Epicondilitis Medial
- EmergenciasUNO

- 9 jul
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MANUAL DE EMERGENCIAS MENORES
La epicondilitis medial, conocida como “codo de golfista”, es una inflamación o microdesgarro de los tendones que se insertan en el epicóndilo medial del húmero, donde los músculos flexores y pronadores del antebrazo se conectan con el codo.
Esta lesión suele ser causada por movimientos repetitivos que implican flexión de la muñeca o pronación del antebrazo, y es común en deportes como el golf, el béisbol, o actividades que requieren esfuerzo repetitivo.
Aunque es menos frecuente que la epicondilitis lateral, puede afectar a personas de todas las edades, especialmente entre los 30 y 50 años.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica de dolor en la parte interna del codo, que empeora con actividades que implican flexión de la muñeca o agarre de objetos. Durante el examen físico, se palpa el epicóndilo medial y se reproduce el dolor al pedir al paciente que flexione la muñeca contra resistencia (prueba del codo de golfista).
Generalmente no se requieren estudios de imagen, pero en casos persistentes, una ecografía o una resonancia magnética (RMN) pueden ayudar a identificar inflamación o microdesgarros tendinosos.
Diagnóstico Diferencial
Patología | Características |
Epicondilitis lateral | Dolor en la parte externa del codo, relacionado con extensión repetitiva de la muñeca. |
Bursitis del olécranon | Hinchazón en la parte posterior del codo, no relacionada con uso repetitivo del antebrazo. |
Síndrome del túnel cubital | Hormigueo o entumecimiento en los dedos cuarto y quinto, asociado a compresión del nervio cubital. |
Esguince del ligamento colateral medial | Dolor en la parte interna del codo, común en lanzadores, con inestabilidad asociada. |
Fractura del cóndilo medial | Dolor y sensibilidad en el epicóndilo medial tras un traumatismo, visible en radiografías. |
Manejo de Emergencia
El manejo de emergencia de la epicondilitis medial incluye el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para controlar el dolor y la inflamación. La aplicación de hielo y el uso de una ortesis o brazalete para el codo pueden aliviar la tensión sobre los tendones afectados.
Es importante recomendar reposo relativo, evitando las actividades que agraven el dolor, y derivar al paciente a fisioterapia para iniciar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento.
Tratamiento Definitivo
El tratamiento definitivo es conservador, enfocado en la fisioterapia para fortalecer los músculos flexores y mejorar la flexibilidad del antebrazo. Se recomienda modificar las actividades que provocan la lesión, y en algunos casos, el uso de una cincha para epicondilitis o una férula puede ser útil.
Si el dolor persiste, pueden considerarse inyecciones de corticosteroides o terapias alternativas como la terapia de ondas de choque extracorpóreas. En casos crónicos o resistentes, puede ser necesaria una cirugía para reparar o liberar los tendones afectados.

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