.
Estudios de imagen: ecografía abdominal, tomografía computarizada o resonancia magnética.
Biopsia hepática en casos seleccionados[5][6][9]
Manejo de emergencias
El manejo de la hepatitis en el servicio de emergencias se centra en la estabilización del paciente y la identificación de complicaciones potencialmente mortales:
Evaluación inicial y estabilización:
ABC (vía aérea, respiración, circulación)
Monitorización de signos vitales
Evaluación del estado mental
Estudios de laboratorio:
Pruebas de función hepática
Hemograma completo
Pruebas de coagulación
Electrolitos séricos
Niveles de acetaminofén (en casos de sospecha de toxicidad)
Manejo sintomático:
Hidratación intravenosa
Control de náuseas y vómitos
Manejo del dolor
Tratamiento específico:
N-acetilcisteína en casos de toxicidad por acetaminofén
Antivirales en casos seleccionados de hepatitis viral aguda severa
Identificación y manejo de complicaciones:
Encefalopatía hepática
Coagulopatía
Insuficiencia hepática aguda
Consulta con especialistas en gastroenterología o hepatología.
Consideración de transferencia a un centro de trasplante hepático en casos de insuficiencia hepática aguda[8][11]
La hepatitis es una condición compleja que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico integral. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos, junto con un diagnóstico preciso y un manejo adecuado en el servicio de emergencias, es crucial para mejorar los resultados en los pacientes con esta enfermedad.
Citas
[7] https://www.msdmanuals.com/es/hogar/trastornos-del-hígado-y-de-la-vesícula-biliar/hepatitis/introducción-a-la-hepatitis-vírica-aguda
[9]https://seimc.org/contenidos/documentoscientificos/procedimientosmicrobiologia/seimc-procedimientomicrobiologia50.pdf
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