Gastroenteritis / intoxicación alimentaria.
- EmergenciasUNO

- 28 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2024
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La gastroenteritis aguda (GEA) es una inflamación y/o disfunción del intestino causada por un agente infeccioso o sus toxinas, que altera la capacidad del intestino para regular la absorción y secreción de sales y agua, provocando diarrea[1][3]. Este artículo académico abordará los aspectos clave de la GEA, incluyendo síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
Los síntomas principales de la GEA incluyen:
Diarrea: Definida como una disminución en la consistencia de las heces o un aumento en el número de deposiciones (3 o más en 24 horas)[2][3].
Vómitos: Pueden aparecer antes o después del inicio de la diarrea[1].
Dolor abdominal: Generalmente de tipo cólico o retortijón[3].
Fiebre: No siempre presente, pero puede ocurrir, especialmente en infecciones bacterianas[1][2].
Anorexia y malestar general[1].
La duración típica de los síntomas es de 3 a 5 días, aunque puede extenderse hasta 14 días en algunos casos[3].
Signos clínicos
Los signos clínicos varían según la etiología y la gravedad de la GEA:
Deshidratación: El signo más importante y potencialmente peligroso[2].
Distensión abdominal[1].
Ruidos hidroaéreos hiperactivos en la auscultación[1].
Hipotensión y taquicardia en casos de deshidratación severa[1].
Signos de shock hipovolémico en casos graves[1].
Exploración
La exploración física debe enfocarse en evaluar:
Estado de hidratación: Observar turgencia cutánea, humedad de mucosas y estado mental[2][4].
Signos vitales: Frecuencia cardíaca, presión arterial, frecuencia respiratoria[4].
Exploración abdominal: Palpación para detectar dolor, distensión o defensa muscular[1].
Auscultación de ruidos intestinales[1].
Evaluación del estado general y nivel de conciencia[2][4].
Pruebas diagnósticas
En la mayoría de los casos, el diagnóstico de GEA es clínico y no requiere pruebas complementarias[2]. Sin embargo, en casos seleccionados, pueden realizarse:
Coprocultivo: Indicado en diarrea persistente, sospecha de infección bacteriana, o en pacientes inmunodeprimidos[2].
Detección de antígenos virales en heces: Para rotavirus, adenovirus y astrovirus[2].
Análisis de sangre: En casos de deshidratación moderada a severa, incluyendo hemograma, electrolitos, función renal y gasometría[2].
Determinación de toxina de Clostridium difficile: En pacientes con factores de riesgo específicos[2].
Manejo de emergencias
El manejo en emergencias de la GEA se centra en:
Evaluación del grado de deshidratación: Clasificar como mínima/ausente, leve a moderada, o severa[4].
Reposición hidroelectrolítica:
Deshidratación leve a moderada: Rehidratación oral con soluciones de sales y azúcares[3][4].
Deshidratación severa: Rehidratación intravenosa[4].
Manejo sintomático:
Antieméticos: Considerar ondansetrón para control de vómitos[4].
Antidiarreicos: Racecadotrilo puede ser beneficioso, pero evita la sospecha de diarrea invasiva[3][4].
Probióticos: Lactobacillus GG y Saccharomyces boulardii pueden ofrecer beneficios sintomáticos[4].
Antibióticos: Solo en casos seleccionados, como diarrea invasiva o pacientes inmunodeprimidos[3][4].
Educación al paciente: Sobre higiene, manipulación de alimentos y signos de alarma[4].
Prevención: Considerar la vacunación contra rotavirus en grupos de alto riesgo[4].
El manejo adecuado y oportuno de la GEA en emergencias es crucial para prevenir complicaciones y reducir la morbilidad asociada a esta condición común pero potencialmente grave.
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