Gangrena gaseosa
- EmergenciasUNO

- 28 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2024
MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La gangrena gaseosa es una infección necrotizante de tejidos blandos potencialmente mortales, causada principalmente por la bacteria anaerobia Clostridium perfringens . Esta condición requiere un diagnóstico y tratamientos rápidos para prevenir complicaciones graves y potencialmente fatales.
Síntomas
Los pacientes con gangrena gaseosa suelen presentar un dolor intenso y arrepentido en el área afectada, que puede ser desproporcionado a los hallazgos físicos iniciales[1][3]. Otros síntomas incluyen:
Fiebre de moderada a alta
Taquicardia
Sudoración
General de Malestar
En casos avanzados, pueden desarrollarse síntomas de shock séptico, como hipotensión, confusión y dificultad respiratoria[3]
Signos clínicos
La progresión de los signos clínicos en la gangrena gaseosa es sustancialmente rápida y puede incluir:
Edema tisular que empeora rápidamente.
Cambios en la coloración de la piel: inicialmente pálida, luego rojiza-pardusca, y finalmente negruzca o púrpura[3]
Formación de ampollas o vesículas, que pueden contener un líquido rojo-pardusco maloliente.
Crepitación a la palpación debido a la presencia de gas en los tejidos[1][2]
Secreción serosanguinolenta de olor fétido
Necrosis tisular evidente
Exploración
La exploración física debe ser minuciosa y puede revelar:
Dolor desproporcionado a la apariencia de la lesión
Edema y tensión de los tejidos afectados.
Crepitación a la palpación
Cambios en la coloración y temperatura de la piel.
Signos de shock en casos avanzados[3]
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de la gangrena gaseosa se basa en la presentación clínica, pero se pueden realizar varias pruebas para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión de la infección:
Análisis de sangre: Pueden mostrar leucocitosis y alteraciones en los gases arteriales[1].
Cultivos de tejido y líquido: Para identificar el organismo causante y guiar la terapia antibiótica[3].
Estudios de imagen:
Radiografías: Pueden mostrar gas en los tejidos blandos[2].
Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM): Útiles para evaluar la extensión de la infección y la presencia de gas en los tejidos profundos[3].
Tinción de Gram del líquido de la zona infectada[3].
Exploración quirúrgica: En algunos casos, puede ser necesaria para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión de la necrosis tisular[1].
Manejo de emergencias
El manejo de la gangrena gaseosa en el servicio de emergencias debe ser rápido y agresivo:
Estabilización hemodinámica: Incluye reanimación con líquidos y soporte vasopresor si es necesario[3].
Antibioticoterapia empírica de amplio espectro: Generalmente se utiliza una combinación de penicilina y clindamicina por vía intravenosa[2].
Desbridamiento quirúrgico urgente: Es crucial para eliminar todo el tejido necrótico e infectado. En casos severos, puede ser necesaria la amputación[1][3].
Oxigenoterapia hiperbárica: Aunque no siempre está disponible, puede ser beneficiosa como terapia adyuvante[2].
Monitorización continua: Para detectar signos de progresión de la infección o desarrollo de shock séptico[3].
Manejo del dolor: Se deben administrar analgésicos adecuados[1].
La gangrena gaseosa es una emergencia médica que requiere un alto índice de sospecha, diagnóstico rápido y tratamiento agresivo. La combinación de antibioterapia y desbridamiento quirúrgico temprano es fundamental para mejorar el pronóstico de estos pacientes.
Citas
[2] https://www.msdmanuals.com/es/hogar/infecciones/infecciones-bacterianas-bacterias-anaerobias/gangrena-gaseosa

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