MANUAL MINORS
La fractura de la rótula es una lesión que afecta el hueso frontal de la rodilla, el cual es esencial para la función del mecanismo extensor. Este tipo de fractura suele ocurrir por traumatismos directos, como caídas sobre la rodilla o golpes directos, o por fuerzas indirectas, como una contracción súbita del cuádriceps. Dependiendo de la severidad, las fracturas de la rótula pueden ser estables o inestables, desplazadas o no desplazadas, e incluso conminutas (fragmentadas).
Diagnóstico
El diagnóstico clínico incluye dolor intenso en la parte frontal de la rodilla, hinchazón, sensibilidad al tacto, y en muchos casos, incapacidad para extender la pierna o levantar la pierna recta. La rodilla puede mostrar un derrame articular significativo.
La fractura se confirma mediante radiografías (anteroposterior, lateral y axial) de la rodilla, las cuales permiten evaluar el desplazamiento de los fragmentos óseos. En casos complejos, puede ser útil una tomografía computarizada (TC).
Diagnóstico Diferencial
Condición | Diferenciación clave |
---|---|
Lesión del tendón rotuliano | Dificultad para extender la pierna, sin fractura visible en radiografías |
Lesión del tendón del cuádriceps | Dolor y dificultad para la extensión activa, sin fractura |
Luxación de rótula | Desplazamiento lateral de la rótula, sin fractura ósea |
Contusión de rodilla | Dolor localizado y edema, pero sin fractura visible en imágenes |
Fractura de meseta tibial | Afecta la tibia proximal, con dolor más profundo en la rodilla |
Manejo en Emergencias
En urgencias, el manejo inicial de las fracturas de rótula incluye:
Inmovilización: Se coloca una férula o inmovilizador de rodilla para evitar el movimiento y aliviar el dolor.
Analgesia: Se administran AINEs y, en algunos casos, opioides para controlar el dolor.
Evaluación de la extensión: Se valora la capacidad del paciente para extender activamente la rodilla. La incapacidad para hacerlo sugiere una fractura desplazada o una lesión del aparato extensor.
Si la fractura es abierta o presenta un desplazamiento severo, se prepara al paciente para tratamiento quirúrgico urgente.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento de las fracturas de rótula depende del tipo y grado de desplazamiento:
Tratamiento Conservador
Las fracturas no desplazadas o mínimamente desplazadas (menos de 2 mm en el espacio articular) se manejan de manera conservadora con inmovilización en extensión completa durante 4-6 semanas. El paciente puede realizar ejercicios isométricos del cuádriceps durante este periodo para evitar atrofia muscular.
Se permiten ejercicios de rango de movimiento progresivo una vez que la fractura ha comenzado a consolidarse.
Tratamiento Quirúrgico
Las fracturas desplazadas (más de 2 mm en el espacio articular o 3 mm entre fragmentos óseos) o conminutas requieren intervención quirúrgica para restaurar el mecanismo extensor y la congruencia articular. Los enfoques quirúrgicos incluyen:
Cerclaje con alambre en forma de ocho (técnica de tensión de banda): Es la técnica más común para fracturas transversas. Permite comprimir los fragmentos y facilita la cicatrización.
Tornillos y cerclaje: Utilizado en fracturas más complejas o con desplazamiento considerable.
Patellectomía parcial o total: En casos de fracturas conminutas severas donde no es posible reconstruir adecuadamente la rótula, se puede optar por la resección parcial o total.
Rehabilitación
La rehabilitación es fundamental tras el tratamiento, ya sea conservador o quirúrgico. Inicialmente, se restringe el rango de movimiento de la rodilla, con la movilización pasiva y ejercicios de fortalecimiento del cuádriceps iniciando tan pronto como sea seguro.
El retorno a la carga completa de peso y la actividad física dependerá del tipo de fractura y su consolidación, pero generalmente se tarda entre 6 y 12 semanas.
El seguimiento radiológico es necesario para asegurar una correcta consolidación ósea y detectar complicaciones como la artrosis postraumática o la rigidez articular.
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