MANUAL MINORS
Las fracturas de los metacarpos de los dedos índice, medio y anular son lesiones frecuentes, especialmente en situaciones de trauma directo, como golpes o caídas, o por mecanismos de torsión. Estas fracturas pueden comprometer la alineación de la mano, afectando la función y la movilidad de los dedos afectados.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza mediante la evaluación clínica, donde se puede observar dolor, hinchazón, deformidad visible y dificultad para mover los dedos afectados. Se confirma con radiografías que muestran la fractura y su tipo, como fracturas transversas, oblicuas, espiroideas o conminutas. La evaluación radiológica también permite valorar si hay desplazamiento o rotación del hueso fracturado.
Diagnóstico diferencial
Patología | Características principales |
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Luxación metacarpofalángica | Desplazamiento de la articulación sin fractura visible en las radiografías. |
Fractura de la falange proximal | Lesión de la falange proximal en lugar del metacarpo, con hallazgos radiológicos distintos. |
Contusión severa | Trauma sin fractura ósea, pero con dolor, inflamación y limitación de movimiento. |
Manejo en Emergencias
En el entorno de emergencias, el manejo inicial incluye la inmovilización del dedo y la mano mediante una férula volar o una férula en posición funcional para reducir el movimiento y aliviar el dolor. Se administran analgésicos y antiinflamatorios según la necesidad. En casos de fracturas desplazadas o inestables, se puede realizar una reducción cerrada bajo anestesia local, seguida de inmovilización.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende del tipo de fractura. Las fracturas no desplazadas pueden manejarse con inmovilización mediante una férula por 3 a 6 semanas. En fracturas desplazadas, inestables o con rotación, se requiere reducción abierta y fijación interna (RAFI) con clavos, tornillos o placas. La fisioterapia es fundamental en el postoperatorio para recuperar la movilidad y prevenir rigidez.
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