MANUAL DE EMERGENCIAS 2025
El estado confusional agudo, también conocido como delirio, es un síndrome neuropsiquiátrico caracterizado por una alteración aguda y fluctuante de la atención y la cognición. Es una condición frecuente y potencialmente grave, especialmente en pacientes ancianos hospitalizados[1][2].
Síntomas
Los síntomas principales del delirio incluyen:
Alteración de la atención y la conciencia
Cambios cognitivos (memoria, orientación, lenguaje)
Inicio agudo (horas a días) y curso fluctuante
Alteraciones perceptivas (alucinaciones, ilusiones)
Trastornos del ciclo sueño-vigilia
Cambios emocionales (ansiedad, irritabilidad, euforia)[1][3]
Signos clínicos
Los signos clínicos más relevantes son:
Nivel de conciencia alterado (hiperalerta o somnoliento)
Desorientación en tiempo, espacio y/o persona
Discurso incoherente o desorganizado
Alteraciones psicomotoras (agitación o inhibición)
Inversión del ciclo sueño-vigilia
Síntomas autonómicos (taquicardia, sudoración, rubor)[2][4]
Exploración
La exploración del paciente con sospecha de delirio debe incluir:
Evaluación del estado mental y nivel de conciencia
Valoración de la atención y orientación
Examen neurológico completo
Búsqueda de signos de infección o deshidratación
Evaluación de la función cardiopulmonar
Exploración abdominal[5][6]
Pruebas diagnósticas
El diagnóstico del delirio es principalmente clínico, pero se pueden realizar las siguientes pruebas complementarias:
Análisis de sangre (hemograma, bioquímica, electrolitos)
Análisis de orina
Gasometría arterial
Electrocardiograma
Radiografía de tórax
Tomografía computarizada cerebral (si se sospecha patología intracraneal)
Electroencefalograma (puede mostrar enlentecimiento difuso)[3][6]
Para el diagnóstico clínico, se recomienda el uso de herramientas validadas como el Confusion Assessment Method (CAM) o los criterios del DSM-5[3][5].
Manejo de emergencias
El manejo del delirio en el servicio de Emergencias debe centrarse en:
Identificación y tratamiento de la causa subyacente.
Medidas de soporte (hidratación, oxigenación, corrección de alteraciones metabólicas)
Optimización del entorno (reorientación, presencia de familiares, iluminación adecuada)
Evitar el uso de restricciones físicas.
Manejo farmacológico juicioso de la agitación si es necesario (antipsicóticos a dosis bajas)
Prevención de complicaciones (caídas, úlceras por presión)
Educación al paciente y familiares sobre la naturaleza del cuadro[2][4][6]
Es fundamental recordar que el delirio es una urgencia médica que requiere un abordaje multidisciplinario y un diagnóstico etiológico precoz para mejorar el pronóstico del paciente[1][4].
El estado confusional agudo o delirio es un síndrome complejo y frecuente que requiere un alto índice de sospecha, un diagnóstico precoz y un manejo integral para reducir su morbimortalidad asociada. La implementación de protocolos de detección y manejo en los servicios de Emergencias puede mejorar significativamente los resultados en estos pacientes.
Citas
[3] https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-articulo-delirium-en-el-adulto-mayor-S0716864019301142
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