top of page

Embolia Pulmonar

Actualizado: 13 dic 2024

MANUAL DE EMERGENCIAS 2025



La embolia pulmonar (EP) es una condición potencialmente mortal caracterizada por la obstrucción de una o más arterias pulmonares, generalmente por un trombo originado en las venas profundas de las extremidades inferiores[1][5]. Esta patología representa una urgencia cardiovascular y es una causa importante de morbimortalidad[2].


Síntomas


Los síntomas de la EP pueden ser variables e inespecíficos, lo que dificulta su diagnóstico[3][6]. Los más comunes incluyen:


  • Disnea (80% de los casos)

  • Dolor torácico pleurítico (45%)

  • Tos (31%)

  • Hemoptisis (12%)

  • Síncope (12%)

  • Ortopnea (36%)


La disnea puede ser aguda y severa en casos de EP masiva, o leve y transitoria en EP submasiva o periférica[7]. El dolor torácico puede ser de tipo pleurítico en émbolos distales o similar a la angina en EP central[7].


Signos Clínicos


Los signos clínicos más frecuentes en la EP incluyen[7]:


  • Taquipnea (62%)

  • Taquicardia (45%)

  • Signos de trombosis venosa profunda (31%)

  • Disminución del murmullo vesicular (21%)

  • Sibilancias (18%)

  • Ingurgitación yugular (13%)

  • Cianosis (6%)


Exploración


La exploración física debe ser minuciosa, buscando signos de sobrecarga del ventrículo derecho e hipertensión pulmonar[5]. Se debe prestar atención a:


  • Frecuencia respiratoria y cardíaca

  • Presión arterial

  • Saturación de oxígeno

  • Auscultación cardiopulmonar

  • Examen de extremidades inferiores en busca de signos de trombosis venosa profunda


Pruebas Diagnósticas


El diagnóstico de la EP requiere un enfoque multimodal[4]:


  1. Análisis de sangre: Incluye dímero D, gases arteriales y pruebas de coagulación[9].


  2. Estudios de imagen:


    • Angiografía por tomografía computarizada (angioTC): Es el método diagnóstico de elección[5].

    • Gammagrafía de ventilación/perfusión: Alternativa cuando la angioTC está contraindicada[5].

    • Ecocardiograma: Útil para evaluar la función del ventrículo derecho[5].


  3. Electrocardiograma: Puede mostrar signos de sobrecarga del ventrículo derecho, como inversión de ondas T en V1-V4, patrón QR en V1, o patrón S1Q3T3[7].

  4. Radiografía de tórax: Aunque suele ser inespecífica, ayuda a descartar otras patologías[7].


Manejo en Emergencias


El manejo inicial de la EP en emergencias se centra en la estabilización hemodinámica y respiratoria del paciente[5]:


  1. Soporte hemodinámico: En casos de shock, se debe administrar fluidos y vasopresores si es necesario.

  2. Oxigenoterapia: Para mantener una saturación de oxígeno >90%.

  3. Anticoagulación: Se debe iniciar de inmediato, salvo contraindicaciones. La heparina de bajo peso molecular o heparina no fraccionada son las opciones iniciales[5].

  4. Trombolisis: En pacientes con EP masiva e inestabilidad hemodinámica, se debe considerar la trombolisis sistémica o dirigida por catéter[5].

  5. Embolectomía: En casos seleccionados donde la trombolisis está contraindicada o ha fallado, se puede considerar la embolectomía quirúrgica o por catéter[5].

  6. Filtro de vena cava inferior: Se considera en pacientes con contraindicaciones para anticoagulación o con EP recurrente a pesar de anticoagulación adecuada[5].


La embolia pulmonar sigue siendo un desafío diagnóstico y terapéutico. Un alto índice de sospecha, junto con un enfoque diagnóstico sistemático y un manejo oportuno, son cruciales para mejorar los resultados en estos pacientes.


Citas




 
 
 

Comentarios


bottom of page