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Guía sobre ansiedad infantil para padres y cuidadores

INFORMACIÓN PARA PADRES - SALUD PEDIÁTRICA


Aviso Legal


Este contenido tiene fines informativos y no sustituye la consulta con su médico o profesional de salud. No incentivamos por ninguna razón la automedicación. Se ha realizado un esfuerzo para asegurar que la información sea precisa, actualizada y clara. www.emergencias.org.es no se responsabiliza por errores, omisiones o los resultados de tratamientos descritos. Las publicaciones informativas se actualizan regularmente, por lo que se recomienda asegurarse de tener la versión más reciente.



Gracias por estar aquí. Ya sea que sea su primer acercamiento para apoyar a un niño con ansiedad o ya tenga experiencia acompañándolo, no está solo/a.


Esta guía está diseñada para ayudarle a entender qué es la ansiedad en la infancia, cómo identificarla, cómo buscar ayuda y qué opciones de tratamiento existen. Está elaborada por personas que han pasado por esta experiencia: padres, hermanos, profesionales y personas con experiencia propia en salud mental. Queremos que sepa que aunque parezca difícil, la recuperación es posible.


¿Qué es la ansiedad infantil?


Sentir ansiedad es una experiencia normal. Es común que los niños se preocupen por nuevas situaciones, amistades, exámenes o cambios en su rutina.


Sin embargo, cuando estas preocupaciones:


  • Se mantienen en el tiempo


  • Son muy intensas


  • o hacen que el niño evite actividades normales


podríamos estar ante un trastorno de ansiedad.


Como padre, madre o cuidador, su rol es fundamental para apoyar al niño en la gestión de su ansiedad.


Etapas para el manejo de la ansiedad


1. Identificación


El primer paso es reconocer los signos de ansiedad, que pueden ser emocionales, conductuales o físicos. Entre ellos:


Signos emocionales y conductuales:


  • Preocupación excesiva


  • Irritabilidad o enfado repentino


  • Dificultad para dormir o concentrarse


  • Aislamiento social


  • Evitar situaciones (escuela, comidas, juegos)


  • Búsqueda constante de tranquilidad


  • Planificación excesiva


  • Dificultades para hablar en público


Síntomas físicos:


  • Náuseas o molestias estomacales


  • Dolor de cabeza


  • Tensión muscular


  • Fatiga


También es importante prestar atención a comentarios o alertas de su entorno: maestros, entrenadores, familiares o amigos cercanos del niño.


2. Evaluación


Una evaluación es realizada por un profesional de la salud para entender el origen de los síntomas. Puede incluir entrevistas, cuestionarios y observación clínica.


¿Quién puede realizarla?


  • Médico de cabecera


  • Psicólogo/a


  • Psiquiatra infantil


  • Pediatra


Durante la evaluación, usted puede participar si el niño lo permite, y aportar información relevante sobre cambios de conducta, historial médico o antecedentes familiares.


3. Plan de atención


Una vez realizado el diagnóstico (si lo hay), se elabora un plan personalizado que debe incluir:


  • Información clara sobre la ansiedad


  • Opciones de tratamiento


  • Preferencias del niño y su familia


Este plan debe construirse en conjunto: profesionales, familia y el niño, en la medida de lo posible. El respeto a la privacidad y la participación activa son clave en este proceso.


4. Tratamiento


El tratamiento busca gestionar los síntomas a lo largo del tiempo, no resolverlos de forma inmediata. Puede variar según cada niño, y combinar diferentes enfoques:


a) Terapia psicológica


Debe ser siempre la primera opción y puede incluir:


  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): ayuda a modificar pensamientos y conductas relacionadas con la ansiedad.


  • Terapia de aceptación y compromiso (ACT): promueve la aceptación de emociones y el enfoque en el presente.


Puntos importantes sobre la terapia:


  • Solo algunos profesionales están capacitados para brindarla.


  • Puede realizarse de forma individual, grupal, en línea o presencial.


  • Puede involucrar a la familia o red de apoyo.


  • Puede haber lista de espera o costos asociados.


b) Medicación


En algunos casos, se puede considerar el uso de fármacos, especialmente cuando:


  • La terapia sola no ha dado resultado


  • La ansiedad impide al niño participar en su entorno (escuela, familia, amistades)


  • Existe riesgo de autolesión


Solo un profesional médico (pediatra, psiquiatra o médico de cabecera capacitado) puede recetar estos medicamentos.


La medicación debe tomarse como se indica, no debe suspenderse sin control, y debe monitorearse constantemente por los posibles efectos secundarios.


5. Revisión y seguimiento


El tratamiento debe monitorearse regularmente para evaluar avances y ajustar lo necesario. Puede hacerlo mediante:


  • Consultas frecuentes con el profesional tratante


  • Un diario de síntomas, donde registre cambios de humor, conducta o energía


  • Comunicación constante entre el niño, la familia y el profesional


Es normal que el plan de atención cambie con el tiempo, a medida que el niño crece o cambian sus necesidades.


Consejos finales para familias y cuidadores


  • Su presencia, apoyo y paciencia marcan una gran diferencia.


  • Puede volver a esta guía cuando lo necesite.


  • Cuidarse a usted mismo/a también es parte del proceso de apoyo.


Preguntas frecuentes


¿Cómo sé si es una preocupación normal o un trastorno de ansiedad?


Si las preocupaciones son intensas, duran semanas o más y afectan el día a día del niño, es momento de consultar a un profesional.


¿Mi hijo puede superar la ansiedad sin tratamiento?


Algunos niños sí, pero otros necesitan ayuda especializada. Cuanto antes se actúe, mejores serán los resultados.


¿Todos los niños con ansiedad deben tomar medicación?


No. La mayoría mejora con apoyo emocional y tratamiento psicológico. La medicación se considera solo en casos específicos.



 
 
 

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