Fascitis plantar
- EmergenciasUNO
- 24 ago 2024
- 5 Min. de lectura
MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Fascitis plantar
Medidas conservadoras: La fascitis plantar se trata principalmente con medidas conservadoras, que tienen una alta tasa de éxito. La mayoría de las personas se recuperan por completo dentro de un año con tratamiento no invasivo. Estas medidas incluyen:
Reposo: Se recomienda reducir las actividades que ejercen presión sobre los pies, como caminar o estar de pie durante largos períodos. Si es posible, se debe descansar el pie afectado y evitar actividades que agraven el dolor.
Calzado adecuado: Es esencial utilizar zapatos con buen soporte para el arco y talones acolchonados para ayudar a reducir la tensión sobre la fascia plantar. Los zapatos deportivos con cordones suelen ser una buena opción. Se debe evitar caminar descalzo, especialmente en superficies duras.
Plantillas y almohadillas: El uso de plantillas ortopédicas o almohadillas para el talón puede ser beneficioso, ya que ayudan a corregir la pronación del pie, distribuyen mejor la presión en la planta del pie y alivian la presión sobre la fascia plantar. Las plantillas deben ajustarse adecuadamente para brindar un soporte óptimo al arco del pie.
Pérdida de peso: En personas con sobrepeso u obesidad, la reducción de peso puede ayudar significativamente a disminuir la tensión en la fascia plantar y reducir los síntomas. Mantener un peso saludable también puede prevenir la recurrencia.
Alivio del dolor:
Analgésicos orales: El uso de analgésicos simples, como paracetamol o antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como ibuprofeno, puede ayudar a aliviar el dolor.
Aplicación de hielo: Se recomienda aplicar una bolsa de hielo envuelta en una toalla en la zona dolorida durante 15-20 minutos, varias veces al día. Esto ayuda a reducir la inflamación y proporciona alivio temporal del dolor.
Fisioterapia casera: Se aconseja a los pacientes realizar ejercicios de estiramiento del tendón de Aquiles y la fascia plantar para aliviar los síntomas y prevenir la recurrencia. Estos ejercicios deben realizarse con regularidad, especialmente por la mañana antes de levantarse de la cama, y durante el día.
Fisioterapia guiada: Si el dolor persiste a pesar de las medidas conservadoras, se puede recomendar una evaluación y tratamiento por un fisioterapeuta. Los fisioterapeutas pueden enseñar ejercicios específicos de estiramiento y fortalecimiento, así como técnicas de masaje y terapia manual para aliviar la tensión en la fascia plantar.
Inyecciones de corticosteroides: En casos más graves o persistentes, se puede considerar una inyección de corticosteroides para reducir la inflamación y proporcionar alivio temporal del dolor. Sin embargo, se debe tener en cuenta que las inyecciones pueden ser dolorosas, y el alivio suele ser temporal. Además, existe el riesgo de efectos secundarios, como atrofia del tejido adiposo o ruptura de la fascia plantar. Se recomienda utilizar guías ecográficas para mejorar la precisión de la inyección.
Si se administra una inyección de corticosteroides, se debe esperar al menos 6 semanas antes de repetirla, y no se deben realizar inyecciones múltiples con frecuencia debido al riesgo de complicaciones.
Referencia a especialistas: Si los síntomas no mejoran con el manejo conservador, se debe considerar la derivación a un podólogo o fisioterapeuta para tratamientos más específicos. En casos resistentes al tratamiento, la remisión a un cirujano ortopédico o podólogo puede ser necesaria. Los tratamientos especializados pueden incluir:
Terapia de ondas de choque extracorpóreas: Esta terapia no invasiva utiliza ondas acústicas para estimular la curación en el área afectada.
Intervención quirúrgica: En casos muy raros y severos, donde todas las demás terapias han fallado, se puede considerar la división quirúrgica de la fascia plantar.
Ejercicios recomendados (Fisioterapia casera)
Estiramiento del tendón de Aquiles y la fascia plantar:
Estiramiento con toalla: Coloque una toalla larga o un tubo elástico al lado de la cama. Antes de levantarse por la mañana, coloque la toalla alrededor de la planta del pie y tire suavemente hacia usted mientras mantiene la rodilla recta. Mantenga la posición durante 30 segundos y repita tres veces por cada pie.
