Fractura Sospechada con Radiografía Normal
- EmergenciasUNO

- 11 jul
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MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
Un escenario clínico común es la sospecha de una fractura a pesar de que las radiografías iniciales no muestran anormalidades óseas visibles. Esto puede ocurrir debido a fracturas que no son fácilmente detectables en estudios radiológicos estándar, especialmente en las primeras etapas de la lesión.
Ejemplos incluyen fracturas por estrés, fracturas ocultas o fracturas en zonas difíciles de visualizar como el escafoides (muñeca), cuello femoral, astrágalo o costillas. Los pacientes presentan dolor localizado, hinchazón y dificultad para soportar peso, pero la radiografía inicial puede ser negativa.
Diagnóstico
El diagnóstico de una fractura sospechada con radiografía normal se basa en la presentación clínica del paciente. Los signos típicos incluyen dolor localizado intenso, sensibilidad a la palpación del área sospechosa, hinchazón y, en algunos casos, limitación funcional.
Las radiografías son el primer estudio por imágenes, pero las fracturas pueden no ser visibles inmediatamente después del trauma. Si la sospecha clínica es alta, debe repetirse la radiografía entre 10 y 14 días después, o considerarse estudios de imagen más sensibles.
Pruebas Adicionales
Tomografía Computarizada (TC): Se utiliza para identificar fracturas complejas u ocultas, especialmente en áreas como la columna vertebral, pelvis o articulaciones.
Resonancia Magnética (RM): Es la mejor opción para detectar fracturas por estrés, fracturas ocultas o daño en tejidos blandos asociados. Es útil para identificar cambios óseos tempranos tras una lesión.
Gammagrafía Ósea: Puede utilizarse en fracturas por estrés o cuando no se dispone de RM; detecta aumento del metabolismo óseo debido a la fractura.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Diferenciación Clave |
Contusión ósea | Dolor localizado tras el trauma, sin evidencia de fractura en la radiografía. |
Esguince o distensión ligamentosa | Dolor articular localizado, sin fractura visible, usualmente asociado a inestabilidad articular. |
Fractura por estrés | Dolor progresivo que empeora con la actividad, visible en RM o gammagrafía ósea, no siempre en radiografía inicial. |
Lesión del cartílago articular | Dolor articular, sin signos de fractura en la radiografía, pero con movimiento articular limitado. |
Infección ósea (osteomielitis) | Dolor e inflamación crónicos, a menudo con fiebre; visible en RM o gammagrafía ósea. |
Manejo de Emergencia
En caso de sospecha de fractura con radiografía normal, es crucial no descartar una fractura únicamente por la imagen negativa. El área afectada debe ser inmovilizada para evitar daños mayores, utilizando férulas o dispositivos ortopédicos.
Se recomienda reposo del miembro afectado, aplicación de hielo y administración de AINEs para el manejo del dolor. Si la sospecha clínica persiste, el paciente debe ser derivado para estudios adicionales o evaluación ortopédica.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende del diagnóstico y la localización de la fractura. Algunas situaciones posibles incluyen:
Fracturas por estrés: Requieren reposo, inmovilización y, en algunos casos, una bota ortopédica o férula. Se debe evitar la actividad física intensa por al menos 6 a 8 semanas. Las fracturas por estrés en áreas con pobre irrigación (como el escafoides o el cuello femoral) pueden requerir tratamiento quirúrgico.
Fracturas ocultas: Si se confirman en estudios posteriores como RM o TC, el tratamiento dependerá del tipo de fractura (conservador o quirúrgico). La inmovilización es esencial en ambos casos.
Contusiones óseas o lesiones ligamentarias: Se manejan de forma conservadora con reposo, inmovilización temporal y rehabilitación según la gravedad de la lesión.
Seguimiento
En todos los casos, el seguimiento es fundamental para evaluar la evolución de la lesión. Si los síntomas persisten o empeoran, se deben repetir las imágenes o realizar pruebas adicionales para confirmar la presencia de fracturas u otras complicaciones asociadas.

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