Fracturas de la falange de los dedos
- EmergenciasUNO
- 6 ago
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MANUAL DE PEDIATRÍA
Esta guía está enfocada en las fracturas de las falanges de los cuatro dedos cubitales (índice, medio, anular y meñique).Las fracturas del pulgar y las de los huesos metacarpianos se abordan por separado.
Las lesiones en los dedos son una causa frecuente de consulta pediátrica en los servicios de urgencias. En niños pequeños, estas lesiones suelen producirse por aplastamientos domésticos; en cambio, en niños mayores, son más frecuentes las lesiones durante actividades deportivas.
Los traumatismos pueden afectar tanto el esqueleto como los ligamentos, y requieren una atención inicial adecuada para prevenir futuras alteraciones funcionales significativas en la vida diaria.
¿Cómo se clasifican?
Las fracturas de los dedos pueden clasificarse de la siguiente manera:
Abiertas o cerradas
Desplazadas o no desplazadas
Según el compromiso de la placa de crecimiento (clasificación de Salter-Harris)
Según la ubicación anatómica: qué falange está afectada
Por lesiones asociadas en tendones o lechos ungueales
¿Qué tan frecuentes son y cómo se producen?
Las lesiones en los dedos, incluyendo fracturas, representan una causa habitual de atención en emergencias pediátricas.
En bebés y niños pequeños: predominan los mecanismos de aplastamiento relacionados con la exploración del entorno.
En niños mayores: suelen producirse por caídas o actividades deportivas. En este grupo, las fracturas frecuentemente presentan desplazamiento o angulación.
¿Cómo se presentan clínicamente?
Los signos típicos de una fractura de dedo incluyen inflamación localizada, equimosis y dolor a la palpación, con o sin deformidad visible. En algunos casos, la angulación o desplazamiento puede confundirse con una dislocación.
También puede observarse deformidad rotacional, como ocurre en el dedo anular.
Las fracturas sutiles pueden pasar desapercibidas en la evaluación clínica, por lo que ante dolor o pérdida de función, es importante mantener un bajo umbral para solicitar estudios por imagen.
¿Qué estudios radiológicos deben solicitarse?
Se deben solicitar radiografías anteroposterior (AP), lateral y oblicua de la mano afectada.
Informar al radiólogo qué dedo está comprometido ayuda a enfocar mejor las imágenes en la zona de interés.
¿Cómo se observan en la radiografía?
Fracturas de la falange distal
Fractura en penacho (por aplastamiento)La lesión de partes blandas suele ser más evidente que la fractura. Se necesita una radiografía para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento: atender cualquier herida de tejidos blandos, lesión ungueal o avulsión distal. Colocar férula en posición neutra y administrar antibióticos si hay fractura expuesta.
Seguimiento: con médico general o cirugía de mano si hay lesión del lecho ungueal.
Lesión en mazo (dedo en martillo)Se produce por flexión forzada del dedo extendido, con avulsión del tendón extensor a nivel de su inserción.
Clínica: imposibilidad de extender activamente la falange distal, con dolor en la cara dorsal de la articulación interfalángica distal.
Tratamiento: férula en hiperextensión leve durante 4–6 semanas sin permitir flexión.
Seguimiento: con cirugía de mano.
Fractura de SeymourEs una lesión por aplastamiento e hiperflexión con daño al lecho ungueal y afectación de la placa de crecimiento.
La uña suele desplazarse superficialmente al eponiquio.
Tratamiento: limpieza, desbridamiento, reducción, reparación del lecho ungueal y antibióticos (es una fractura expuesta).
Seguimiento: cirugía de mano.
Fracturas de la falange media o proximal
Fracturas diafisarias
Si hay desplazamiento o angulación: realizar reducción.
Tratamiento: férula en posición neutra. Si no hay desplazamiento, puede usarse vendaje de apoyo.
Fractura del cóndilo (cabeza de la falange)Puede afectar uno o ambos cóndilos (fractura unicondílea mostrada en la imagen).
