Gastroenteritis
- EmergenciasUNO
- 7 ago
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MANUAL DE PEDIATRÍA
La gastroenteritis es una enfermedad frecuente en la infancia que se caracteriza por vómitos, diarrea y fiebre, y suele presentarse en brotes estacionales esporádicos. La causa puede ser viral o bacteriana, pero identificar el agente etiológico rara vez cambia el manejo clínico.
La clave del tratamiento es evaluar el grado de deshidratación, ya que esto determina la vía y la velocidad de la rehidratación.
Evaluación clínica
Importante:
Todo niño con signos de alarma debe ser evaluado cuidadosamente considerando otros diagnósticos diferenciales.
Historia clínica
Algunos puntos relevantes a considerar:
Los vómitos pueden preceder a la diarrea durante las primeras 24–48 horas de la enfermedad. Sin embargo, si hay vómitos sin diarrea, se deben considerar otras causas.
Edad menor de 6 meses
Presencia de fiebre
Contacto con personas infectadas
Tipo y cantidad de líquidos ingeridos recientemente (evaluar si son líquidos hipertónicos o hipotónicos)
Frecuencia y volumen de vómitos y deposiciones
Vómito biliar
Presencia de sangre o moco en las heces (sugiere inflamación significativa, como en infecciones bacterianas o enfermedades inflamatorias intestinales)
Cantidad de orina emitida
Dolor abdominal tipo cólico
Antecedentes gastrointestinales o quirúrgicos (ej. intestino corto, enfermedad de Hirschsprung, ileostomía) o antecedentes médicos complejos (ej. enfermedad renal o cardíaca)
Historia de bajo aumento de peso o uso de fórmulas fortificadas
Episodios repetidos con síntomas similares
Examen físico
En muchos casos, el examen físico es normal o puede mostrar dolor abdominal generalizado
Palidez, irritabilidad, alteración del estado de conciencia, disminución del nivel de actividad
Signos de choque hipovolémico
Dolor abdominal localizado
Defensa muscular (guarding)
Distensión abdominal significativa
Ruidos intestinales ausentes o agudos
Evaluación del grado de deshidratación (considerar el peso en niños pequeños)
Manejo
Investigaciones
En la mayoría de los niños con gastroenteritis presunta y sin complicaciones, no se requieren estudios. Sin embargo, deben considerarse en casos seleccionados:
Glucosa y electrolitos:
Deben solicitarse en todos los niños que requieran hidratación intravenosa, antes de iniciar la infusión y nuevamente dentro de las siguientes 24 horas si la terapia continúa.
También indicados si hay:
Deshidratación grave, pérdidas profusas o prolongadas, alteración del estado de conciencia
Administración inadecuada de líquidos hipertónicos (ej. bebidas deportivas) o líquidos hipotónicos (ej. fórmula diluida o solo agua)
Comorbilidades médicas o quirúrgicas complejas, uso de diuréticos
Coprocultivo o estudios virales:
Solo recomendados en:
Niños pequeños o en mal estado general con diarrea con sangre
Viajeros recientes con síntomas prolongados (>10 días)
Pacientes inmunocomprometidos con fiebre
Tratamiento
La mayoría de los casos son autolimitados, por lo que basta con fomentar la ingesta de líquidos y controlar la hidratación.
Si no hay respuesta al tratamiento inicial, se debe reevaluar el diagnóstico y el plan terapéutico.
Rehidratación oral
Meta: administrar 10 mL/kg/hora de solución de rehidratación oral (SRO) como Gastrolyte™, HYDRAlyte™ o Pedialyte™.
En niños que rechazan la SRO, puede ofrecerse jugo de manzana diluido en proporción 1:1 con agua como medida temporal (no prolongar su uso porque no contiene electrolitos).
Suspender cualquier tipo de fortificación de fórmula (como agregados extra de fórmula o productos como Poly-Joule™).
Si el niño es amamantado, continuar con lactancia materna más frecuente, y agregar SRO si es necesario para mantener hidratación.
Una vez rehidratado, se puede reanudar la alimentación habitual. No es necesario restringir la lactosa de forma rutinaria, aunque puede considerarse si la frecuencia de las deposiciones aumenta.
Rehidratación nasogástrica (NG) o intravenosa (IV)
Si falla la rehidratación oral y el niño tiene ≥5% de deshidratación o pérdidas continuas significativas, puede iniciarse hidratación por sonda nasogástrica (rápida o lenta).
Si no tolera la vía NG y presenta signos clínicos de deshidratación, debe iniciarse hidratación IV.
En niños mayores, puede preferirse la vía IV si la NG no es bien tolerada.
Medicamentos
Niños mayores de 6 meses con vómitos o náuseas pueden recibir ondansetrón, que puede facilitar la rehidratación oral o enteral.
Peso del niño | Dosis oral de ondansetrón |
8–15 kg | 2 mg |
15–30 kg | 4 mg |
>30 kg | 6–8 mg |
No se recomienda el uso de otros antieméticos por sus efectos secundarios.
La respuesta a los antieméticos no confirma el diagnóstico.
No se deben usar medicamentos antidiarreicos.
Los probióticos no han demostrado efectividad para reducir los síntomas en gastroenteritis aguda.
Los antibióticos no se deben usar en diarreas sin complicaciones. Se reservan solo para casos específicos como:
Sepsis asociada a enteritis
Patógenos bacterianos específicos (ej. Salmonella typhi, Salmonella no tifoidea en menores de 3 meses, inmunocomprometidos o con sepsis)
Infecciones graves por Clostridium difficile
Considerar consulta con el equipo de pediatría local si:
Fracaso en la rehidratación inicial o pérdidas continuas significativas
Comorbilidades complejas
Alteraciones de electrolitos
Diagnóstico poco claro
Presencia de signos de alarma
Considerar traslado si:
Alteraciones electrolíticas severas
Choque que requiere más de 40 mL/kg en bolos de líquidos
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