Fractura Diafisaria de Tibia
- EmergenciasUNO

- 11 jul
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Actualizado: 15 ago
MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
La fractura diafisaria de tibia es una lesión que afecta la porción media de la tibia, el principal hueso de carga en la pierna. Este tipo de fractura es una de las más comunes entre los huesos largos y generalmente ocurre por traumatismos de alta energía, como accidentes de tráfico o caídas desde altura.
También puede producirse en situaciones de bajo impacto, especialmente en pacientes con huesos debilitados por condiciones como la osteoporosis. Las fracturas pueden ser cerradas o abiertas y con frecuencia se asocian a lesiones del peroné.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa principalmente en la presentación clínica y se confirma mediante estudios por imágenes. Los pacientes suelen presentar dolor intenso, deformidad visible, hinchazón, equimosis y, con frecuencia, incapacidad para cargar peso sobre la pierna afectada.
La radiografía de toda la pierna es la herramienta diagnóstica de elección para confirmar la fractura y evaluar la alineación de los fragmentos. En casos complejos o con sospecha de compromiso articular, puede requerirse tomografía computarizada (TC).
Diagnóstico Diferencial
Condición | Diferenciación Clave |
Esguince de Tobillo | Dolor localizado en el tobillo sin deformidad ósea visible ni incapacidad significativa para cargar peso. |
Fractura de Peroné | Puede coexistir con fractura tibial, pero cuando es aislada causa menor deformidad y dolor más localizado. |
Contusión Ósea | Dolor localizado sin fracturas visibles en la radiografía, más común en la tibia. |
Fractura del Platillo Tibial | Dolor en la parte superior de la tibia, usualmente con derrame articular, más frecuente en traumatismos de alta energía. |
Síndrome Compartimental | Dolor desproporcionado con hinchazón, palidez y posible compromiso neurovascular tras una fractura o trauma. |
Manejo de Emergencia
En el servicio de urgencias, el manejo de una fractura diafisaria de tibia comienza con la estabilización de la pierna afectada mediante una férula larga o inmovilización temporal. Se administran analgésicos para controlar el dolor, y se evalúa cuidadosamente el estado neurovascular distal para descartar complicaciones como el síndrome compartimental, que constituye una urgencia médica.
En caso de fracturas expuestas, se debe iniciar profilaxis antibiótica, administrar toxoide tetánico si es necesario, y realizar un desbridamiento quirúrgico precoz.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo depende de la gravedad y tipo de fractura. Las fracturas desplazadas o inestables suelen requerir intervención quirúrgica, como fijación interna mediante clavos intramedulares o placas y tornillos.
Las fracturas no desplazadas o estables pueden tratarse de forma conservadora con inmovilización mediante yeso o férula durante 6 a 8 semanas. La rehabilitación posterior a la inmovilización o cirugía es fundamental para restaurar la función y prevenir la rigidez articular.

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