MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia sostenida más prevalente en los servicios de urgencias y representa una condición médica grave que afecta principalmente a pacientes de edad avanzada. Este artículo académico abordará los aspectos clave de la FA, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.
Síntomas
La FA puede presentarse con una variedad de síntomas, aunque algunos pacientes pueden ser asintomáticos. Los síntomas más comunes incluyen:
Palpitaciones (latidos rápidos e irregulares del corazón)[1][3]
Cansancio extremo o fatiga[1][3]
Dolor y presión en el pecho[1][4]
Mareos o vértigo que pueden llegar al desmayo[1]
Disnea (dificultad para respirar)[4]
Debilidad e intolerancia al esfuerzo[4]
Presíncope[4]
Es importante destacar que la intensidad de los síntomas puede variar a lo largo del tiempo, y algunos pacientes pueden experimentar períodos sintomáticos y asintomáticos[3].
Signos clínicos
Los signos clínicos de la FA incluyen:
Pulso irregular[3][4]
Frecuencia cardíaca rápida, generalmente entre 140 y 160 latidos por minuto[4]
Signos de insuficiencia cardiaca en casos avanzados[4]
Posibles signos de accidente cerebrovascular agudo debido a embolias sistémicas[4]
Exploración
La exploración física en pacientes con sospecha de FA debe incluir:
Evaluación del pulso arterial, que se caracteriza por ser irregular[3]
Auscultación cardíaca para detectar ritmos irregulares.
Evaluación de signos de insuficiencia cardíaca, como edema periférico o crepitantes pulmonares.
Examen neurológico para descartar signos de accidente cerebrovascular[4]
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico de la FA se basa principalmente en las siguientes pruebas:
Electrocardiograma (ECG): Es la prueba principal para diagnosticar la FA[1][2]. Los hallazgos característicos incluyen:
Ausencia de ondas P
Presencia de ondas f (de fibrilación) irregulares
Intervalos RR irregularmente irregulares[4]
Monitor Holter: Registra la actividad cardíaca durante 24 a 48 horas, útil para detectar episodios de FA de corta duración[1][2]
Registrador de eventos: Similar al Holter, pero se usa por períodos más largos, generalmente 30 días[2]
Ecocardiograma: Proporciona imágenes del corazón en movimiento, evaluando su estructura y función[1][3]
Análisis de sangre: Para detectar enfermedades o sustancias que puedan afectar al corazón[2]
Pruebas de función tiroidea: Para descartar alteraciones tiroideas que puedan contribuir a la FA[4]
Manejo de emergencias
El manejo de la FA en servicios de urgencias debe seguir estos pasos:
Evaluación inicial de la estabilidad hemodinámica del paciente[7]
En caso de inestabilidad hemodinámica, realice cardioversión eléctrica sincronizada inmediata[7]
Para pacientes estables:
Identificar y tratar factores desencadenantes (como sepsis en ancianos)[7]
Control de la frecuencia cardíaca con fármacos[4]
Considerar la cardioversión farmacológica o eléctrica en casos seleccionados[4][7]
Iniciar anticoagulación para prevenir eventos tromboembólicos, evaluando el riesgo-beneficio[4][7]
Educar al paciente sobre la importancia del seguimiento y adherencia al tratamiento[5]
La fibrilación auricular es una arritmia compleja que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico integral. El reconocimiento temprano de los síntomas, la realización de pruebas diagnósticas apropiadas y un manejo adecuado en los servicios de urgencias son fundamentales para mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes afectados por esta condición.
Citas
[2] https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/atrial-fibrillation/diagnosis-treatment/drc-20350630
[4 ] https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-cardiovasculares/arritmias-cardíacas-específicas/fibrilación-auricular
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