MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Enfermedad renal crónica
Monitoreo y evaluación continua:
Es esencial realizar un seguimiento periódico en personas con enfermedad renal crónica (ERC) para evaluar la progresión de la enfermedad. El monitoreo debe incluir la estimación de la tasa de filtración glomerular (TFGe) y la relación albúmina/creatinina en orina (ACR). Estos indicadores permiten identificar el deterioro de la función renal y el riesgo de complicaciones, como insuficiencia renal aguda (IRA) y enfermedad cardiovascular (ECV).
La presión arterial, el perfil lipídico y el nivel de glucemia también deben evaluarse regularmente, ya que controlar estos factores puede ralentizar la progresión de la ERC y reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
En estadios avanzados de ERC, deben monitorizarse parámetros relacionados con las alteraciones óseas y metabólicas (calcio, fósforo, vitamina D, hormona paratiroidea) para prevenir la enfermedad ósea renal (osteodistrofia renal) y otras complicaciones metabólicas.
Tratamiento farmacológico:
Inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA): Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o los antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA II) son fundamentales en el tratamiento de la ERC, especialmente en pacientes con proteinuria. Estos medicamentos ayudan a reducir la progresión de la enfermedad al disminuir la presión intraglomerular y controlar la hipertensión.
Estatinas: Se recomienda la administración de atorvastatina a todos los pacientes con ERC para prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que la dislipidemia es común en esta población.
Inhibidores de SGLT-2: En pacientes con diabetes tipo 2 y ERC, los inhibidores de SGLT-2 como dapagliflozina o empagliflozina son efectivos para reducir el riesgo de progresión de la ERC, mejorar los resultados renales y disminuir la mortalidad cardiovascular.
Prevención de complicaciones:
El manejo integral de la ERC debe enfocarse en la prevención de complicaciones comunes, como la insuficiencia renal aguda (IRA), la hipertensión y la enfermedad cardiovascular. El control estricto de la presión arterial, la corrección de la anemia renal y el manejo de las alteraciones electrolíticas, como la hiperpotasemia, son esenciales.
Se deben evitar medicamentos nefrotóxicos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), y ajustar las dosis de otros fármacos en función de la TFGe del paciente para prevenir un empeoramiento de la función renal.
Los pacientes con ERC también deben recibir inmunizaciones recomendadas, como la vacuna contra la gripe y la neumonía, para reducir el riesgo de infecciones graves que puedan afectar la función renal.
Derivación a nefrología:
Se debe considerar la derivación a un especialista en nefrología si el paciente presenta un rápido deterioro de la función renal, con una disminución sostenida de la TFGe del 25% o más en un año, o si la ACR es mayor de 70 mg/mmol. También se debe remitir a los pacientes con hipertensión resistente a tratamiento, aquellos con sospecha de una causa genética de la ERC o cuando se presentan complicaciones, como hiperpotasemia persistente o anemia renal no controlada.
Diagnóstico
Criterios diagnósticos:
La ERC se diagnostica cuando una persona presenta una disminución de la TFGe por debajo de 60 mL/min/1.73 m² o marcadores de daño renal persistentes durante al menos 3 meses. Estos marcadores incluyen proteinuria (ACR ≥3 mg/mmol), hematuria persistente, anomalías en el sedimento urinario, alteraciones en los electrolitos y otras disfunciones tubulares, o alteraciones estructurales detectadas mediante imágenes.
Es importante interpretar los resultados de la TFGe con precaución en personas con masas musculares extremas, desnutrición, edema o en ciertos grupos étnicos, donde su uso no ha sido bien validado.
Investigaciones iniciales:
Pruebas de sangre: Se deben realizar pruebas de creatinina sérica y calcular la TFGe. Si la TFGe es inferior a 60 mL/min/1.73 m², se debe repetir la prueba en 2 semanas para descartar una disminución aguda de la función renal. Si persiste, repetir la TFGe en 3 meses para confirmar el diagnóstico de ERC.
Muestra de orina matutina: Para medir la ACR, se debe recoger una muestra de orina en la mañana. Si la ACR es mayor de 70 mg/mmol, no es necesario repetir la prueba; si está entre 3 y 70 mg/mmol, se debe confirmar con otra muestra.
Tira reactiva de orina: Se debe realizar una prueba de tira reactiva para detectar hematuria. Si se detecta sangre, se debe descartar una infección del tracto urinario (ITU) mediante un cultivo de orina. La hematuria persistente, con o sin proteinuria, puede sugerir malignidad urológica y debe investigarse más a fondo.
Evaluación de factores de riesgo cardiovascular:
Dado que la ERC es un factor de riesgo independiente para la enfermedad cardiovascular, se debe evaluar y tratar de manera intensiva la hipertensión, dislipidemia, diabetes mellitus y otros factores de riesgo cardiovascular. Las guías recomiendan no utilizar herramientas tradicionales de evaluación del riesgo cardiovascular en personas con ERC, ya que tienden a subestimar el riesgo.
Diagnóstico Diferencial
Nefropatías glomerulares:
La ERC puede ser causada por enfermedades glomerulares primarias o secundarias, como la glomerulonefritis o nefropatías autoinmunes. Estas enfermedades a menudo se presentan con proteinuria, hematuria y disminución de la TFGe.
Obstrucción urinaria:
Las enfermedades que causan obstrucción del tracto urinario, como la hiperplasia prostática benigna o los cálculos renales, deben ser consideradas en el diagnóstico diferencial de la ERC, especialmente si se observa hidronefrosis en una ecografía renal.
Nefropatía diabética:
La diabetes mellitus es una de las principales causas de ERC en adultos. La nefropatía diabética generalmente se manifiesta con proteinuria progresiva y deterioro gradual de la función renal.
Nefritis intersticial y poliquistosis renal:
Otras causas incluyen la nefritis intersticial, que puede ser inducida por fármacos o infecciones, y las enfermedades hereditarias como la enfermedad renal poliquística, que causa la formación de quistes en los riñones y eventual fallo renal.
Definición
La enfermedad renal crónica (ERC) se define como la presencia de anomalías en la función o estructura renal durante un período de al menos 3 meses, con implicaciones para la salud.
Estas anomalías pueden incluir una disminución de la tasa de filtración glomerular (TFGe) por debajo de 60 mL/min/1.73 m², o la presencia de marcadores de daño renal, como la proteinuria (ACR ≥3 mg/mmol), alteraciones en el sedimento urinario, o anomalías estructurales detectadas mediante estudios de imagen.
La ERC es una condición progresiva que puede llevar a complicaciones graves, como la enfermedad renal en etapa terminal y un mayor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
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