MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La fractura nasal es una de las lesiones más comunes en traumatismos faciales, representando aproximadamente el 40% de los casos[5]. Debido a la prominencia anatómica de la nariz en el rostro, es particularmente susceptible a lesiones traumáticas[1][2]. Este artículo abordará los aspectos clave del diagnóstico y manejo inicial de las fracturas nasales.
Síntomas
Los pacientes con fractura nasal suelen presentar:
Dolor y sensibilidad, especialmente al tocar la nariz[6]
Hinchazón de la nariz y áreas circundantes[6]
Epistaxis (sangrado nasal)[1][3]
Obstrucción nasal[1][5]
Dificultad para respirar por la nariz[6]
Secreción de moco nasal[6]
La inflamación nasal generalmente persiste durante 3 a 5 días después de la fractura[6].
Signos clínicos
Los signos clínicos más frecuentes incluyen:
Epistaxis (99% de los casos)[5]
Obstrucción nasal (83,8%)[5]
Laterorrrinia o desviación lateral de la nariz (74,3%)[5]
Crepitación de los fragmentos óseos (68,6%)[5]
Deformidad nasal visible[1][3]
Hematoma periorbitario[6]
Exploración
La evaluación clínica es fundamental y debe incluir:
Anamnesis : Fecha y hora del traumatismo, mecanismo de lesión, epistaxis, lesiones o intervenciones nasales previas, posible rinorrea y obstrucción nasal[1][3].
Inspección y palpación :
Evaluar deformidad, lateralización o hundimiento de fragmentos.
Buscar escalones óseos, cabalgamientos o crepitación[1]
Examinar el dorso y las paredes laterales de la nariz[3]
Rinoscopia anterior : Para descartar lesiones como fracturas septales, hematomas y abscesos septales[1][3].
Exploración del tabique nasal : Identificar desviaciones o luxaciones[3].
Es crucial descartar la presencia de hematoma septal, que se manifiesta como un abultamiento bajo la mucosa septal con cambios en la coloración[1].
Pruebas diagnósticas
Aunque el diagnóstico es principalmente clínico, se pueden realizar:
Radiografía simple : método rápido y accesible para confirmar el diagnóstico clínico. Se utilizan las proyecciones laterales de huesos propios y Waters[1][3].
Tomografía computarizada (TC) : Indicada ante sospecha de lesión del complejo nasoetmoideoorbitario o para una evaluación más detallada. Permite valorar todo el esqueleto óseo nasal y facial, además de proporcionar información precisa sobre el desplazamiento de los fragmentos[1][3].
Manejo de emergencias
El manejo inicial en emergencias debe seguir estos pasos:
Control de la epistaxis: Aplicar taponamiento nasal con algodón impregnado en agua oxigenada, oximetazolina al 0.05% o lidocaína al 2% con epinefrina (considerando contraindicaciones)[3][5].
Evaluación de la necesidad de reducción: Basada en la estética nasal y la función respiratoria[3].
Reducción cerrada: Idealmente entre las 24-72 horas post-trauma, dependiendo del grado de tumefacción[3].
Taponamiento endonasal: Para soporte interno y hemostasia[3].
Colocación de férula nasal: Protege la pirámide nasal durante la estabilización de la fractura[3].
Antibioticoterapia: Según el tipo de fractura[3].
Considerar reducción abierta en fracturas inestables y conminutas con gran desplazamiento[3].
Es importante recordar que el manejo debe individualizarse según el mecanismo de lesión, las expectativas del paciente y las habilidades del profesional[5].
El diagnóstico y manejo oportuno de las fracturas nasales es crucial para prevenir secuelas funcionales y estéticas. Una evaluación clínica minuciosa, complementada con estudios de imagen cuando sea necesario, permite un abordaje adecuado en el servicio de emergencias.
Citas
[6] https://www.msdmanuals.com/es/hogar/traumatismos-y-envenenamientos/lesiones-faciales/fracturas-nasales
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