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Examen de la mano

Actualizado: 15 sept 2024

MANUAL MINORS



El examen de la mano es un proceso clínico sistemático utilizado para evaluar las estructuras óseas, tendinosas, nerviosas y vasculares en busca de lesiones o anomalías. Dada la complejidad anatómica de la mano, un examen adecuado es crucial para detectar fracturas, dislocaciones, rupturas tendinosas, lesiones nerviosas y vasculares, especialmente después de un trauma. La evaluación completa de la mano permite un diagnóstico preciso y la implementación temprana del tratamiento adecuado para evitar complicaciones.


Diagnóstico


El examen de la mano se realiza en una secuencia estructurada que incluye inspección, palpación, evaluación funcional y pruebas específicas. Se debe comparar con la mano no afectada para identificar diferencias y anomalías.


  1. Inspección:


    • Deformidades: Deformidad visible en los huesos o articulaciones puede indicar fracturas, dislocaciones o ruptura tendinosa.


    • Hematomas o eritema: Indican traumatismos recientes o inflamación.


    • Atrofia muscular: Puede sugerir lesiones nerviosas crónicas.


    • Postura de los dedos: La posición anormal de un dedo puede reflejar lesiones de tendones flexores o extensores (p. ej., dedo en martillo o deformidad en boutonnière).


  2. Palpación:


    • Se debe palpar cada hueso, articulación y tendón en busca de puntos de dolor específicos que puedan indicar fracturas, esguinces o tenosinovitis.


    • Crepitación: Puede ser un signo de fractura o lesión articular.


    • Hinchazón localizada: Sugiere lesiones articulares o tendinosas.


  3. Evaluación de la movilidad:


    • Activa: Se pide al paciente que flexione y extienda los dedos, el pulgar y la muñeca para evaluar la función de los tendones flexores y extensores.


    • Pasiva: El examinador mueve los dedos y la muñeca del paciente para detectar resistencia o dolor, lo que puede indicar contracturas o rigidez articular.


    • Fuerza de agarre: Se evalúa pidiendo al paciente que agarre la mano del examinador, útil para detectar debilidad muscular por lesiones nerviosas o tendinosas.


  4. Evaluación neurológica:


    • Sensibilidad: Se debe evaluar la sensación en las zonas de distribución de los nervios mediano, radial y cubital. La pérdida de sensibilidad puede indicar una lesión nerviosa.


    • Prueba de Tinel: Percutir suavemente sobre el túnel carpiano para evaluar la irritación del nervio mediano, lo cual es positivo si hay hormigueo o dolor.


    • Prueba de Phalen: Se pide al paciente que flexione las muñecas durante 60 segundos; la aparición de dolor o parestesias sugiere síndrome del túnel carpiano.


  5. Evaluación vascular:


    • Prueba de Allen: Evalúa la perfusión de la mano, comprobando la permeabilidad de las arterias radial y cubital. Se comprime una de estas arterias y se pide al paciente que cierre y abra la mano para observar cómo retorna el color.


    • Pulsos: Se palpan los pulsos radial y cubital para asegurar una adecuada circulación.


Diagnóstico diferencial

Lesión

Características Distintivas

Fractura de falanges

Dolor focal, deformidad ósea palpable o visible, limitación de la movilidad activa y pasiva.

Ruptura de tendones flexores o extensores

Incapacidad para flexionar o extender el dedo afectado, asociado a traumatismos o laceraciones.

Síndrome del túnel carpiano

Parestesias en el territorio del nervio mediano (dedos pulgar, índice, medio) y dolor en la muñeca.

Lesión del nervio cubital

Pérdida de sensibilidad en el meñique y debilidad en la flexión de los dedos, con atrofia muscular visible.

Artritis reumatoide

Rigidez matutina, hinchazón simétrica de articulaciones pequeñas, desviación cubital y dolor articular crónico.

Manejo en Emergencias


El manejo inicial en emergencias depende de los hallazgos del examen. Las fracturas deben inmovilizarse y derivarse para reducción o cirugía si es necesario. Las heridas abiertas que comprometan tendones o nervios requieren reparación quirúrgica. En casos de lesión nerviosa o vascular sospechada, se debe realizar un seguimiento inmediato por parte de un especialista. El manejo del dolor se aborda con analgésicos y antiinflamatorios.


Tratamiento Definitivo


El tratamiento definitivo depende del diagnóstico específico. Las fracturas pueden necesitar reducción o fijación quirúrgica, mientras que las lesiones tendinosas suelen requerir reparación quirúrgica seguida de inmovilización y rehabilitación. Las lesiones nerviosas requieren una evaluación neurológica especializada, y las tenosinovitis se manejan con AINEs, fisioterapia o, en algunos casos, cirugía. La rehabilitación es crucial para restaurar la función y prevenir complicaciones a largo plazo.

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