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Fracturas de Rodilla

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



Las fracturas de rodilla afectan a los huesos que conforman la articulación: el fémur distal, la tibia proximal y la rótula. Estas fracturas suelen ser consecuencia de traumatismos directos (como caídas, golpes o accidentes de tráfico) y pueden comprometer la estabilidad y función de la rodilla, por lo que requieren un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado para prevenir complicaciones como la artrosis postraumática.


Diagnóstico


El diagnóstico se basa en la presencia de dolor intenso, hinchazón, incapacidad para mover la rodilla, deformidad y, en algunos casos, inestabilidad. Dependiendo de la localización de la fractura, el paciente puede presentar imposibilidad para extender la rodilla (fractura de rótula) o para cargar peso (fractura de fémur distal o tibia proximal).


La confirmación se realiza mediante radiografías de rodilla en proyecciones anteroposterior y lateral. En casos de fracturas intraarticulares o complejas, se indica una tomografía computarizada (TC) para evaluar mejor la extensión de la lesión.


Diagnóstico Diferencial

Condición

Diferenciación Clave

Lesión de ligamentos cruzados

Inestabilidad de la rodilla, sin fractura visible en estudios de imagen.

Lesión de menisco

Dolor con bloqueo articular, sin evidencia de fractura en estudios por imagen.

Fractura diafisaria de fémur

Afecta la porción media del fémur, sin compromiso articular directo.

Luxación de rodilla

Desplazamiento articular sin fractura visible asociada.

Contusión ósea

Dolor con edema visible en RM, sin interrupción del hueso cortical.

Manejo de Emergencia


El manejo inicial de las fracturas de rodilla en urgencias incluye:


  • Inmovilización: Se coloca una férula o inmovilizador de rodilla para evitar el movimiento y aliviar el dolor.


  • Analgesia: Se administran AINEs y, si es necesario, opioides para el control del dolor.


  • Estabilización del paciente: En casos de fracturas abiertas o traumatismos importantes, se administran antibióticos y profilaxis antitetánica. También debe evaluarse la circulación y la función neurológica del miembro afectado.


  • En fracturas abiertas o con inestabilidad severa puede ser necesario un tratamiento quirúrgico de urgencia.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo varía según el tipo y gravedad de la fractura:


Fractura de Rótula:


  • Fracturas no desplazadas: Se manejan de forma conservadora con inmovilización (férula o yeso) y restricción de carga.


  • Fracturas desplazadas o conminutas: Requieren fijación quirúrgica con tornillos, alambres de cerclaje o incluso patelectomía parcial o total en casos graves.


Fractura del Fémur Distal:


  • Fracturas estables y mínimamente desplazadas: Se tratan de forma conservadora con inmovilización y fisioterapia.


  • Fracturas desplazadas o inestables: Requieren fijación quirúrgica, generalmente con placas y tornillos o clavo intramedular retrógrado.


Fractura de la Meseta Tibial:


  • Fracturas no desplazadas: Se tratan con inmovilización y restricción de carga.


  • Fracturas desplazadas: Requieren cirugía con placas y tornillos para restaurar la superficie articular y la alineación de la rodilla.


Rehabilitación


Tras el tratamiento conservador o quirúrgico, es fundamental iniciar fisioterapia lo antes posible para recuperar el rango de movimiento y fortalecer la musculatura periarticular.


En muchas fracturas de rodilla, se restringe la carga de peso sobre la extremidad afectada durante varias semanas, hasta observar consolidación ósea suficiente en radiografías.


Es necesario un seguimiento periódico por imagen para asegurar una correcta consolidación y prevenir complicaciones como artrosis postraumática o rigidez articular.

 
 
 

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