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Hemorragia anteparto

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La hemorragia anteparto (HAP) es una complicación obstétrica que ocurre después de la semana 24 de gestación y antes del parto, afectando aproximadamente al 3-5% de los embarazos[2]. Esta condición puede tener consecuencias graves tanto para la madre como para el feto, siendo responsable de una proporción significativa de nacimientos prematuros y problemas neonatales[5].


Las principales causas de HAP incluyen:


  1. Placenta previa (0,5% de los embarazos)[1][5]

  2. Desprendimiento prematuro de placenta normoinserta (DPPNI) (10% de los casos de HAP)[1][5]

  3. Placenta acreta, increta o percreta[5]


Síntomas


Los síntomas de la HAP pueden variar según la causa subyacente, pero generalmente incluyen:


  • Sangrado vaginal indoloro, especialmente en casos de placenta previa[1][5]

  • Dolor abdominal o pélvico, particularmente en casos de DPPNI[1][3]

  • Contracciones uterinas[3]

  • Debilidad, vértigo o síncope[1]


Signos clínicos


Los signos clínicos observados en pacientes con HAP incluyen:


  • Hemorragia genital de cantidad variable[1]

  • Útero hipertónico o de consistencia “leñosa” en casos de DPPNI[1]

  • Taquicardia materna[1][5]

  • Hipotensión[1][5]

  • ignos de shock hipovolémico en casos severos[1][2]


Exploración


Durante la exploración física, el médico debe evaluar:


  • La cantidad y características del sangrado vaginal[1][5]

  • La consistencia y sensibilidad del útero[1]

  • La frecuencia cardiaca fetal y signos de sufrimiento fetal[1][3]

  • Los signos vitales maternos, incluyendo presión arterial y frecuencia cardíaca[1][5]


Pruebas diagnósticas


Las pruebas diagnósticas fundamentales para la HAP incluyen:


  1. Ecografía obstétrica: Es la herramienta principal para diagnosticar la placenta previa y evaluar la localización placentaria[1][2]

  2. Monitorización fetal electrónica: Para evaluar el bienestar fetal[3][5]

  3. Hemograma completo: Para evaluar el grado de pérdida sanguínea[1]

  4. Pruebas de coagulación: Especialmente importantes en casos de DPPNI, donde puede desarrollarse coagulopatía[1][5]


Manejo de emergencias


El manejo de la HAP en el servicio de emergencias debe ser rápido y eficiente:


  1. Evaluación inicial: Valorar el estado hemodinámico de la paciente y el bienestar fetal[3][5]


  2. Estabilización materna:


    • Establecer dos accesorios venosos de gran calibre[3]

    • Administrar oxígeno suplementario[3]

    • Iniciar fluidoterapia con solución salina normal o lactato Ringer[3]


  3. Monitorización continua:


    • Signos vitales maternos[3][5]

    • Frecuencia cardiaca fetal[3][5]

    • Cuantifiación del sangrado vaginal[3]


  4. Manejo específico según la causa:


    • En placenta previa: Manejo expectante si no hay compromiso materno-fetal[1][5]

    • En DPPNI: Considerar parto inmediato, especialmente si hay compromiso materno o fetal[1][5]


  5. Preparación para posibles complicaciones:


    • Disponer de hemoderivados[3]

    • Preparar para una posible cesárea de emergencia[1][5]


  6. Traslado a un centro de mayor complejidad si es necesario[3]


La hemorragia anteparto es una condición obstétrica grave que requiere un diagnóstico rápido y un manejo multidisciplinario. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos, junto con una evaluación diagnóstica adecuada, es crucial para optimizar los resultados maternos y fetales. El manejo en emergencias debe centrarse en la estabilización materna, la evaluación del bienestar fetal y la preparación para una intervención rápida si es necesaria.


Citas


 
 
 

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