MANUAL MINORS
Las fracturas de cadera son lesiones graves que afectan la parte superior del fémur, típicamente en el cuello femoral, la región intertrocantérica o subtrocantérica. Son comunes en personas mayores debido a la osteoporosis, pero también pueden ocurrir en personas jóvenes tras traumatismos de alta energía como caídas o accidentes automovilísticos. Estas fracturas comprometen la movilidad y conllevan un alto riesgo de complicaciones, especialmente en ancianos.
Diagnóstico
El diagnóstico se sospecha en pacientes con dolor intenso en la cadera o la ingle después de un traumatismo, junto con incapacidad para caminar o mover la pierna afectada.
Clínicamente, la pierna afectada puede estar acortada y en rotación externa. Se confirma con radiografías de pelvis y cadera en vista anteroposterior y lateral.
En fracturas no evidentes en radiografías simples, se puede utilizar la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM).
Diagnóstico diferencial
Patología | Características clave |
---|---|
Luxación de cadera | Dolor intenso y deformidad, pierna en rotación interna o externa marcada |
Bursitis trocantérica | Dolor lateral, sin antecedente traumático o incapacidad para caminar |
Fractura por estrés del cuello femoral | Dolor progresivo, más común en atletas o personas con baja densidad ósea |
Artrosis de cadera | Dolor crónico progresivo, con disminución gradual de la movilidad |
Manejo en Emergencias
Evaluación inicial (ABC): Asegurar la estabilidad hemodinámica del paciente, especialmente en pacientes ancianos que pueden presentar otras comorbilidades.
Inmovilización: Mantener la extremidad afectada inmovilizada para evitar más desplazamientos y reducir el dolor. Utilizar una férula o almohadilla.
Analgésicos: Administrar analgésicos, como AINEs o opioides, para controlar el dolor agudo.
Radiografías inmediatas: Solicitar radiografías de pelvis y cadera para confirmar la fractura y determinar su localización exacta.
Estabilización hemodinámica: En pacientes mayores, es esencial asegurar la estabilización cardiovascular antes de la intervención quirúrgica, ya que la cirugía temprana reduce las complicaciones.
Prevención de tromboembolismo: Iniciar medidas de tromboprofilaxis (heparina de bajo peso molecular o dispositivos de compresión) para reducir el riesgo de trombosis venosa profunda.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende del tipo y localización de la fractura:
Fracturas intracapsulares (cuello femoral): El manejo quirúrgico es la opción estándar. Las fracturas no desplazadas pueden tratarse con fijación interna mediante tornillos canulados. Las fracturas desplazadas, especialmente en pacientes mayores, suelen requerir reemplazo parcial o total de cadera (artroplastia).
Fracturas intertrocantéricas: Estas fracturas generalmente se manejan con reducción abierta y fijación interna (ORIF), utilizando placas o clavos intramedulares para estabilizar los fragmentos.
Fracturas subtrocantéricas: Este tipo de fractura también se maneja con clavos intramedulares o placas de compresión.
En pacientes jóvenes con buena calidad ósea, el objetivo es preservar la articulación mediante fijación interna.
En ancianos, el enfoque es la recuperación rápida de la movilidad mediante artroplastia, ya que la inmovilización prolongada aumenta el riesgo de complicaciones graves, como tromboembolismo, infecciones y pérdida de la funcionalidad.
La rehabilitación postoperatoria es fundamental, con la movilización temprana y fisioterapia para restaurar la movilidad y reducir las complicaciones asociadas con la inmovilización.
Commentaires