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Epididimitis aguda

Foto del escritor: EmergenciasUNOEmergenciasUNO

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La epididimitis aguda es una condición inflamatoria que afecta al epidídimo, una estructura tubular ubicada en la parte posterior del testículo. Este artículo académico abordará los aspectos clave de la epididimitis aguda, incluyendo sus síntomas, signos clínicos, exploración, pruebas diagnósticas y manejo en emergencias.


Síntomas


La epididimitis aguda se caracteriza por la aparición gradual de síntomas que pueden variar en intensidad. Los pacientes suelen presentar:


  • Dolor escrotal unilateral, que puede ser intenso y ocasionalmente irradiarse hacia el abdomen[1][6].

  • Sensación de pesadez y calor en el testículo afectado[3].

  • Molestias al orinar (disuria) y aumento en la frecuencia urinaria[3][7].

  • En algunos casos, secreción uretral, especialmente en adolescentes sexualmente activos[1].

  • Ocasionalmente, fiebre y malestar general[6][7].


Es importante destacar que si los síntomas persisten por más de 6 semanas, se considera epididimitis crónica[3].


Signos clínicos


La exploración física revela varios signos característicos de la epididimitis aguda:


  • Hinchazón y eritema del hemiescroto afectado[1][6].

  • Induración y sensibilidad marcada del epidídimo[6].

  • En casos de orquiepididimitis, el testículo adyacente también puede estar inflamado[6].

  • Puede observarse hidrocele reactivo[1].

  • En adolescentes sexualmente activos, puede haber descarga uretral visible[1].


Exploración


La exploración física es crucial para el diagnóstico y debe incluir:


  • Inspección visual del escroto para detectar edema y eritema[1].

  • Palpación cuidadosa del epidídimo y testículo evaluar para dolor, induración y aumento de tamaño[6].

  • Realización del signo de Prehn: elevación del escroto alivia el dolor en la epididimitis, a diferencia de la torsión testicular[1].

  • Verificación del reflejo cremastérico, que debe estar presente en la epididimitis[1].

  • Examen de los ganglios linfáticos inguinales[5].

  • En algunos casos, examen rectal para evaluar la próstata[5].


Pruebas diagnósticas


Para confirmar el diagnóstico y descartar otras patologías, se recomiendan las siguientes pruebas:


  • Análisis de orina y urocultivo para identificar infecciones urinarias[1][5].

  • Exudado uretral para detectar infecciones de transmisión sexual, especialmente en jóvenes[1][5].

  • Hemograma y medición de proteína C reactiva para evaluar la respuesta inflamatoria[1].

  • Ecografía testicular con Doppler color, crucial para descartar torsión testicular y evaluar el flujo sanguíneo[3][5][6].

  • En casos seleccionados, análisis del semen para detectar leucocitos[3].


Manejo de emergencias


El manejo inicial de la epididimitis aguda en el servicio de emergencias debe incluir:


  1. Evaluación rápida para descartar torsión testicular, que requiere intervención quirúrgica urgente[5].


  2. Inicio de terapia antibiótica empírica:


    • En adultos jóvenes: ceftriaxona 500 mg IM (dosis única) más doxiciclina 100 mg vía oral cada 12 horas por 10 días[6].

    • En mayores de 35 años o con sospecha de patógenos entéricos: levofloxacina 500 mg vía oral una vez al día por 10 días[6].


  3. Manejo del dolor con antiinflamatorios no esteroideos[6].


  4. Medidas de soporte:


    • Elevación escrotal con suspensorio[6].

    • Aplicación de hielo local[6].


  5. Educación al paciente sobre la importancia del cumplimiento del tratamiento y seguimiento[1].


La epididimitis aguda es una condición urológica común que requiere un diagnóstico preciso y un manejo oportuno. El reconocimiento de los síntomas y signos característicos, junto con las pruebas diagnósticas apropiadas, permite un tratamiento adecuado y previene complicaciones potenciales.


Citas


 
 
 

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