MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
Las infecciones por gusanos, también conocidas como helmintiasis, son un problema de salud pública significativo, especialmente en regiones tropicales y subtropicales. Este artículo proporciona una visión general de las infecciones helmínticas más comunes, centrándose en sus síntomas, signos clínicos, métodos de exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas de las infecciones por gusanos varían según el tipo de helminto y la carga parasitaria. En general, los síntomas más comunes incluyen:
Dolor abdominal y malestar gastrointestinal[1][3]
Diarrea, que puede ser sanguinolenta en algunos casos[3]
Náuseas y vómitos[1][3]
Pérdida de peso o desnutrición, especialmente en niños[1][4]
Fatiga y debilidad general[4]
Picazón anal, particularmente nocturno en el caso de los oxiuros[6]
Síntomas respiratorios como tos y sibilancias, especialmente en la fase de migración pulmonar de algunos helmintos[1][3]
En infecciones graves, pueden presentarse complicaciones como obstrucción intestinal o de conductos biliares y pancreáticos[1][3].
Signos Clínicos
La exploración física puede revelar varios signos clínicos, dependiendo del tipo y gravedad de la infección:
Distensión abdominal[1]
Palidez de mucosas, indicativa de anemia[2]
Lesiones cutáneas serpiginosas en casos de larva migrans cutánea[5]
Presencia visible de gusanos en heces, vómito o emergiendo de la nariz o boca[1][3]
Hepatomegalia o esplenomegalia en infecciones crónicas[2]
Signos de desnutrición, especialmente en niños con infecciones crónicas[1][4]
Exploración
La exploración del paciente con sospecha de infección helmíntica debe incluir:
Examen físico completo, con especial atención al abdomen[1][3]
Inspección de la región perianal en busca de oxiuros o sus huevos[6]
Examen de la piel en busca de lesiones características de larva migrans[5]
Evaluación del estado nutricional, particularmente en niños[1][4]
Auscultación pulmonar para detectar sibilancias o estertores en caso de migración larvaria pulmonar[1][3]
Pruebas Diagnósticas
El diagnóstico definitivo de las infecciones helmínticas se basa principalmente en:
Examen microscópico de heces para detectar huevos o larvas[1][3]
Técnica de Kato-Katz para la detección de huevos en heces[2]
Prueba del antígeno catódico circulante (CCA) para esquistosomiasis[2]
Identificación de gusanos adultos en heces o emergentes de orificios corporales[1][3]
Hemograma completo, que puede mostrar eosinofilia[1][3]
Radiografía de tórax para detectar infiltrados pulmonares en la fase de migración larvaria[3]
En casos específicos, pruebas serológicas o inmunológicas[2]
Manejo de emergencias
El manejo de las infecciones helmínticas en emergencias se centra en:
Tratamiento farmacológico:
Albendazol, mebendazol o ivermectina son los antiparasitarios de elección para la mayoría de las infecciones[1][3]
Prazicuantel para esquistosomiasis[2]
Manejo de complicaciones:
Tratamiento de la obstrucción intestinal, que puede requerir intervención quirúrgica en casos graves[1][3]
Manejo de la deshidratación y desequilibrios electrolíticos en casos de diarrea severa[1][3]
Soporte nutricional en pacientes con desnutrición[1][4]
Educación del paciente sobre medidas preventivas para evitar la reinfección[5][6]
Notificación a las autoridades de salud pública en áreas endémicas para implementar medidas de control[2]
Las infecciones helmínticas representan un desafío significativo para la salud pública global. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos clínicos, junto con un diagnóstico preciso y un manejo adecuado, son fundamentales para reducir la morbilidad asociada a estas infecciones. La prevención, a través de medidas de saneamiento y educación en salud, sigue siendo la estrategia más efectiva para el control a largo plazo de las helmintiasis.
Citas
[3] https://www.msdmanuals.com/es/professional/enfermedades-infecciosas/nematodos-gusanos-redondos/ascariasis?ruleredirectid=755
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