MANUAL MINORS
El esguince de tobillo es una lesión de los ligamentos que estabilizan la articulación del tobillo, producida generalmente por una torsión o giro brusco del pie. Es una de las lesiones más comunes en la práctica deportiva y en accidentes cotidianos.
Los ligamentos más frecuentemente afectados son los laterales (especialmente el ligamento talofibular anterior). Los síntomas incluyen dolor, hinchazón, hematomas, inestabilidad y dificultad para caminar o soportar peso.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica y en el examen físico, donde se evalúa la movilidad, el dolor y la estabilidad del tobillo mediante maniobras específicas, como la prueba del cajón anterior. La clasificación de los esguinces se realiza en tres grados:
Grado I (leve): Estiramiento o desgarro microscópico de las fibras ligamentosas.
Grado II (moderado): Desgarro parcial del ligamento.
Grado III (grave): Ruptura completa del ligamento, con inestabilidad articular evidente.
En casos de dolor severo, hinchazón extrema o inestabilidad, se puede realizar una radiografía para descartar fracturas asociadas.
Diagnóstico diferencial
Condición | Diferenciación clave |
---|---|
Fractura de maléolo | Dolor intenso, deformidad o inestabilidad, y fractura visible en radiografía |
Fractura del calcáneo | Dolor en la parte posterior del talón, más severo tras caídas desde alturas |
Ruptura del tendón de Aquiles | Incapacidad para realizar flexión plantar, signo de Thompson positivo (ausencia de movimiento del pie al apretar la pantorrilla) |
Tendinitis de los tendones peroneos | Dolor en la parte lateral del tobillo que se agrava al caminar o correr |
Luxación de tobillo | Desplazamiento visible de la articulación del tobillo, a menudo asociado con fracturas |
Manejo en Emergencias
El manejo inicial del esguince de tobillo en emergencias incluye el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión, y elevación) para reducir el dolor, la inflamación y prevenir más daños en los ligamentos. Los analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) se administran para controlar el dolor.
Protocolo RICE:
Reposo: Evitar cargar peso sobre el tobillo lesionado.
Hielo: Aplicar hielo durante 15-20 minutos cada 2-3 horas durante los primeros 2-3 días.
Compresión: Usar vendaje elástico o una férula para estabilizar el tobillo.
Elevación: Mantener el tobillo elevado por encima del nivel del corazón para reducir la inflamación.
En esguinces de grado II o III, puede ser necesaria la inmovilización temporal con una férula o bota ortopédica. La derivación a ortopedia es necesaria si hay signos de inestabilidad grave, deformidad o si se sospecha de una lesión más compleja.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento depende de la gravedad del esguince:
Grado I (leve): Manejo conservador con el protocolo RICE, vendaje funcional y retorno gradual a la actividad. Se recomienda fisioterapia para mejorar la estabilidad y fuerza del tobillo.
Grado II (moderado): Inmovilización con férula o bota ortopédica durante 2 a 4 semanas, seguida de fisioterapia intensiva para restaurar la movilidad y prevenir recurrencias.
Grado III (grave): En casos de ruptura completa de los ligamentos, se puede considerar inmovilización prolongada o incluso cirugía en pacientes que requieren alta demanda funcional. Posteriormente, se realiza un programa de rehabilitación con fisioterapia, ejercicios de fortalecimiento y ejercicios de propiocepción.
Rehabilitación
Es clave en todas las etapas del tratamiento para restaurar la función normal del tobillo, prevenir la inestabilidad crónica y reducir el riesgo de nuevos esguinces. Incluye ejercicios de fortalecimiento de los músculos estabilizadores del tobillo, equilibrio y propiocepción.
En la mayoría de los casos, los esguinces de tobillo se resuelven con el tratamiento adecuado, aunque los esguinces graves pueden requerir períodos prolongados de recuperación y presentan un mayor riesgo de inestabilidad crónica.
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