MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Epistaxis (Hemorragia nasal)
El manejo de la epistaxis se enfoca en detener el sangrado de manera inmediata y prevenir recidivas, especialmente en casos recurrentes o con causas subyacentes.
Primeros auxilios:
Posición: El paciente debe sentarse con el torso inclinado hacia adelante y mantener la boca abierta para evitar tragar sangre.
Compresión nasal: Se debe pinzar la parte blanda de la nariz justo debajo del puente, manteniendo la presión durante 10-15 minutos.
Evitar el decúbito supino: No debe acostarse, ya que esto aumenta el riesgo de tragar sangre y causar náuseas o vómitos.
Tratamiento en atención primaria:
Si el sangrado se detiene con los primeros auxilios, se puede aplicar un antiséptico tópico como Naseptin® (clorhexidina y neomicina) en las fosas nasales cuatro veces al día durante 10 días para prevenir recidivas.
Si el sangrado no cesa después de 15 minutos de presión, o si el origen del sangrado no se puede identificar, se debe considerar el uso de cauterización nasal o taponamiento nasal si se dispone del equipo adecuado. De lo contrario, se debe remitir al paciente al servicio de urgencias.
Tratamiento en casos severos o persistentes:
Si el sangrado es profuso, proviene de ambas fosas nasales o es un sangrado posterior (no se puede identificar el punto de sangrado en la exploración), se recomienda la admisión hospitalaria inmediata.
Los pacientes que presentan compromiso hemodinámico (como mareos, síncope, palidez o hipotensión) deben ser transferidos de urgencia al hospital para estabilización.
Recomendaciones post-episodio:
Durante las primeras 24 horas después de la epistaxis, se recomienda evitar actividades que aumenten el riesgo de nuevo sangrado, como sonarse la nariz, levantar objetos pesados, hacer ejercicio intenso, consumir alcohol o bebidas calientes.
Epistaxis recurrente:
Para personas con epistaxis recurrente, se puede recomendar el uso de cremas antisépticas como Naseptin® para reducir la costra y la vestibulitis nasal.
Si la epistaxis persiste a pesar del tratamiento conservador, se debe considerar la cauterización nasal o la remisión a un especialista en otorrinolaringología.
Diagnóstico
El diagnóstico de la epistaxis implica la evaluación de la causa del sangrado, así como la identificación de factores de riesgo subyacentes que puedan predisponer a la recurrencia o complicaciones.
Evaluación clínica:
Se debe preguntar cuándo comenzó el sangrado, si afectó una o ambas fosas nasales, y si ha habido episodios previos.
Es importante estimar la cantidad de sangre perdida y verificar si se ha utilizado algún método casero (como algodón) para intentar detener el sangrado, lo que podría haber causado más complicaciones.
Se debe realizar una inspección cuidadosa de ambas fosas nasales con iluminación adecuada y un espéculo nasal, buscando un punto de sangrado visible, generalmente un punto rojo en el área anterior del tabique nasal (área de Little).
Evaluación de causas subyacentes:
En personas con episodios recurrentes o factores de riesgo, se deben considerar causas subyacentes locales y sistémicas. Preguntar por antecedentes de trauma nasal, cirugía, o condiciones predisponentes como trastornos de coagulación (hemofilia, trombocitopenia, leucemia), uso de medicamentos (anticoagulantes, aspirina), y enfermedades vasculares (telangiectasia hemorrágica hereditaria).
Evaluar la presión arterial y otras condiciones médicas como hipertensión no controlada que podrían estar contribuyendo al sangrado.
Investigaciones adicionales:
Aunque las pruebas de laboratorio no suelen ser necesarias en casos agudos, se pueden considerar estudios como un hemograma completo en pacientes con sangrado recurrente o sospecha de anemia, y estudios de coagulación en personas con sospecha de trastornos de la coagulación o que están en tratamiento con anticoagulantes.
Diagnóstico Diferencial
El diagnóstico diferencial de la epistaxis debe considerar diversas causas locales y sistémicas, tales como:
Trauma nasal: Lesiones por hurgarse la nariz, fracturas nasales, perforaciones septales o cuerpos extraños.
Infecciones: Rinosinusitis crónica, pólipos nasales, o sinusitis alérgica.
Enfermedades vasculares: Telangiectasia hemorrágica hereditaria, granulomatosis con poliangitis (granulomatosis de Wegener).
Trastornos hematológicos: Leucemia, hemofilia, trombocitopenia, y otros trastornos de la coagulación.
Factores ambientales: Condiciones climáticas (frío o baja humedad), altitud, o exposición a irritantes como humo o químicos.
Definición
La epistaxis es el sangrado proveniente de los vasos sanguíneos de la mucosa nasal, que en la mayoría de los casos se origina en la región anterior del tabique nasal (área de Little) debido a la confluencia de varios vasos en el plexo de Kiesselbach.
En casos menos comunes, el sangrado puede provenir de una hemorragia posterior, generalmente más grave, que involucra las arterias esfenopalatinas en la cavidad nasal posterior.
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