Glaucoma de ángulo cerrado
- EmergenciasUNO

- 4 dic 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 13 dic 2024
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El glaucoma de ángulo cerrado es una forma menos común pero potencialmente más grave de glaucoma, caracterizada por el cierre del ángulo iridocorneal que obstruye el drenaje del humor acuoso. Esta condición puede desarrollarse de forma aguda o crónica, representando aproximadamente el 10% de todos los casos de glaucoma en Estados Unidos[9].
Síntomas
Los síntomas del glaucoma de ángulo cerrado agudo son dramáticos y requieren atención médica inmediata. Estos incluyen:
Dolor ocular intenso y enrojecimiento severo.
Visión borrosa o disminuida
Halos coloreados alrededor de las luces.
Cefalea intensa
Náuseas y vómitos[9][10]
En el caso del glaucoma de ángulo cerrado crónico, los síntomas pueden ser más sutiles y similares a los del glaucoma de ángulo abierto, incluyendo:
Enrojecimiento ocular leve
Malestar ocular
Visión borrosa intermitente
Cefalea que mejora con el sueño[9]
Signos clínicos
Los signos clínicos del glaucoma de ángulo cerrado agudo son evidentes durante el examen oftalmológico e incluyen:
Hiperemia conjuntival
Córnea edematosa y nebulosa
Pupila fija de tamaño mediano.
Inflamación de la cámara anterior
Presión intraocular elevada, considerable entre 40 y 80 mmHg[9]
En el glaucoma de ángulo cerrado crónico, los signos pueden ser más sutiles y requieren una evaluación más detallada.
Exploración
La exploración oftalmológica para el glaucoma de ángulo cerrado incluye:
Examen con lámpara de hendidura
Tonometría para medir la presión intraocular.
Gonioscopia para evaluar el ángulo de la cámara anterior.
Oftalmoscopia para examinar el nervio óptico[11]
Pruebas diagnósticas
Las pruebas diagnósticas para el glaucoma de ángulo cerrado incluyen:
Gonioscopia: Esencial para evaluar el ángulo de la cámara anterior y detectar sinequias anteriores periféricas[10].
Tonometría: Para medir la presión intraocular[11].
Campimetría: Para evaluar el campo visual y detectar pérdida de visión periférica[11].
Tomografía de Coherencia Óptica (OCT): Permite visualizar detalladamente las estructuras del segmento anterior y posterior del ojo[11].
Paquimetría: Mide el grosor corneal, lo cual es importante para interpretar correctamente las mediciones de presión intraocular[11].
Ultrasonido biomicroscópico: Útil para evaluar la configuración del ángulo en casos donde la gonioscopia es difícil[10].
Manejo de emergencias
El manejo de emergencia del glaucoma de ángulo cerrado agudo es crucial para prevenir la pérdida visual permanente. El tratamiento inicial incluye:
Medicamentos para reducir rápidamente la presión intraocular:
Colirios: timolol, brimonidina, pilocarpina
Medicamentos sistémicos: acetazolamida oral, manitol intravenoso[9]
Analgésicos para el control del dolor.
Antieméticos para controlar las náuseas y vómitos.
Iridotomía periférica con láser: Se debe realizar de urgencia, generalmente dentro de las 24-48 horas siguientes al ataque agudo[7][9].
Tratamiento del ojo contralateral: Es importante evaluar y tratar profilácticamente el ojo no afectado, ya que tiene un alto riesgo de desarrollar un ataque agudo en el futuro[7].
El glaucoma de ángulo cerrado es una condición oftalmológica grave que requiere un diagnóstico rápido y un tratamiento urgente. El reconocimiento temprano de los síntomas y signos, junto con un manejo adecuado en emergencias, es crucial para prevenir la pérdida visual permanente.
La investigación continúa en este campo está explorando nuevas opciones de tratamiento, incluyendo la cirugía de extracción del cristalino como una alternativa potencialmente más efectiva que la iridotomía tradicional en algunos casos[12].
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