Estiramiento en la pared: Coloque las manos a la altura de los hombros contra una pared y coloque un pie más cerca de la pared y el otro hacia atrás. Con la rodilla delantera doblada y la rodilla trasera recta, incline su cuerpo hacia adelante hasta sentir un estiramiento en la pantorrilla de la pierna trasera. Mantenga la posición durante 30 segundos, repita 10 veces y luego cambie de pierna.
Ejercicio con rodillo o pelota:
Mientras está sentado, haga rodar la planta del pie sobre una botella fría, una lata de refresco o una pelota de tenis durante unos minutos para masajear y estirar suavemente la fascia plantar.
Estiramiento en escalón:
Párate en el borde de un escalón, sosteniéndote del pasamanos. Baje lentamente los talones mientras mantiene las rodillas rectas hasta sentir un estiramiento en la parte inferior de los pies y las pantorrillas. Mantenga la posición durante 20-30 segundos y repita el ejercicio seis veces.
Diagnóstico
El diagnóstico de fascitis plantar se realiza principalmente mediante la evaluación de los síntomas y el examen físico. Los signos y síntomas característicos incluyen:
Dolor en el talón:
Inicio insidioso: El dolor generalmente se desarrolla gradualmente y suele ser más intenso al dar los primeros pasos después de levantarse por la mañana o tras periodos prolongados de inactividad.
Dolor que mejora con la actividad moderada: A medida que la persona camina o realiza actividades ligeras, el dolor puede disminuir inicialmente, pero tiende a empeorar al final del día o después de estar mucho tiempo de pie o caminando.
Dolor localizado en la base del talón: Generalmente, el dolor se localiza en la parte inferior del talón, especialmente cerca de la inserción de la fascia plantar en el calcáneo.
Examen físico:
Dolor a la palpación: El examen revela sensibilidad al presionar el talón, generalmente en la zona medial del calcáneo.
Dorsiflexión limitada: La flexión dorsal del pie está limitada, especialmente con la rodilla en extensión, debido a la rigidez del tendón de Aquiles.
Prueba de Windlass: Esta prueba consiste en extender el primer dedo del pie (dedo gordo) hacia arriba mientras se mantiene la pierna en una posición neutral. Si el dolor en el talón se reproduce, la prueba es positiva.
Marcha antálgica: Los pacientes pueden caminar de forma anormal (cojeando) para evitar el dolor.
Si los síntomas clínicos no son consistentes o el diagnóstico no es claro, se deben considerar otros estudios de imagen, como radiografías o resonancia magnética, o remitir al paciente a un especialista para una evaluación adicional.
Diagnóstico Diferencial
Es importante descartar otras causas de dolor en el talón que pueden imitar a la fascitis plantar. Algunas de estas incluyen:
Tendinitis de Aquiles: Dolor en la parte posterior del talón, a lo largo del tendón de Aquiles, que empeora al ponerse de puntillas o con la extensión del pie.
Fractura por estrés del calcáneo: Se presenta con dolor difuso en el talón, a menudo acompañado de hinchazón y sensibilidad al presionar el calcáneo. Es común en personas que realizan caminatas largas o llevan cargas pesadas.
Atrofia del cojín graso: Esta condición causa dolor centralizado en el talón y se asocia con la pérdida del cojín graso que amortigua el talón, especialmente en personas mayores u obesas.
Bursitis subcalcánea: Inflamación de la bursa bajo el calcáneo, que provoca dolor en la parte posterior del talón, generalmente en personas que corren o caminan mucho.
Neuropatías: La compresión nerviosa, como el síndrome del túnel tarsal, puede causar dolor en el talón junto con síntomas neurológicos como entumecimiento o sensación de hormigueo.
Definición
La fascitis plantar es una condición caracterizada por dolor persistente en la planta del pie debido a la degeneración crónica de la fascia plantar, la cual resulta de desgarros microscópicos repetitivos. La fascia plantar es una banda gruesa de tejido conectivo que recorre la parte inferior del pie desde el talón hasta los dedos, y su función principal es mantener el arco del pie y absorber el impacto durante actividades como caminar o correr.
Cuando esta estructura se sobrecarga o se lesiona, se producen microdesgarros que causan inflamación y dolor. La fascitis plantar es especialmente común en personas de entre 40 y 60 años, en corredores y en aquellos que permanecen de pie durante largos períodos o tienen sobrepeso.
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