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Gangrena gaseosa

Actualizado: 12 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La gangrena gaseosa es una infección necrotizante de tejidos blandos potencialmente mortales, causada principalmente por la bacteria anaerobia Clostridium perfringens . Esta condición requiere un diagnóstico y tratamientos rápidos para prevenir complicaciones graves y potencialmente fatales.


Síntomas


Los pacientes con gangrena gaseosa suelen presentar un dolor intenso y arrepentido en el área afectada, que puede ser desproporcionado a los hallazgos físicos iniciales[1][3]. Otros síntomas incluyen:


  • Fiebre de moderada a alta

  • Taquicardia

  • Sudoración

  • General de Malestar

  • En casos avanzados, pueden desarrollarse síntomas de shock séptico, como hipotensión, confusión y dificultad respiratoria[3]


Signos clínicos


La progresión de los signos clínicos en la gangrena gaseosa es sustancialmente rápida y puede incluir:


  • Edema tisular que empeora rápidamente.

  • Cambios en la coloración de la piel: inicialmente pálida, luego rojiza-pardusca, y finalmente negruzca o púrpura[3]

  • Formación de ampollas o vesículas, que pueden contener un líquido rojo-pardusco maloliente.

  • Crepitación a la palpación debido a la presencia de gas en los tejidos[1][2]

  • Secreción serosanguinolenta de olor fétido

  • Necrosis tisular evidente


Exploración


La exploración física debe ser minuciosa y puede revelar:


  • Dolor desproporcionado a la apariencia de la lesión

  • Edema y tensión de los tejidos afectados.

  • Crepitación a la palpación

  • Cambios en la coloración y temperatura de la piel.

  • Signos de shock en casos avanzados[3]


Pruebas diagnósticas


El diagnóstico de la gangrena gaseosa se basa en la presentación clínica, pero se pueden realizar varias pruebas para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión de la infección:


  1. Análisis de sangre: Pueden mostrar leucocitosis y alteraciones en los gases arteriales[1].

  2. Cultivos de tejido y líquido: Para identificar el organismo causante y guiar la terapia antibiótica[3].


  3. Estudios de imagen:


    • Radiografías: Pueden mostrar gas en los tejidos blandos[2].

    • Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM): Útiles para evaluar la extensión de la infección y la presencia de gas en los tejidos profundos[3].


  4. Tinción de Gram del líquido de la zona infectada[3].

  5. Exploración quirúrgica: En algunos casos, puede ser necesaria para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión de la necrosis tisular[1].


Manejo de emergencias


El manejo de la gangrena gaseosa en el servicio de emergencias debe ser rápido y agresivo:


  1. Estabilización hemodinámica: Incluye reanimación con líquidos y soporte vasopresor si es necesario[3].

  2. Antibioticoterapia empírica de amplio espectro: Generalmente se utiliza una combinación de penicilina y clindamicina por vía intravenosa[2].

  3. Desbridamiento quirúrgico urgente: Es crucial para eliminar todo el tejido necrótico e infectado. En casos severos, puede ser necesaria la amputación[1][3].

  4. Oxigenoterapia hiperbárica: Aunque no siempre está disponible, puede ser beneficiosa como terapia adyuvante[2].

  5. Monitorización continua: Para detectar signos de progresión de la infección o desarrollo de shock séptico[3].

  6. Manejo del dolor: Se deben administrar analgésicos adecuados[1].


La gangrena gaseosa es una emergencia médica que requiere un alto índice de sospecha, diagnóstico rápido y tratamiento agresivo. La combinación de antibioterapia y desbridamiento quirúrgico temprano es fundamental para mejorar el pronóstico de estos pacientes.


Citas



 
 
 

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