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La fractura trimaleolar es una lesión grave del tobillo que implica la fractura de los tres maléolos: el maléolo lateral (peroné), el maléolo medial (tibia) y el maléolo posterior (porción posterior de la tibia).
Esta fractura afecta gravemente la estabilidad de la articulación del tobillo, y suele ocurrir tras traumatismos de alta energía, como caídas, torsiones violentas o accidentes automovilísticos. Los síntomas incluyen dolor severo, deformidad evidente, hinchazón importante e incapacidad para caminar o soportar peso en el tobillo afectado.
Diagnóstico
El diagnóstico de la fractura trimaleolar se basa en la historia clínica del traumatismo y la evaluación física, que revela dolor intenso, hinchazón, deformidad y, en algunos casos, inestabilidad en el tobillo. La radiografía es la prueba esencial para confirmar la fractura de los tres maléolos y evaluar el grado de desplazamiento. En algunos casos, se puede realizar una tomografía computarizada (TC) para evaluar mejor la fractura del maléolo posterior y planificar la intervención quirúrgica.
Diagnóstico diferencial
Condición | Diferenciación clave |
---|---|
Fractura bimaleolar | Afecta solo el maléolo lateral y medial, sin la participación del maléolo posterior |
Luxación de tobillo | Desplazamiento visible de la articulación, generalmente asociado con fracturas, pero puede ocurrir sin fractura trimaleolar |
Esguince grave de tobillo | Dolor e inestabilidad, pero sin fractura visible en radiografía |
Fractura del pilón tibial | Lesión en la parte distal de la tibia con compromiso articular, que puede afectar el tobillo, pero sin fractura de los tres maléolos |
Fractura aislada del maléolo lateral o medial | Afecta solo uno de los maléolos, sin inestabilidad significativa en la articulación del tobillo |
Manejo en Emergencias
En el manejo inicial de una fractura trimaleolar en urgencias, es fundamental la inmovilización inmediata del tobillo con una férula larga para estabilizar la articulación y prevenir más daño. Se aplica hielo para reducir la inflamación y se eleva la pierna afectada. La administración de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) es necesaria para controlar el dolor.
Si la fractura es abierta o está asociada con luxación, se requiere una reducción urgente y profilaxis antibiótica. Se debe evaluar cuidadosamente el estado neurovascular del pie para descartar lesiones asociadas en nervios o vasos sanguíneos.
El paciente debe ser remitido de forma urgente a ortopedia, ya que la mayoría de los casos requiere intervención quirúrgica debido a la inestabilidad articular.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento de una fractura trimaleolar casi siempre implica cirugía debido a la inestabilidad severa que esta lesión causa en la articulación del tobillo:
Reducción abierta y fijación interna (RAFI): Durante la cirugía, se realinean los fragmentos óseos desplazados y se fijan con placas y tornillos para asegurar la correcta posición anatómica. El objetivo es restaurar la estabilidad articular y prevenir complicaciones a largo plazo, como la artrosis postraumática. La fijación del maléolo posterior puede requerir técnicas adicionales para asegurar la correcta estabilización del tobillo.
Inmovilización postoperatoria: Después de la cirugía, el tobillo se inmoviliza con una férula o bota ortopédica durante varias semanas (6 a 8 semanas) para permitir la curación ósea. Durante este periodo, se prohíbe la carga de peso sobre el tobillo afectado hasta que se evidencie la consolidación ósea en las radiografías de seguimiento.
Rehabilitación: La rehabilitación física es esencial para restaurar la movilidad, fuerza y estabilidad del tobillo tras la cirugía. Se inicia gradualmente un programa de fisioterapia para mejorar el rango de movimiento y fortalecer los músculos. La movilización temprana bajo supervisión es clave para prevenir rigidez articular y pérdida de función.
El seguimiento radiológico es crucial para asegurar la correcta cicatrización ósea y detectar complicaciones, como la artrosis postraumática o la seudoartrosis (falta de unión de los huesos).
Aunque la fractura trimaleolar es una lesión grave, con el tratamiento adecuado y una rehabilitación cuidadosa, la mayoría de los pacientes logran recuperar la función del tobillo, aunque el riesgo de desarrollar artrosis postraumática puede ser mayor debido al compromiso articular.
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