Fracturas de Dedos del Pie
- EmergenciasUNO

- 14 jul
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MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
Las fracturas de los dedos del pie son lesiones comunes, típicamente causadas por traumatismos directos, como golpearse el dedo o dejar caer objetos pesados. También pueden resultar de torceduras o uso excesivo.
Estas fracturas pueden ser simples y no desplazadas, o más complejas, con desplazamiento de fragmentos óseos. Aunque por lo general no son graves, pueden causar dolor intenso, hinchazón y dificultad temporal para caminar.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en el antecedente de trauma, acompañado de dolor agudo, hinchazón, hematomas y posible deformidad visible del dedo afectado. El examen físico puede revelar sensibilidad localizada y dificultad para mover el dedo o soportar peso sobre él. Las radiografías anteroposteriores y laterales son esenciales para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad de la fractura, incluyendo cualquier desplazamiento o afectación articular.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Diferencia Clave |
Esguince de dedo | Lesión ligamentaria con dolor e hinchazón, pero sin fractura ósea visible en radiografías. |
Contusión de dedo | Dolor y hematomas sin fractura ósea ni deformidad visible. |
Luxación de dedo | Desplazamiento articular visible sin fractura ósea. |
Gota | Dolor intenso en una articulación del dedo, usualmente con signos inflamatorios crónicos. |
Manejo de Emergencia
En el entorno de urgencias, el manejo inicial incluye la inmovilización del dedo afectado mediante “vendaje en amigo” (sujetarlo al dedo adyacente) si la fractura es simple y no desplazada. Se recomienda reposo, aplicación de hielo para reducir la hinchazón y analgesia con medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para aliviar el dolor.
Para fracturas más graves o desplazadas, puede ser necesario realizar una reducción cerrada e inmovilización con una férula o zapato ortopédico rígido. Deben tomarse radiografías de control tras la reducción.
Tratamiento Definitivo
La mayoría de las fracturas de los dedos del pie se manejan de forma conservadora con inmovilización y reducción de la actividad física durante 4 a 6 semanas para permitir una adecuada cicatrización.
En casos de fracturas desplazadas, inestables o con afectación articular, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para alinear los fragmentos óseos utilizando tornillos o placas. La rehabilitación posterior puede incluir ejercicios de movilidad y fortalecimiento para restaurar completamente la función del pie.

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