MANUAL DE EMERGENCIAS 2024
Manejo de la Enfermedad de Lyme
Tratamiento antibiótico:
Personas con eritema migrans sin síntomas focales deben recibir antibióticos orales como:
Doxiciclina: 100 mg dos veces al día (o 200 mg una vez al día) durante 21 días. Alternativa para adultos y niños mayores de 12 años.
Amoxicilina: 1000 mg tres veces al día durante 21 días, indicada cuando la doxiciclina no es adecuada.
Azitromicina: 500 mg al día durante 17 días, en personas intolerantes a la doxiciclina o amoxicilina.
Niños entre 9 y 12 años:
Doxiciclina: 5 mg/kg en dos dosis el primer día, seguido de 2.5 mg/kg diarios en una o dos dosis durante 21 días (máximo 5 mg/kg diarios).
Amoxicilina: 30 mg/kg tres veces al día durante 21 días.
Azitromicina: 10 mg/kg diarios durante 17 días.
Niños menores de 9 años:
Amoxicilina: 30 mg/kg tres veces al día durante 21 días.
Azitromicina: 10 mg/kg diarios durante 17 días.
Referencias a especialistas:
Si hay síntomas focales como afecciones neurológicas, cardíacas o articulares, se debe derivar al especialista apropiado, sin retrasar el tratamiento antibiótico.
Se puede considerar el inicio del tratamiento mientras se esperan los resultados de las pruebas, si hay una alta sospecha clínica.
Reacción de Jarisch-Herxheimer:
En hasta un 15% de los pacientes, puede ocurrir una reacción transitoria dentro de las primeras 24 horas de iniciar el tratamiento antibiótico. Esta reacción puede incluir fiebre, escalofríos, dolor muscular y cefalea. No suele requerir interrupción del tratamiento y desaparece en 24-48 horas.
Diagnóstico
Eritema migrans:
Si una persona presenta eritema migrans, se debe hacer un diagnóstico clínico sin necesidad de pruebas de laboratorio, ya que esta erupción es característica de la enfermedad de Lyme.
El eritema migrans es una lesión cutánea que suele aparecer entre 1-2 semanas después de la picadura de la garrapata, aunque puede aparecer desde 1 día hasta 36 días después. Generalmente es una lesión en expansión, de más de 5 cm de diámetro, que puede ser anular o tener un aspecto uniforme. Se presenta en áreas como las piernas, axilas, ingles y cintura.
No es dolorosa, ni pruriginosa, pero en Europa, hasta un tercio de las personas con eritema migrans pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, cefalea y fatiga.
Personas sin eritema migrans:
En estos casos, se utilizan pruebas de laboratorio para guiar el diagnóstico:
Se debe realizar una prueba ELISA para la detección de anticuerpos contra la enfermedad de Lyme.
Si el resultado es positivo o equívoco, se debe realizar una prueba de inmunoblot para confirmar el diagnóstico.
Si la prueba ELISA es negativa y persisten los síntomas, se debe repetir la prueba después de 4-6 semanas si los síntomas llevan menos de 12 semanas. Si los síntomas persisten más de 12 semanas, se puede realizar directamente una prueba de inmunoblot.
Diagnóstico por inmunoblot:
Si el inmunoblot es positivo, se confirma el diagnóstico y se inicia el tratamiento antibiótico.
Si es negativo, pero persisten los síntomas, se debe considerar una discusión o derivación a un especialista.
Diagnóstico Diferencial
Reacción de hipersensibilidad a la picadura de garrapata:
Aparece mientras la garrapata está adherida o dentro de las 48 horas posteriores a su desprendimiento.
Generalmente es una lesión menor de 5 cm, pruriginosa y desaparece en 24-48 horas, lo que la diferencia del eritema migrans.
Condiciones cutáneas que pueden confundirse con eritema migrans:
Celulitis: Infección bacteriana con eritema, dolor y calor en la piel.
Eritema multiforme: Lesiones en forma de diana que no se expanden rápidamente.
Tinea corporis: Infección fúngica con bordes escamosos y pruriginosos.
Granuloma anular: Lesión papular con posible aclaramiento central.
Reacción urticarial: Lesiones pruriginosas múltiples que desaparecen en 24-36 horas.
Infecciones virales o bacterianas como mononucleosis infecciosa, sífilis, anaplasmosis, o rickettsiosis, que pueden tener síntomas sistémicos similares.
Definición
La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana causada por el grupo de bacterias Borrelia burgdorferi sensu lato, transmitidas a los humanos a través de la picadura de una garrapata infectada.
Los síntomas varían según la fase de la enfermedad, desde una erupción cutánea característica (eritema migrans) hasta síntomas neurológicos, cardíacos o articulares en fases más avanzadas.
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