Fractura Aislada de la Diáfisis del Cúbito
- EmergenciasUNO

- 9 jul
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MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
Una fractura aislada de la diáfisis del cúbito, también conocida como “fractura del bastón” o “fractura defensiva”, implica una ruptura del cúbito sin afectar al radio. Suele producirse por un traumatismo directo en el antebrazo, como un golpe o una caída.
Esta lesión se presenta con dolor localizado, hinchazón y, ocasionalmente, deformidad a lo largo del cúbito. En los casos graves, puede haber dificultad para mover el antebrazo y la muñeca.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza mediante un examen físico, que revela dolor e hinchazón en la parte medial del antebrazo. Las radiografías anteroposteriores y laterales del antebrazo confirman la fractura, mostrando su localización y tipo.
En casos complejos, puede ser necesaria una tomografía computarizada (TAC) para evaluar la extensión de la fractura y planificar el tratamiento.
Diagnóstico Diferencial
Condición | Características Distintivas |
Fractura de Monteggia | Fractura del cúbito con luxación de la cabeza del radio, con dolor y deformidad en el codo. |
Fractura de ambos huesos del antebrazo | Afecta tanto al radio como al cúbito, con dolor más generalizado y deformidad pronunciada. |
Fractura del radio distal | Afecta la porción distal del radio, con dolor cerca de la muñeca. |
Esguince de muñeca | Dolor localizado en la muñeca sin fracturas visibles en las radiografías. |
Manejo de Emergencia
En el entorno de emergencia, el manejo inicial consiste en inmovilizar el antebrazo con una férula larga o yeso para evitar el movimiento y estabilizar la fractura. Se debe proporcionar alivio del dolor con analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Para las fracturas desplazadas, puede ser necesaria una reducción urgente para alinear adecuadamente los fragmentos óseos.
Tratamiento Definitivo
Las fracturas no desplazadas pueden manejarse de forma conservadora con inmovilización en un yeso durante 4 a 6 semanas. Las fracturas desplazadas, inestables o conminutas requieren tratamiento quirúrgico con reducción abierta y fijación interna mediante placas y tornillos para asegurar una alineación y cicatrización adecuadas. La fisioterapia posterior a la inmovilización es esencial para restaurar la función del antebrazo y la muñeca.

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