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Gonorrea

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 10 feb

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La gonorrea es una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae. Esta enfermedad representa un importante problema de salud pública debido a su alta prevalencia y creciente resistencia a los antibióticos[7]. A continuación, se analizan los aspectos más relevantes de esta patología desde una perspectiva clínica y de manejo en emergencias.


Síntomas


Los síntomas de la gonorrea pueden variar entre hombres y mujeres, y en muchos casos la infección puede ser asintomática.


En hombres, los síntomas más comunes incluyen:


  • Dolor o ardor al orinar

  • Secreción uretral purulenta de color blanco, amarillo o verde.

  • Dolor o inflamación testicular[1][4]


En mujeres, los síntomas suelen ser más leves o inespecíficos:


  • Aumento del flujo vaginal

  • Dolor o ardor al orinar

  • Sangrado vaginal anormal

  • Dolor abdominal o pélvico[4]


Es importante destacar que hasta el 50% de las mujeres infectadas pueden ser asintomáticas[5].


Signos clínicos


Durante la exploración física, los signos clínicos más relevantes son:


  • En hombres: secreción uretral purulenta, eritema o inflamación del meato uretral[1]

  • En mujeres: secreción cervical mucopurulenta, friabilidad cervical

  • En ambos sexos: signos de infección rectal como secreción, sangrado o dolor[2]


En casos de infección diseminada, pueden observarse lesiones cutáneas, artritis o fiebre[4].


Exploración


La exploración física debe incluir:


  1. Inspección visual de genitales externos.

  2. En mujeres, examen con espéculo para evaluar el cuello uterino.

  3. Palpación abdominal para detectar dolor o masas.

  4. Examen rectal si hay sospecha de infección en esta localización.

  5. Evaluación de la orofaringe en casos de posible infección oral[3]


Pruebas diagnósticas


El diagnostico definitivo de la gonorrea se basa en pruebas de laboratorio:


  1. Pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT): Son el método de elección por su alta sensibilidad y especificidad. Pueden realizarse en muestras de orina o hisopados genitales[3][6].

  2. Cultivo bacteriano: Permite la identificación del microorganismo y la realización de pruebas de sensibilidad antimicrobiana[7].

  3. Tinción de Gram: Puede utilizarse como método rápido en hombres sintomáticos, pero tiene baja sensibilidad en mujeres[1].

  4. Pruebas bioquímicas: Ayudan a confirmar la identificación de N. gonorrhoeae[7].


Manejo de emergencias


El manejo de la gonorrea en el servicio de emergencias debe seguir estos pasos:


  1. Evaluación clínica y toma de muestras para diagnóstico.

  2. Tratamiento empírico inmediato si hay alta sospecha clínica, sin esperar resultados de laboratorio.

  3. Administración de antibióticos según las guías actuales. La OMS recomienda:


    • Ceftriaxona 250 mg intramuscular en dosis única más azitromicina 1 g oral en dosis única, o

    • Cefixima 400 mg oral en dosis única más azitromicina 1 g oral en dosis única[5]


  4. Educación al paciente sobre abstinencia sexual hasta completar el tratamiento y la importancia de notificar a las parejas sexuales.

  5. Realizar pruebas para otras infecciones de transmisión sexual, incluido VIH.

  6. Programar seguimiento para confirmar la curación y descartar complicaciones[2][5].


Es crucial tener en cuenta la creciente resistencia antimicrobiana de N. gonorrhoeae, lo que puede requerir ajustes en los esquemas de tratamiento basados ​​en los patrones de resistencia locales[7].


Citas






 
 
 

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