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Fractura del Calcáneo

MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES



Una fractura del calcáneo (hueso del talón) es una de las lesiones más graves del pie, típicamente causada por traumatismos de alta energía, como caídas desde altura o accidentes automovilísticos.


Dado que el calcáneo es el principal hueso que soporta el peso corporal al caminar, una fractura en esta zona puede tener consecuencias importantes para la función y movilidad del pie. Los síntomas incluyen dolor intenso en la parte posterior del pie, hinchazón, hematomas y dificultad o imposibilidad para caminar.


Diagnóstico


El diagnóstico se basa en el antecedente de trauma y el examen físico, que revela dolor severo en el talón, hinchazón y, con frecuencia, deformidad del pie. Las radiografías son esenciales para confirmar la fractura y evaluar la extensión del daño. Las tomografías computarizadas (TC) se utilizan para visualizar fracturas complejas y guiar el tratamiento quirúrgico, especialmente si está involucrada la articulación subastragalina.


Diagnóstico Diferencial


Condición

Diferenciación Clave

Fractura del astrágalo

Dolor en la parte superior del tobillo, generalmente tras una caída, pero localizado más hacia el tobillo.

Esguince de tobillo

Dolor en el tobillo sin evidencia de fractura en la radiografía.

Contusión calcánea

Dolor en el talón sin fractura visible en la radiografía, generalmente por un impacto menor.

Fascitis plantar

Dolor en la parte inferior del talón, más intenso al levantarse por la mañana.

Fractura por estrés del calcáneo

Dolor progresivo en el talón, usualmente sin traumatismo importante, común en atletas o corredores.

Manejo de Emergencia


En el servicio de urgencias, el manejo inicial de una fractura del calcáneo incluye la inmovilización del pie con una férula posterior para evitar un mayor desplazamiento de los fragmentos óseos. Debe aplicarse hielo y elevarse la pierna afectada para reducir la hinchazón.


El control del dolor se logra mediante analgésicos y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Es esencial realizar una evaluación neurovascular del pie para descartar lesiones nerviosas o vasculares.


Si la fractura es abierta o existe compromiso vascular, se requiere intervención quirúrgica urgente para la reducción y estabilización. En fracturas cerradas y no complicadas, el paciente debe ser derivado a ortopedia para la evaluación del tratamiento definitivo.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo depende de la gravedad de la fractura del calcáneo:


Fracturas no desplazadas:


Tratamiento conservador: Inmovilización con férula o bota ortopédica durante 6 a 8 semanas, con restricción total de carga sobre el pie afectado. El seguimiento radiológico es fundamental para asegurar una correcta consolidación.


Fracturas desplazadas o con compromiso articular:


Reducción abierta y fijación interna (RAFI): Para fracturas desplazadas o aquellas que afectan la articulación subastragalina (entre el astrágalo y el calcáneo), se requiere tratamiento quirúrgico para realinear los fragmentos óseos y restaurar la anatomía del pie. Se utilizan placas y tornillos para estabilizar los huesos. La cirugía es crucial para reducir el riesgo de complicaciones como la artrosis postraumática.


Fracturas abiertas:


Estas requieren desbridamiento quirúrgico, estabilización interna y profilaxis antibiótica para prevenir infecciones. Se trata de una emergencia quirúrgica.


Rehabilitación


La rehabilitación es esencial para recuperar la función del pie después de una fractura del calcáneo. Se debe evitar la carga sobre el pie lesionado durante las primeras semanas posteriores a la lesión o cirugía.


Una vez que se inicia la consolidación ósea, la fisioterapia se enfoca en mejorar la movilidad, la fuerza y el equilibrio. Los ejercicios de rango de movimiento son vitales para prevenir rigidez en la articulación subastragalina y el tobillo.


Complicaciones


Las fracturas del calcáneo conllevan un alto riesgo de complicaciones, entre ellas:


  • Artrosis postraumática: Especialmente si la fractura involucra la articulación subastragalina.


  • Necrosis avascular: Debido a la interrupción del suministro sanguíneo.


  • Infecciones: Principalmente en fracturas abiertas.


  • No unión: En fracturas complejas o mal alineadas.


Con un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes puede recuperar la movilidad, aunque algunos pueden experimentar limitaciones funcionales a largo plazo, especialmente en casos de fracturas graves o complicadas.

 
 
 

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