Tratamiento: reducción anatómica temprana por cirugía de mano, posiblemente con agujas de Kirschner o cirugía abierta con fijación interna.
Fractura del cuello de la falange
Clínica: desplazamiento dorsal evidente con dolor, hinchazón y equimosis.
Tratamiento: reducción quirúrgica temprana por cirugía de mano. Colocar férula neutra hasta la intervención.
Fractura Salter-Harris tipo II en la base de la falange
Clínica: hinchazón, hematoma, dolor localizado, posible deformidad.
Tratamiento: reducción si hay angulación, férula neutra.
Nota: en fracturas proximales puede usarse un bolígrafo en el espacio interdigital para facilitar la reducción.
Seguimiento: con cirugía de mano, especialmente si fue manipulada o está angulada.
Fracturas Salter-Harris tipo III o IV
Tratamiento: férula neutra y seguimiento con cirugía de mano.
Puede requerirse cirugía si más del 30% de la superficie articular está
comprometida.
Lesión de la placa volar
Lesión por hiperextensión, común en deportes con pelota o tras una dislocación.
Clínica: hematomas o dolor en la cara volar de la articulación, comúnmente en la PIP (interfalángica proximal).
Radiografía: puede mostrar o no un fragmento de avulsión.
Tratamiento: férula dorsal que limite la extensión (férula de bloqueo dorsal).
¿Cuándo referir de inmediato a cirugía de mano?
Derivar de inmediato en los siguientes casos:
Fracturas expuestas, incluyendo fractura de Seymour
Lesiones vasculares o neurológicas
Fracturas condilares y del cuello de la falange (idealmente tratadas dentro de pocos días)
Deformidad rotacional severa
Otras lesiones pueden ser derivadas a consulta ambulatoria según corresponda.
¿Cuál es el manejo habitual en urgencias?
La mayoría de las fracturas cerradas (excepto las lesiones de la placa volar) se manejan con una férula neutra:
Muñeca en leve extensión
Articulaciones metacarpofalángicas en flexión de 70–90°
Interfalángicas en extensión
Esta posición se denomina “posición segura de la mano”.
La férula debe fijarse con vendaje de crepé. Se recomienda colocar algodón entre los dedos para evitar la maceración.
Algunas lesiones leves pueden manejarse con vendaje de apoyo, también con separación entre los dedos.
Las lesiones de la placa volar deben ferulizarse con una férula dorsal que limite la extensión (férula de bloqueo dorsal).
Todas las lesiones deben mantenerse elevadas en cabestrillo por aproximadamente una semana, independientemente de si requieren cirugía.
¿Qué seguimiento se requiere?
El seguimiento depende del tipo de lesión. Las lesiones más complejas deben revisarse en clínica de cirugía de mano, incluyendo evaluación quirúrgica y asesoramiento en terapia ocupacional o fisioterapia.
¿Qué consejos se deben dar a los padres?
Instrucciones claras sobre el cuidado de la férula o yeso.
Mantener la mano elevada en cabestrillo durante la primera semana para reducir inflamación y favorecer la recuperación.
Evitar deportes u otras actividades que puedan impactar la férula o zona lesionada.
Explicar el plan de seguimiento según el tipo de lesión.
Destacar la importancia del seguimiento en lesiones como:
Fracturas condilares
Dedo en martillo
Lesiones de la placa volar
Estas requieren control quirúrgico y apoyo en rehabilitación para evitar disfunciones permanentes.
¿Cuáles son las posibles complicaciones?
Las fracturas de falange pueden desplazarse fácilmente, por lo que requieren seguimiento riguroso.
El manejo incorrecto de una fractura de Seymour puede generar osteomielitis, alteraciones en el crecimiento y deformidades en la uña.
Una mala reducción de una deformidad rotacional puede provocar disfunción y dedos en tijera.
Fracturas condilares no diagnosticadas o mal reducidas pueden causar dolor, deformidad y limitación de la movilidad articular.
Las lesiones de la placa volar, incluso las leves, pueden producir subluxaciones crónicas y deformidades tipo "cuello de cisne".
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