Fracturas de Mano
- EmergenciasUNO
- 7 jul
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MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
Las fracturas de mano son lesiones comunes que pueden afectar cualquiera de los 27 huesos que forman la mano, incluidos los metacarpianos y las falanges. Estas fracturas pueden resultar de traumatismos directos, como caídas, golpes o aplastamientos, y pueden comprometer tanto la estabilidad estructural como la funcionalidad de la mano. Si no se tratan adecuadamente, pueden provocar deformidades permanentes, pérdida de movilidad y debilidad en la mano.
Diagnóstico
El diagnóstico de una fractura de mano comienza con una historia clínica detallada, incluyendo el mecanismo del trauma. Los síntomas incluyen dolor localizado, hinchazón, sensibilidad a la palpación, deformidad visible (en fracturas desplazadas) y dificultad para mover los dedos o la mano. El examen físico puede revelar crepitación o inestabilidad en el sitio de la fractura.
La confirmación diagnóstica se realiza mediante radiografías en múltiples vistas (anteroposterior, lateral y oblicua) para evaluar la localización, el desplazamiento y la angulación de la fractura. En casos complejos o fracturas intraarticulares, puede ser necesaria una tomografía computarizada (TC) para planificar el tratamiento quirúrgico.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Características Clínicas Principales | Diferenciación Clave |
Luxación articular | Deformidad, dolor intenso, pérdida de movimiento | Sin fractura ósea en las radiografías |
Lesión ligamentosa | Dolor e inestabilidad articular | Sin fractura ni deformidad ósea visible |
Contusión o esguince | Dolor e hinchazón sin deformidad | Radiografías normales, sin evidencia de fractura |
Infección o celulitis | Hinchazón, eritema, dolor difuso | Sin antecedente traumático significativo, signos de infección |
Fractura oculta | Dolor persistente sin fractura visible | Lesión no evidente en radiografía inicial; puede requerir TC o RM |
Manejo de Emergencia
El manejo inicial de una fractura de mano incluye la inmovilización para evitar un mayor desplazamiento de los huesos fracturados y reducir el dolor. Esto puede lograrse mediante una férula volar o en posición funcional, dependiendo del tipo de fractura. Aplicar hielo, elevar la mano y administrar analgésicos son pasos iniciales para controlar el dolor y la inflamación.
Es crucial realizar una evaluación neurológica y vascular para descartar lesiones concurrentes de nervios o vasos sanguíneos, especialmente en fracturas severas o abiertas. Si hay heridas abiertas asociadas a la fractura, se debe administrar profilaxis antibiótica y actualizar la vacunación antitetánica.
Las fracturas desplazadas, abiertas, inestables o que comprometen la articulación requieren evaluación urgente por un cirujano de mano para planificar una reducción cerrada o abierta con fijación interna.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende de la gravedad y del tipo de fractura:
Fracturas estables o no desplazadas: Generalmente se manejan con inmovilización mediante yeso o férula por 4 a 6 semanas. Las fracturas de falanges y metacarpianos sin desplazamiento pueden tratarse de forma conservadora, con seguimiento radiográfico para asegurar una adecuada consolidación ósea.
Fracturas desplazadas o inestables: Requieren reducción cerrada o abierta con fijación interna, utilizando placas, tornillos, clavos o agujas de Kirschner para realinear los huesos y mantener la estabilidad. Las fracturas intraarticulares o aquellas que afectan el eje funcional de la mano también suelen requerir cirugía para prevenir deformidades y restaurar la función.
Fracturas abiertas: Necesitan intervención quirúrgica urgente, que incluye limpieza y desbridamiento de la herida, además de la estabilización ósea mediante técnicas quirúrgicas.
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